‘Salitre’, entre bambalinas
Cómic
Haciendo memoria. Rememorar cómo, cuándo, dónde y por qué nace y se crea la primera novela gráfica completamente gaditana
Una historia de Cádiz con explosión al fondo
Antes de comenzar, advertir que ésta no va a ser una de las habituales reseñas que ocupan están sección. Como guionista de Salitre, sería por mi parte una desfachatez egocéntrica ensalzar las virtudes de algo que ha nacido de mi propia imaginación, así que lo que me gustaría compartir con vosotros hoy es un viaje para responder, dentro de lo que pueda, a las preguntas que nos han hecho algunos lectores de la obra en los últimos días, en los que hemos recorrido algunos puntos de la geografía gaditana y andaluza.
¿Quién me iba a mí a decir que hace trece años, cuando llamaba a la puerta de un bajo iba a encontrarme con una persona que se convertiría en uno de mis mejores amigos?
No logro recordar quién fue, pero en aquella lejana época en la que un servidor desempeñaba las labores de redactor en la añoraba Freek! Magazine, alguien me comentó que en Cádiz (concretamente en el casco antiguo de la ciudad) residía un autor de cómics argentino…
Rápidamente, como un sabueso que olfatea su futura presa, busqué en la socorrida internet los datos necesarios para elaborar una pequeña entrevista. Acto seguido, como ya comento, me planté ante los pocos escalones que daban acceso al estudio de Jorge González, que me recibió como si nos conociéramos de toda la vida, hecho este que hizo que aquel primer café que compartimos en un local cercano se convirtiera en el primero de muchos.
Yo aún no lo sabía, pero casi desde ese primer encuentro se plantó la semilla de lo que en un futuro sería nuestro primer (y ojalá que no último) trabajo juntos.
Por razones personales, Jorge se marchó de Cádiz y aunque la famosa tonada repite una y otra vez que “la distancia es el olvido”, en este caso particular fue totalmente al revés, ya que continuamos nuestra recién estrenada amistad y, cada verano, cada mes de agosto, con su regreso nos reencontrábamos, caminando sobre la casi infinita playa gaditana, hablando de películas, libros… y de ese soñado proyecto que teníamos muchas ganas de hacer juntos.
Solo teníamos claro que la historia debía desarrollarse en Cádiz. Pero aún carecíamos de un punto de arranque, un núcleo sobre el que empezar a construir un argumento.
Justo ahí intervino alguien muy cercano a mí, nada menos que mi madre, María del Carmen. Pasábamos un día de playa en La Caleta junto a Jorge cuando, protegidos del calor bajo la sombrilla, mi madre comenzó a relatar una historia que yo había oído mil veces…
En ella, la pequeña Mari, junto a mi abuelo Agustín, recorrían las calles del casco antiguo gaditano aquella aciaga noche de verano del 47, cuando el fin del mundo pareció llegar a la ciudad.
Y justo ahí lo teníamos ante nuestras narices, ya podía empezar a elaborar un extenso argumento que un día envié al mail de Jorge, en el que, como si se trataran de ramas, multitud de personajes ficticios habían nacido para protagonizar Salitre, la historia de una familia gaditana, residente en el barrio de La Viña.
Sí, no me he equivocado, escribí un argumento, no un guion técnico, que es como habitualmente le indico a los dibujantes con los que trabajo la composición de la página (viñetas, planos, etc…).
Jorge es un autor completo, con una dilatada carrera en esto de los cómics, y tiene una personal, única, manera de plasmar las historias que narra. Es por esto que hubiera sido un error querer encorsetarle con mil y una indicaciones técnicas. A eso sumémosle que él, tras leer el argumento, me ha acompañado en todo momento a la hora de ofrecer nuevas ideas, trazar imaginarias líneas argumentales que han mejorado, y de qué manera, la idea original.
Podemos decir que ésta es una novela gráfica nacida del trabajo de dos cabezas y cuatro manos.
¡Y qué manera tan increíble de llevar el cielo y mar de Cádiz a las viñetas, ese perfil de las casas, las azoteas del Casco Antiguo!
Muchos le habéis preguntado por su método de trabajo, que es una genial mezcla de técnica analógica, digital, improvisación y, como el propio Jorge la define, mucho juego.
El resultado son estas 216 maravillosas páginas.
¿Y por qué Salitre?
El encontrar un buen título costó tiempo y esfuerzo, exprimimos nuestras meninges con varias posibilidades que fuimos descartando, una tras otra, hasta que llegó…
Ese mar que nos rodea, la sal forma parte de esta antiquísima ciudad, colándose sin que nos demos cuenta por los poros de nuestra propia piel.
Salitre también es un drama, una manera de vivir el día a día con una herida que no cierra y escuece, un dolor que está ahí y nos recuerda en todo momento una pérdida…
Y para redondear, y cómo nos recordó un atento espectador de una de nuestras presentaciones, el salitre también era uno de los componentes de aquellas minas que casi borran a Cádiz de mapa en 1947.
Todo cuadra.
Queremos agradecer especialmente a todos los mecenas que han hecho posible que este proyecto se haya convertido en una realidad. Sin vosotros no lo hubiéramos conseguido.
Ahora Salitre ya ha llegado a las librerías, y vuestro es el trabajo de degustarlo y juzgar si hemos estado a la altura. Os puedo asegurar que en estos dos años de trabajo hemos puesto lo mejor de nosotros para conseguir retratar de idiosincrasia de esta ciudad y sus habitantes.
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