Abrines llama a la puerta
El joven del Unicaja es elegido 'MVP' del Europeo sub 18, en el que España resultó campeona tras batir a Serbia (65-71) · Hace un año jugaba en un equipo de colegio y sus compañeros le comparan con Rudy
Alejandro Abrines Redondo (Palma de Mallorca, 1993) cumple hoy 18 años. Pero la mayoría de edad la celebró ayer en Wroclaw (Polonia). Allí se coronó como el mejor junior del continente. Así fue elegido por FIBA Europa tras la final del Europeo sub 18, en la que España se impuso a Serbia (71-65) con actuación estelar del cajista, que fue el jugador con más tiempo en cancha (38 minutos). Firmó 16 puntos (3/4 en tiros de dos, 1/4 en triples y 7/8 en tiros libres), cinco rebotes, nada menos que cuatro tapones, una asistencia y un robo. Y una magnífica defensa durante muchos minutos sobre Nenad Miljenovic, la talentosa figura serbia, a la que redujo a 10 puntos (3/12 en tiros de campo). Sus promedios en el campeonato han sido 13.1 puntos (62% en tiros de dos, 43% en triples y 82% en libres), 4.8 rebotes, 1.8 robos, 1.3 asistencias y 1.1 tapones.
En Los Guindos se pule una joya que el baloncesto europeo ha descubierto de manera súbita. Mide 1.98 metros, aún con margen para crecer algo. Es fino, aún por trabajar mucho físicamente (apenas llega a los 80 kilos) y fortalecer su tren superior. Es un escolta-alero con unos muelles que a simple vista no aparenta. Los cuatro tapones de la final son una muestra. Un par de ellos fueron espectaculares. En la semifinal ante Turquía dejó un mate en contraataque que abrió la boca de los presentes en Wroclaw. Es capaz de tirar con solvencia, ataca el aro sin miedo y probó ayer que puede defender muy bien.
Hace un año, Abrines jugaba en un colegio, La Salle de Mallorca. Estaba fuera de órbita, no había formado parte de ninguna selección nacional inferior. Su agente, Igor Crespo (lo era de Pepe Sánchez), lo ofreció al Unicaja. Estuvo en uno de los clinics que se organizaron en Los Guindos con la supervisión de Pepe Laso, que seguirá realizando con él un trabajo de tecnificación similar al que ha llevado a cabo con Biyombo a petición de Crespo. Allí llamó la atención de Aíto García Reneses, que se lo llevó a la pretemporada con el primer equipo a los Pirineos. Jugó y dejó algunos detalles de calidad. Y con 17 años ha tenido momentos deslumbrantes esta temporada en la Adecco Oro.
La contratación de Abrines no fue sencilla. Su padre, Gabriel, ex jugador ACB (Huesca, Cáceres, Gran Canaria y Fuenlabrada) pedía prioridad para los estudios. Firmó sólo un año a modo de prueba por el Unicaja, a expensas de la evolución no sólo baloncestística, sino también académica, de su vástago. Por ejemplo, Abrines, que ha vivido en la Residencia que el club tiene en el Cerrado Calderón, no acudió en junio a la gira que un combinado de la cantera realizó por China. El motivo es que debía realizar la Selectividad, prueba que pasó con buena nota. Habla inglés con fluidez, tuitea en ese idioma.
Ahora que acucia el tema de los cupos y Abrines llama a la puerta, cabe preguntarse si podría solucionar la papeleta. El club tiene como idea no quemarle. "Debe fortalecerse físicamente y hacerse importante con el Clínicas, tomar ahí responsabilidades, no queremos quemarle", se dice desde el club cuando se cuestiona por una hipotética subida al primer equipo. Sí va a realizar Abrines la pretemporada a las órdenes de Chus Mateo. Y tiene las puertas abiertas de la primera plantilla para quedarse si muestra con consistencia y regularidad entre hombres lo que ha apuntado entre jóvenes.
El Unicaja consiguió blindar a Abrines antes de esta explosión. Firmó un contrato por dos temporadas, prorrogables, que se sale algo del límite salarial que se pretende imponer en el Clínicas. Es un jugador de proyección superior, aseveran en el Unicaja y también en la Federación. Abrines ya brilló en Semana Santa en la Vilagarcía Cup, donde ganó el concurso de mates. Y entró en la lista de Luis Guil para Polonia, donde su irrupción ha causado impacto porque estaba fuera del radar de muchos scoutings y especialistas. La propia FIBA le dedicaba el sábado en su web un reportaje al título de "Simplemente llámenle Rudy" para presentarle en sociedad.
La comparación con Rudy Fernández es frecuente entre los que le han visto jugar con normalidad, más allá del paisanaje. Y entre sus propios compañeros de selección. En el citado reportaje lo refrendan dos compañeros en el combinado nacional, Alejandro Suárez y Jaime Fernández. "Es como Rudy Fernández. No sé cuánto de bueno puede ser pero es muy bueno. Puede machacar, puede tirar, es impresionante", dice Suárez. "Es muy inteligente. Ha sido fácil para él integrarse en este equipo porque sabe jugar en bloque. Se ha integrado como jugador y como persona. Me recuerda a Rudy. Es espectacular, es grande", remacha Jaime Fernández.
El entrenador es Luis Guil, a la sazón también del UCAM Murcia. Fue primero de Chus Mateo en Fuenlabrada (ahora colabora con él Jesús Lázaro). "Jugó muy bien en LEB, que creo que es la quinta liga de Europa. Tiene mucho talento. Lo hace todo muy fácil y es divertido para él. Jugaba para divertirse hasta hace nada y sigue haciéndolo cuando compite. Será profesional a muy alto nivel", dice Guil. "Nadie me conocía, firmé por un gran club y me llamaron de la selección", resume el propio Abrines, que cumple 18 años subido en una nube. El Unicaja tiene un jugador de dimensión superior que hoy deja de ser un adolescente para convertirse en un adulto. Bendito momento.
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