Cereza, pero no eléctrico

Agua fría Estreno de nueva equipación, de proyecto y de ilusión, pero cabeza gacha en el primer partido de Liga

Cereza, pero no eléctrico
Cereza, pero no eléctrico
J. M. Olías / Málaga

29 de agosto 2011 - 05:02

En la pomposa presentación de la nueva camiseta Nike allá por el mes de junio se congregaron varios miles de malaguistas en La Rosaleda. Aún no había llegado, no se conocían, el grueso de los fichajes, pero la fiebre ya se había extendido y había ganas de ver a Baptista y demás con la nueva zamarra. Aquel día de puesta de largo se definió la segunda equipación como color cereza eléctrico. Fue la que ayer lució el equipo de Pellegrini en el Sánchez-Pizjuán en el estreno del megaproyecto, la versión buena, del jeque.

El Málaga vistió de cereza, pero ayer no fue eléctrico. La parsimonia y la falta de dinamismo fue uno de los problemas más graves que se encontró en ataque. Aplicable también en la traducción a los problemas defensivos. Los centrales se pusieron en el foco desde el inicio y de ahí no se quitaron en todo el partido. A la espalda de Martín Demichelis y Joris Mathijsen había un hueco que Negredo convirtió en un agujero negro.

El contingente de malagueños, mermado en cantidad por la hora intempestiva para el desplazamiento, no fue a Sevilla para esto. Medio millar que volvió con la cabeza gacha porque este no es el Málaga que se habían imaginado aquel día de la presentación. Tampoco el que se había visto en esta pretemporada que había disparado la ilusión. Ni al que se suele ver en el Sánchez-Pizjuán, territorio productivo en este siglo. Como Club de Fútbol sólo una vez había mordido el polvo el Málaga, ayer de color cereza eléctrico, a ese lado de la capital.

Se estremeció ayer el Pizjuán en el minuto de silencio en el cuarto aniversario de la muerte de Antonio Puerta. Íntimo amigo de Enzo Maresca, que luce en su camiseta el número 16, el mismo que portaba el zurdo que se convirtió en leyenda a los 22 años. Maresca salió al descanso por Apoño, en un cambio difícil de entender porque el palmillero había realizado no menos de tres cambios de orientación de más de 40 metros, estilo Xabi Alonso.

Apenas había sonado el silbato y Negredo ya había metido miedo y un gol en la meta de Caballero. A la espalda de la pareja de centrales. Tema de debate para estas dos semanas de parón. Al menos ellos no lo vivirán porque uno irá con Holanda y otro con Argentina. Tampoco estará Eliseu, al que el tremendo partido de Negredo libró del foco por el traje que le hizo Navas. Traje cereza eléctrico.

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