Alberto González acelera hacia el sueño olímpico
Triatlón
El malagueño progresó en 2022, con su debut en las Series Mundiales y un podio en la Copa del Mundo, y se prepara para un 2023 "bastante ilusionante"
Es el quinto español en el ranking olímpico y 35º en total; van los tres mejores españoles entre los 30 primeros
Plata en Miyazaki
Otros niños recuerdan balones, pero Alberto González García (Málaga, 1998) ya practicaba el triatlón desde que tiene uso de razón. Su padre y entrenador, Ignacio, fue pionero en la especialidad en la provincia. Su hermano Nacho (1996), ahora volviendo tras un par de años muy complicados con problemas de rodilla que han acarreado dos operaciones, también pavimentó el camino. Y Alberto transita por él con el sueño olímpico en la cabeza. París 2024 no está tan lejos, con un recorrido emblemático alrededor del Sena. El triatlón se ha convertido en una de las pruebas más espectaculares y seguidas de los Juegos. Y el malagueño, internacional con España desde las categorías inferiores, lo ve como algo realizable, pero para rematarlo hay que hilar muy fino y acertar.
En un hueco entre entrenamientos y sus estudios de Fisioterapia en la UMA, Alberto González atiende a Málaga Hoy. 2022 fue un buen año, in crescendo. Se estrenó en las Series Mundiales de Hamburgo, algo así como el Wimbledon del triatlón por lo que simboliza la ciudad hanseática en este deporte. Firmó un sexto puesto en la Copa del Mundo de Arzachena (Cerdeña) y acabó con una magnífica plata enMiyazaki (Japón). Hay tres plazas olímpicas disponibles por país, siempre que haya tres competidos entre los 30 primeros del ranking. Alberto es ahora 35º y el quinto español en el listado. Por delante tiene a Antonio Serrat (octavo), Roberto Sánchez Mantecón (15º), Sergio Baxter (22º) y David Castro (26º). El 27 de mayo de 2024 se cierra el ranking. La Federación tiene la potestad de distribuir después las tres plazas conseguidas, pero evidentemente pesa mucho el lugar alcanzado.
González, que compite con el Triatlón Inforhouse de Santiago Compostela en España pero también lo hace en Francia con el Montluçon y en Alemania con el DSW Darmstadt, resume cómo fue el ejercicio anterior. "Venía de una época de invierno con temas de estudios y lesiones y afrontaba un poco el año diciendo 'uy, a ver cómo se va a dar el todo'. Vi que la temporada era larga, me la tomé con calma, poco a poco. Estuve en el CAR de Sierra Nevada y eso me vino bastante bien, de fuerza y de motivación. Hay que estar un mínimo de 21 días, a partir de los 14 días el cuerpo se adapta y donde se ven resultados es hasta los 28. En unas semanas volveré allí arriba de nuevo. La estancia te da mucha disciplina. Comes, entrenas y duermes, comes, entrenas y duermes, no hay más", explica el triatleta malagueño, que señala que "lo bueno de Sierra Nevada es que, aunque pueda parecer una cárcel ahí arriba, estás en plena naturaleza, en plena montaña. Respiras ambiente limpio y también deportivo y de competición. En la calle de al lado te encuentras a Kristian Blummenfelt [vigente campeón olímpico]. Ves que son humanos, que hablan contigo y puedes comprender mejor muchos aspectos, conoces a muchos nadadores o atletas medallistas mundiales u olímpicos. El verano pasado, por ejemplo, estuvimos con Carolina Marín, me gustó mucho conocerla".
"La primera competición fue en Melilla la Copa de Europa. Se cambió a duatlón por el tiempo y no fue muy buena en resultado. En Arzachena, en la Copa del Mundo, ya estábamos en periodo de clasificación olímpica y conseguimos el sexto lugar. Me llegó el debut en las Series Mundiales de Hamburgo, después estuvimos en los relevos de la de Leeds. Ves que es otro nivel. Esos meses de junio y julio apreté, hice tercero en Larache (Marruecos), copa continental, vino bien para afianzarme, para coger fuerza para lo que venía", recuerda Alberto González: "Correr en Hamburgo es un sueño de cualquier chaval que hace triatlón. Es un escenario con mucha historia, es una prueba más como si fuera el Mundial de Fórmula 1, pero verme allí rodeado de los mejores, en el mejor grupo, acabé como mejor español... Me dio mucha confianza. No fue un puesto muy llamativo, el 26º, esperaba un poquito más, pero te pone la miel en los labios. El nivel de bici es mucho mejor y llegas a la carrera a pie distinto a cómo lo haces nivel continental. Iba rápido, hice un tiempo de 15:20 en el 5.000. Hacer 15:00 en Copa del Mundo te hace ser Top 5, aquí con eso sólo llegas al Top 15... El aprendizaje fue impresionante y me dio puntos para el ranking. Y ya con la plata en Miyazaki me posicioné entre los mejores españoles. 2023 es un año bastante ilusionante".
Los Juegos Olímpicos son "la gran ilusión de cualquier deportista, es la culminación de toda vida haciendo este deporte, desde los cinco años dando guerra, todo el mundo quiere ir. La situación es complicada, pero si no se va se disfruta del proceso", reflexiona el polivalente atleta malagueño, capaz, por ejemplo, de correr en la Media de la Maratón de Málaga en diciembre por primera vez la distancia de 21.095 metrosMedia de la Maratón de Málaga y acabar tercero, un romántico en cierta forma del deporte: "Por ejemplo, días como esta semana, en que me entreno por la mañana, voy a la universidad, descanso y como, otra vez universidad, otra vez a entrenar, con un día de perros con mucho viento... Esos días disfruto de salir a entrenar, aunque sea más lento por las condiciones. Esos días duros los disfruto mucho, es un paso adelante. A cualquier persona igual le costaría más, pero es algo que hago desde pequeño, me ayuda a disfrutar del camino y esa energía te ayuda a alcanzar la madurez tanto personal como deportivamente".
El malagueño aún desconoce con exactitud cuál será su calendario en 2023. Son seis triatletas españoles compitiendo por las plazas olímpicas y la Federación va distribuyendo según sus criterios. Sus objetivos son el Europeo de Madrid en junio, el Test Event en París, una prueba que se realiza un año antes de los Juegos en el recorrido olímpico como ensayo general y la gran final de las Series Mundiales, que serán en septiembre en Pontevedra, última prueba, donde se rifan bastantes puntos. Las pruebas van oscilando entre la distancia sprint (750 metros de natación, 20 kilómetros de bicicleta y cinco de carrera) y la olímpica (1.500, 40 kilómetros y 10, respectivamente). "Hay que seguir adaptándose la distancia olímpica con el entrenamiento, te lo da la experiencia y competir a este tipo de nivel. Hasta los mejores tuvieron periodo de adaptación, te lo dan las carreras. Creo que soy capaz de soportar altos volúmenes de entrenamiento, estoy más preparado, parto de una situación mejor para este año, de cara a afrontar un 2023 que va a ser exigente. Al ser la clasificación olímpica, desde marzo-abril hasta noviembre habrá actividad", señala González, que tendrá concentraciones puntuales también en Mallorca y Bañolas, donde la Federación ha creado grupos de entrenamiento para elevar el nivel de los mismos para los triatletas.
Bicicleta y carrera a pie son los segmentos de mejora en los que se centra más el joven malagueño de 24 años. "En triatlón la meta está en la carrera. Si quieres hacer algo grande tienes que hacerlo muy bien en la carrera. Pero también si mejoras en bici gastas menos energía en el ciclismo y te bajas mejor a correr, más entero. En la que más confianza tengo es la natación, no hago grandes entrenamientos en piscina, no hago nada fuera de lo normal, pero me coloco y me desenvuelvo bien, en las pruebas de más nivel he salido en el grupo arriba. Después, en el ciclismo no hay dos carreras iguales. La lógica te dice que mejor estar en el grupo de cabeza. Pero si ese grupo es pequeño te toca trabajar más y llega más entero a correr el que viene detrás porque ha gastado menos. Ahí hay que saber leer bien las carreras", expone el malagueño, que cuenta el ejemplo de esa Media Maratón en la que hizo podio en Málaga: "Lo hice a modo de acumular base de kilómetros en invierno. Me hace falta ese punto en 10 kilómetros, un olímpico se hace largo, son casi dos horas de competición, tienes que hacer base de kilómetros y distancia, a modo de salir de la zona de confort, trabajar más. Salió bastante bien, disfruté mucho de la carrera y acabé tercero. Antes corría mucho el cross con el Nerja también, intento hacer cosas distintas".
Así es la rutina, enfocada al deporte y el estudio, de Alberto González, que aspira a ser el primer triatleta malagueño olímpico. La pandemia cercenó años claves en su progresión, pero ya cogió el carril, acumulando experiencia en carreras y también fuera de ella, por ejemplo cómo afinar en los viajes para llegar en el punto exacto para que la adaptación sea correcta y el cuerpo rinda a su mejor nivel. Con todo ello acelera rumbo el sueño de los Juegos.
En cuarto de Fisioterapia
El triatlón viene casi de cuna en la familia González García, pero también los estudios. El hermano mayor, Ignacio, cursó Criminología, y Alberto completa Fisioterapia. "Estoy en cuarto, no tengo todas las asignaturas, intento coger cada semestre las que puedo abarcar. Para el año que viene haría la última y quedarían las prácticas y el TFG. Al dedicarle tanto tiempo a entrenar, decidí partirme el curso y estudiar bien. Son asignaturas en las que los temarios son bastante densos y completos. Como me requiere tanto tiempo el entrenamiento así voy algo más lento pero también avanzando. Es mi sexto año estudiando", razona el triatleta malagueño.
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