Adrián Miramón, un rey mundial con un sueño olímpico

Remo

Siete veces campeón universal, el remero malagueño entra en una nueva dimensión después de que el COI confirmara que su especialidad, beach sprint, será olímpica en Los Angeles 2028

Las fotos de la entrevista

Adrián Miramón, con las medallas conseguidas esta temporada. / Javier Albiñana

El palmarés del remero malagueño Adrián Miramón (Málaga, 1991) es profundo y extenso. Siete veces campeón del mundo, dos veces en 2023 en una campaña de ensueño, es lo más llamativo. Y en este año ha recibido la confirmación de una noticia que puede llevar su carrera a otra dimensión. El COI ratificó que el beach sprint, su especialidad, será olímpico en Los Angeles 2028. Un lustro por delante que es una oportunidad para que su trayectoria rebase los límites del mundillo del remo. Málaga es una potencia en beach sprint, no sólo Adrián consigue medallas a nivel europeo y continental. Previsiblemente aumentará la competencia y el nivel, pero también crecerán los medios para llegar a los Juegos. Y allí está el horizonte y un sueño para él, que vive a caballo entre Santa Pola (Alicante) y Málaga después de varios años instalado en el Cantábrico compitiendo en las traineras, medio de subsistencia.

Adrián Miramón, con las medallas en La Misericordia. / Javier Albiñana

¿Qué es el beach sprint y en qué se diferencia del remo olímpico tradicional? Se desarrolla en el mar y en tiempo más reducido. Lo explica de manera gráfica Miramón. "Todo el mundo que lo ve dice que es muchísimo más espectacular. En todos los deportes se está tendiendo a acortar las distancias, se piensa más en el espectador que en el deportista. Una regata de traineras, si no la entiendes, estamos hablando de 20-22 minutos, para una persona que no le gusta no es atractivo. El remo olímpico tradicional son unos seis minutos, dependiendo de la modalidad. El beach sprint es más incontrolable y más bonito, pueden pasar muchas cosas: el viento, la marea, tienes que correr en la playa, saber correr y saber remar... Una carrera de beach sprint dura de media dos minutos y medio. Y tiene muchos factores que pueden cambiarlo. En el remo olímpico vas en tu calle y no te afecta nada. Es también duelo directo. La primera ronda es time trial, todos contrarreloj, para a partir de ahí establecer los cruces. Y ya después todo es eliminatoria directa. Se elimina uno y el otro pasa. Para el espectador es más atractivo y, al recortar el tiempo, todo es más justo, con menos diferencia", describe el remero malagueño: "Sales y son entre 30 y 50 metros corriendo, te montas en el bote, hay tres boyas en las que hay que hacer eslalon. En la última se vira y vienen 250 metros en línea recta, te bajas del bote y entre 30 y 50 metros corriendo a meta".

La temporada 2023 ha sido redonda para Adrián Miramón, que ha sumado seis oros entre los Europeos, Mundiales y Juegos del Mediterráneo, más una plata que le dolió especialmente. "Ha salido todo perfecto, aunque tengo una espinita un poco clavada en el Europeo, en el que competí en tres pruebas y fueron dos oros y una plata. Y la plata fue porque en los últimos metros, llegando a la playa y bajando del bote, me caí. Íbamos igualados con Francia y perdimos el oro. Soy muy exigente conmigo mismo. Hemos ganado Campeonato de España, dos oros en el Juegos del Mediterráneo, en el Europeo dos oros y una plata y en el Mundial dos oros. Me preguntan mis amigos '¿te vas a quedar con esa plata después de tantos oros?'. No es así, pero la temporada es de 9.8, no de 10 por ese detalle", relata el remero malagueño, que recibió hace unas semanas esa confirmación que se aguardaba: "Todo el mundo, en cuanto se ha hecho olímpico, me decía que viene súper bien para patrocinadores, becas, ayudas... Indirectamente lo sé, pero, al final, vamos poco a poco. Como me pasa cuando compito, voy paso a paso, en el momento y no pensar en otras cosas. Sí se ve que hay más apoyo".

Adrián Miramón, con las medallas. / Javier Albiñana

El reclamo olímpico, se supone, elevará el nivel de la competencia, aunque la que existía ahora no es precisamente menor, como explica el remero. "Este año, el que ha quedado segundo, Giovanni Ficarra, un italiano, ganó este Mundial en 2021. Y es cinco veces campeón del mundo en remo ligero tradicional. Y el tercero, un alemán, Karl Schulze, es dos veces campeón olímpico. Había un campeón olímpico más de Nueva Zelanda, el cuarto era un lituano también olímpico... Es estúpido pensar que cuando algo se hace olímpico no va a subir su nivel, pero yo también voy a subir mi nivel. Si recibo ayuda, tengo más facilidades. Estoy en Santa Pola o en Málaga y entreno solo. Mi entrenador vive en Santoña (Cantabria), a 1.000 kilómetros. Si esto se va profesionalizando más también recibiré ayudas y me beneficiará", expresa Miramón, que compite solo y también en el bote mixto, una opción que está abierta también para Los Angeles: "Siempre me ha gustado el skiff, el solo individual. Lo que tú hagas es lo que vas a ver en la competición. Soy muy exigente conmigo mismo, con los entrenos y demás. Confiar en que otra persona que vaya a dar el 150% como yo me cuesta trabajo. Siempre que he hecho el doble mixto es con Nadia, una remera valenciana, y a lo largo de los años hemos tenido dos bronces mundiales. Y en el Europeo ganamos el de larga distancia y fuimos plata en beach sprint por ese problemilla que tuvimos".

Orígenes: De la natación al remo

Hasta llegar a la élite del remo, el camino de Adrián Miramón en el deporte ha sido largo, desde muy pequeño en el Real Club Mediterráneo. "Estaba en natación. Mi hermana dejó la natación y le dijeron de entrar al remo. Hace unos 20 años de eso, fui con ella porque no quería ir sola. El pediatra me decía que iba a medir dos metros porque de pequeño di el estirón muy pronto y con 14 años era como ahora. Me vio el entrenador y me dijo 'Si te apuntas a remo, te hago campeón de España'. En natación tenía resultados bastante buenos e intenté compaginar las dos cosas, pero era imposible. Y me decanté por el remo. Y en el primer año ya fui campeón de España de mi categoría. Entonces hacía remo olímpico. Después llegó el llaut, la modalidad de banco fijo que hay aquí. El que es ahora mi entrenador y preparador físico, Carlos Aparicio, echaba una mano allí en el club. Me vio y se interesó en mí hace unos 10-11 años y me dijo si no me interesaría probar en las traineras y allí estuve nueve años. También he competido por un club irlandés, la marca que utilizo es de allí y también voy mucho", relata Miramón.

Miramón, tras ganar el título mundial este año. / World Rowing

Un mundo el de las traineras con sus particularidades pero que permite al remero vivir del deporte. "En las traineras, dentro de lo que cabe, de la forma que tienen montado aquello, en Primera División sí te da como un trabajo normalito, te da para dedicarte a eso y poder vivir. A la gente le sorprende que las traineras, un deporte del Cantábrico, tenga ese nivel económico y al pasarme al remo de mar, que es un deporte internacional y en el que he sido siete veces campeón del mundo, no me han dado ni un abrazo. Se piensa que ganas un Mundial y te dan dinero. Y no, hay cero, ni 100 euros. Llega un momento en el que tienes que vivir y se te pasa por la cabeza volver a las traineras y cubrir tus gastos cotidianos", confiesa el remero malagueño, que se acerca a su madurez en un deporte longevo y en el que no es extraño ser súperelite cerca de los 40: "Ahora mismo estoy a tope, al máximo, confío mucho en posibilidades de cara a los Juegos Olímpicos y no quiero pensar en mi futuro qué voy a hacer. Lo que tenga que venir que venga. Llegaría con 37 años a los Juegos, se suele decir que la edad perfecta para el remero está entre los 34 y los 37. La gente tiene en la cabeza el fútbol, que antes con 30-32 años te retiras. Cada vez se juega con mayor edad a nivel alto. Si ves los Juegos Olímpicos en remo, la madurez del deporte es más tardía, en 34-35-37 años está el grueso de los remeros".

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