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El sueño del Costa del Sol de revalidar el título de Copa de la Reina se quedó en las semifinales. El equipo malagueño fue inferior al KH-7 Granollers (27-20), merecido vencedor de un duelo en el que fue mejor del minuto 1 al 60. El Carpena no pudo ser talismán como en la víspera ante el Rocasa Gran Canaria y las catalanas practicaron un mejor balonmano y tuvieron más acierto. La ausencia de jugadoras claves (Sole López, Merche Castellanos y Gaby Pessoa) baja el nivel del Costa, lógico con tres titulares. Ante las canarias se hizo un esfuerzo titánico para remontar un partido que estaba casi perdido, pero con el peaje extra de una prórroga que pesó en las piernas. Sacó orgullo y casta, pero quemó mucha gasolina. La Copa es la competición del instante y el momento. Y es complicado programarlo todo para llegar a tope. El Granollers no ha conseguido meterse en el play off por el título y peleará por evitar el descenso. Pero en Málaga luce un envidiable estado de gracia que le permite llegar por primera vez en su historia a la final de Copa.
El Costa del Sol salió sin la máxima intensidad al partido. Había tenido más horas de descanso el equipo vallesano, que se aproximó al inicio con mayor brío. Suso Gallardo dosificaba a sus jugadoras referente porque sabía que 60 minutos eran muy largos y más habiendo jugado 70 el día previo. Silvia Arderius y Campigli no salieron en el primer tramo de partido. Costaba perforar la meta catalana. Ahí está Nicole Wiggins, internacional con España y que ya estuvo en el pasado Europeo teniendo minutos de calidad. A sus 22 años es el futuro de la portería de las Guerreras y el próximo año jugará en el Niza, en la prestigiosa liga de Francia. Wiggins sacaba balones y había buena finalización por los extremos. En uno, la malagueña Ana González, criada en la cantera local pero que pronto voló de un club que no tenía la dimensión actual. En el otro, Ona Vegué, otra de las pujantes extremos y competencia para Sole López, a la que se echó mucho de menos. Se colocaba con 3-7 y 4-8 el Granollers y Suso empezaba a dar continuidad al plan.
Virginia sostenía en los momentos críticos al Costa del Sol, con varias paradas fenomenales para dar la réplica a Wiggins. Y con la salida de Arderius, poco a poco, fue fluyendo mejor la ofensiva malagueña. Cogió el testigo de Doiro en la anotación y a la hora de distribuir juego. Superó el Costa un par de exclusiones y tuvo incluso la bola para marcharse al descanso empate, pero Wiggins sacó un buen brazo al lanzamiento con el tiempo cumpliéndose de Arderius (12-11).
El segundo tiempo comenzó a buen ritmo, con el Costa ofreciendo buenas sensaciones, empató el partido pero ahí encalló (13-13). Arderius encontró a Campigli jugando el 2x2 central-pivote, pero a la argentina se le hizo de noche con Wiggins, enorme, que incluso lanzaba el contragolpe para firmar un parcial de 3-0 que propiciaba el tiempo muerto de Suso Gallardo (16-13). Tras otro fallo de Campigli, 17-13. Era una situación crítica ya con dos tercios de partido jugados y otra vez remando río arriba. Apretaba la afición malagueña, aunque también había réplica de un animoso medio centenar de seguidores del Granollers.
El Costa del Sol ya estaba fundido. Wiggins le había quitado los últimos gramos de fe con paradas espectaculares. Al equipo malagueño se le bajó la persiana y no pudo dar réplica a las piernas y las ideas más frescas de las jóvenes jugadoras catalanas, que volaban hacia su primera final. No pudo llegar la tercera para el Costa del Sol, que se marcha con el regusto amago de no haber dado la mejor versión su casa, en el que es el mayor escenario del balonmano nacional. El Carpena presentó un mejor aspecto que en los cuartos de final, aunque lejos de los más de 7.000 que acudieron a la final de la EHF Cup el año pasado.
Queda el último empujón a la temporada con los novedosos play off de la Liga Guerreras. Las bajas de Sole, Merche y Gaby no se pueden sacar del análisis de la derrota, pero así es la Copa. Competición de momentos. Y el de Nicole Wiggins, guardameta del Granollers, acabó fundiendo al Costa del Sol, que pierde la corona.
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