Del Coliseum a la gloria de los cuartos de final

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Histórico Pasar de ronda es elevar el listón de méritos en la Copa del Rey a una cota no conocida antes para el Málaga CF Ventaja Dejar la portería a cero da el pase y marcar lo hace más factible

Muñiz charla con Felipe Caicedo en el entrenamiento del lunes.
José L. Malo / Málaga

13 de enero 2010 - 05:02

Muy pocas veces la Copa del Rey abraza a los modestos. El Getafe, el cerrojo que abre las puertas de los cuartos de final, es la excepción que confirma la regla (ha jugado dos de las últimas tres finales). A priori no es un sueño reservado para el Málaga, que demasiado tiene con sus pesadillas en Liga, pero el ejercicio de realidad no debe esconder la ambición y, sobre todo, no puede obviar que la ventaja la ponen en liza los de Muñiz. Sí, un 2-1 que con un mísero gol de los azulones puede irse al traste, pero que también puede ser un escudo casi infalible en caso de lograr una diana en el estadio con nombre de gran plaza: el Coliseum Alfonso Pérez.

Nunca el Málaga CF, bajo la actual denominación, puso los pies en esta ronda. Si se consigue la machada, Muñiz se confirmaría como técnico fetiche en esta andadura, ya que ha llegado tres veces al tope histórico, los octavos de final (una como segundo de Juande Ramos). Y es una historia independiente de los sufrimientos ligueros.

Visto el marcador, el mismo en cinco de las ocho eliminatorias de ida de los octavos, se prevé una noche intensa. Cada gol puede cambiar la dinámica de los partidos con esa magia que sólo puede tener la segunda competición patria. Míchel y Muñiz lo saben, así que han preparado a los suyos para un partido de paciencia. Se prevén mayores dosis en los blanquiazules o, lo que es lo mismo, un partido con dominio obligatorio y el Málaga abocado a desplegarse en menor o mayor medida según el reloj y el marcador vayan o no taladrando la moral de los locales. Si se rompe pronto la igualada, el encuentro puede ser bastante vibrante.

En ese escenario se esperan ver los primeros minutos de Felipe Caicedo, el nuevo nueve elegido para la difícil tarea del gol. Su presencia sigue muy condicionada por los despachos. El tránsfer y su inscripción en la Liga de Fútbol Profesional son los trámites de los que depende su inclusión en la convocatoria. Hoy, tras el entrenamiento matutino, se sabrá a ciencia cierta, aunque es más probable que haya que esperar el choque liguero contra el Getafe para ver su participación.

El resto de elegidos confirmarán una expedición parecida a la del encuentro de ida. Varios filiales rejuvenecerán la convocatoria y habrá descanso para los titulares más trillados. Duda, en plena efervescencia futbolística (suma cuatro goles y cinco asistencias en Liga) apunta a jugar los 90 minutos, ya que está sancionado para el domingo. Su único compañero fijo parece ser Roberto Santamaría, el especialista en Copa.

En Getafe casi parecen estar más pendientes de la lucha contra los elementos que de remontar el marcador adverso. La lista de jugadores mermados que tiene Míchel es importante. Las bajas de Albín y Mané (que precisamente se lesionó muscularmente en la ida disputada en La Rosaleda) ya están más que confirmadas. Además, Celestini arrastra problemas en el tendón de Aquiles; Boateng está con gripe; Mario está con dolencias musculares y Gavilán tiene un tobillo dolorido. La convocatoria getafense de hoy estará muy condicionada por lo que diga esta mañana el último parte de guerra.

La intensa lluvia que se prevé, unida a la que ya ha caído, tampoco gusta al técnico, que intenta insuflar a los suyos la cultura del toque como camino más corto hacia el gol. El Málaga y el tiempo no serán un reclamo muy importante para que haya una digna presencia de seguidores en las gradas del Coliseum.

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