Era un día importante para el Club Balonmano Dólmenes Antequera. También lo era especial y a la vez extraño por las circunstancias del jugador Tomás ‘Oso’ Mendieta, quien acababa de perder a su padre. A pesar de eso, el argentino decidió jugar en un ejercicio de profesionalidad y entrega brutal. Y vaya partido se marcó para el recuerdo. Lo paró todo. Entre eso, la gran defensa que ya es seña de identidad del equipo y el acierto en meta contraria, el Dólmenes completó una actuación brillante para imponerse 32-21 al Oviedo. Dos puntos que le permiten soñar con meterse en la zona alta y tener opciones de jugar los playoffs de ascenso. Chispi, en sala de prensa, lo admitió: “Viendo cómo jugamos tenemos que ser ambiciosos”.