"Voy al Mundial de Corea más fuerte y preparada que nunca"
Entrevista a Paula Ruiz, nadadora de aguas abiertas
La malagueña viaja al Mundial de Corea para buscar un billete a los JJ.OO de Tokio 2020
“Ganar a la campeona olímpica me hace pensar que puedo hacer algo grande”, asegura
Allá por 2016, Paula Ruiz tomó la decisión de abandonar la piscina para orientar su carrera hacia las aguas abiertas, seducida por los factores exógenos de este deporte. El 14 de julio encarará su segundo mundial en categoría absoluta a sus 20 años, pero este último con un aliciente: obtener plaza para los JJ.OO de Tokio. Paula, de alma competitiva, viajará a Corea sumida en uno de los picos más altos de su corta carrera con el objetivo de entrar en el top ten de la prueba de los 10 kilómetros. De esta forma buscar sellar su pasaporte al país nipón y poner fin a la agónica espera de la clasificación, que se podría alargar hasta el preolímpico del año que viene. Paula Ruiz habla con Málaga Hoy para compartir sus presentimientos antes de volar a Gwangju.
–¿Existen nervios premundialistas?
–Sí, un poco sí. Aunque no es mi primer mundial absoluto, porque ya estuve en el de 2017, tiene más importancia este mundial que otros mundiales ya que nos jugamos una plaza olímpica.
–¿Con qué sensaciones viaja a Corea?
–Con sensaciones muy buenas. Estoy muy contenta porque en competiciones pasadas me he visto compitiendo con chicas de un alto nivel, como la campeona olímpica o la mundial. He comprobado que estoy al mismo nivel que ellas y que en el Mundial lo puedo hacer muy bien, creo que voy más fuerte y más preparada que nunca. He estado en Sierra Nevada preparándome este último mes. Ha sido una preparación muy exigente, yo creo que de las más duras que he tenido, pero también de las mejores concentraciones que he hecho a nivel mental y físico, de controlar todos los aspectos. Eso me da fuerzas para pensar que me puede salir bastante bien.
–¿Qué sintió al imponerse a la campeona olímpica?
–La verdad que fue cómo super alucinante porque claro, es la campeona olímpica y te puede dar un poco de respeto en la prueba. Fue una carrera muy limpia, la chica nadó muy bien, no hubo golpes ni jugadas sucias, que a veces las puede haber. Fue una carrera dura, porque fue muy rápida y exigente por el ritmo que marcamos. Nadamos con neopreno, que a ella le viene muy bien porque se siente cómoda con el puesto. La verdad que cuando toqué la placa y vi que había llegado antes que ella… En primer lugar, fue un orgullo por haber estado toda la carrera a su lado y segundo, me ayuda a pensar que puedo estar ahí en el Mundial. Ganarle me hace pensar que puedo hacer algo grande. Me enfrento al Mundial con una seguridad que quizás antes no tenía.
–¿Le motiva pensar que puede ser la primera malagueña en clasificarse para Tokio?
–La verdad que sí porque soy muy ‘malaguita’ por así decirlo. Me gusta llevar mucho a mi Málaga y mi Andalucía y, por supuesto, a España internacionalmente. Siempre me he sentido muy apoyada aquí en Málaga tanto por el Ayuntamiento, como por la gente de alrededor, por la Federación Andaluza y por supuesto de mi club, que es de Sevilla [Club Natación Mairena]. Me siento muy orgullosa a la hora de competir de llevar estos colores.
–El objetivo es quedar entre las diez primeras y así conseguir el pasaporte a los JJ.OO, ¿no?
–Por supuesto mi objetivo es quedar top ten, pero en el caso de quedar undécima o duodécima, también me sentiría muy orgullosa. Hay muchas chicas muy buenas, no solo hay diez, en este mundo hay muchísimas. Me daría rabia por no conseguir la plaza olímpica, que me aseguraría ya este año. Igualmente, este verano descansaría para ir con las pilas cargadas para la temporada siguiente y darlo todo en el preolímpico.
–Desde Barcelona 92’ siempre ha habido una nadadora malagueñas en unos Juegos. ¿Se siente con confianza para continuar con la racha?
–No lo sabía. Me gustaría formar parte de esa historia, es una motivación extra que llevo. Se podría decir que tengo presión por ello, pero para nada porque yo sé realmente a lo que voy y lo que he trabajado. Tengo mucha gente detrás a la que no le debo cosas, pero que al final, yo sacrifico cosas y ellos también lo hacen, como mi familia, mis entrenadores, mi nutricionista... Todos siempre han estado apoyándome. No me presionan, sino que me ayudan. Me dan ese apoyo que necesito si tengo un momento bajo en la carrera. Ellos son ese impulso que me va a decir que siga luchando y no solo por mi, sino también por ellos que son mi grupo, los que me han ayudado a llegar hasta aquí.
– En Corea, va a nadar los 5 y los 10 km, distancia olímpica. ¿Valora dar el salto a los 25 km?
–Estoy muy contenta con ambas pruebas. Fui la primera española que se clasificó tanto para el cinco como para el diez. Me gustan mucho ambas pruebas. Estaría preparada físicamente y tengo entreno de sobra para poder nadar el veinticinco, pero mentalmente no lo estoy para nadar seis horas. Me parece que podría hacerlo, pero que me aburriría. No es por fortaleza mental, sino por el hecho de estar seis horas y no saber qué pensar. Me aburriría. A día de hoy digo que nunca lo nadaré, pero lo digo ahora,quizás dentro unos años… eso no se sabe. Sí que me gustaría hacer algún reto como cruzar el Estrecho o dar una vuelta a alguna isla. Me parecen retos interesantes, aunque también sean de bastantes kilómetros. Me motiva más el hecho de batir algún récord.
–Llega a un nivel competitivo que necesita otras virtudes diferentes al talento.
–Sí, la experiencia. En aguas abiertas son 80 chicas en una carrera de dos horas. Entonces, al final no es tanto el nivel de entrenamiento ni el nivel mental, sino la estrategia. La gente que tiene más experiencia en aguas abiertas son chicas de 27 o 28 años, que tienen muchos años detrás. Saben perfectamente cómo jugar en la carrera. Yo creo que se me da bien leer las carreras, guiarme por mis sensaciones. Puedes tener una estrategia de carrera, pero te la pueden cambiar las demás. Hacer esa adaptación es difícil. Creo que a día de hoy, voy bien en ese sentido. Por supuesto, me falta mucha experiencia, pero tengo ese plus. El Mundial va a ser una prueba muy dura porque se va a salir rápido desde el principio por el tema de las diez plazas. Espero estar al nivel, que creo y estoy segura de que sí. Por supuesto, allí puede pasar lo que sea.
–Aparte de la experiencia, ¿qué valores considera que debe tener una nadadora de aguas abiertas?
–Al fin y al cabo, el entrenamiento diario, como todos los deportes. En natación sobre todo se nota mucho si pierdes días de entrenamiento. Si pierdes uno, tienes que entrenar dos, si pierdes dos, cuatro. Siempre el doble. Porque sino, no mejoras y vuelves al nivel que tenías. Es mucha constancia y mente fría. Los entrenos de aguas abiertas son largos, los ritmos son difíciles porque tienes que mantenerlo alto y constante. Es mucho de cabeza fría y de ir físicamente preparada: ni demasiado delgada ni pesada. Tienes que ir en tu peso justo para que esa carrera vaya bien y aguantes todo el rato. Es un conjunto de cosas.
–¿Qué hizo que se decantara por las aguas abiertas y no por la piscina? Suele ser la ruta habitual.
–Yo de pequeña solía compatibilizar las aguas abiertas con la piscina. Y de hecho, en piscina conseguí ir a la FOJE [Festival Olímpico de la Juventud Europea], a los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud, conseguí medallas de subcampeona de Europa... Pero, me llamaba más la atención las aguas abiertas por la cantidad de factores que podían influir en una carrera: la temperatura del agua, si hace frío, si hace calor, si el agua está limpia o está sucia, que puede hacer que te pierdas y no te orientes, si hay olas, si recibes algún golpe , si se rompe el grupo y no reaccionas... La piscina al fin y al cabo, eres tú en tu calle y no hay nada que dependa de nada. Me parecía más divertido las aguas abiertas.
–¿A qué edad toma la decisión?
–Pues se podría decir que en 2016. En 2015 ya había ido a Baku y a muchas cosas de piscina. Decidí especializarme por la diversión y el buen rollo que me trasmitía, el ambiente… Cuando terminas estas carreras, estás en un sitio donde hay buena temperatura fuera y hay sol. Te relacionas con otros nadadores y te dan la enhorabuena. Es un ambiente muy sano. Yo creo que en piscina si quedara octava, la campeona olímpica no se va a acercar a darme la enhorabuena ni muchísimo menos. En aguas abiertas sí porque a lo mejor yo he quedado décima, pero he estado una hora y media delante con ella tirando, entonces dice: “Ay, esta chica ha estado aquí”. Hay muy buen rollo y todos son muy deportistas. Es un entorno muy familar, que es lo que más me gusta.
–¿Cuál es su rutina de entrenamiento?
–Aunque entreno a veces en el mar, normalmente lo hago en piscina. Entreno seis días en semana con el domingo de descanso. Los lunes, martes, jueves y viernes entreno unas seis horas: dos horas y media de agua por la mañana, otras dos horas y media por la tarde junto a una hora de gimnasio. Los miércoles y los sábados, una sola sesión. Valoro muchísimo el tema del descanso porque al final es lo que me recarga las pilas para empezar el lunes fuerte. No creo tampoco que haya que sobrepasar la sobrecarga de entrenamiento porque si no, vas encadenando semanas malas de cansancio y tu cuerpo también necesita ese descanso. Terminar un sábado a mediodía y empezar un lunes, me da esa fuerza para volver a empezar la semana fuerte.
–¿Es posible compatibilizar este ritmo con los estudios?
–Ahora tengo parados los estudios, pero el año que viene quiero retomarlos. Todo depende de cómo vaya, de si me clasifico o no. Es muy complicado porque como me te he dicho son seis horas, pero después están las horas de transporte, las comidas, el descanso… Hay muy poco tiempo ahora mismo. Si puedo, quiero sacarme el curso de monitora o de entrenadora. Algo relacionado con el deporte y la natación. Me parece interesante poder trasmitir la experiencia que yo coja.
–¿Volver a entrenar en Málaga fue un chute de confianza?
–Ha sido un impulso de energía. Para mi respirar este aire, este entorno, la gente de aquí, mi familia, mi entrenador de toda la vida, mi nutricionista, mis médicos... Son gente que te da ese plus de confianza y si tu estás mal te da un apoyo extra porque te conoce. Es un impulso de energía y de decir: “Vamos a prepararlo como sabemos”. He formado mi equipo con el que vamos a llegar todos. Para mí, no solo llego yo. Ellos también conmigo.
–¿Una rivalidad sana la que tiene con María de Valdés? La otra nadadora malagueña que viaja a Corea.
–Sí, totalmente sana. Tuvo una lesión del hombro. Considero que es una chica muy fuerte porque el haber pasado esa lesión en 2015 y ahora volver a meterse otra vez en un deporte tan duro como las aguas abiertas, que son golpes, frío y mucho movimiento... Me parece que es una persona muy fuerte. Supera una lesión y encima ha podido volver a un alto nivel. En el agua somos rivales, por supuesto. Pero fuera del agua somos muy buenas amigas. Competimos juntas en el cinco.
–Para culminar, un deseo a corto y largo plazo.
–A corto plazo, por supuesto, alcanzar el top ten en el Mundial. A largo, todo depende. Si me clasifico, hacer un muy buen papel en Tokio y en el caso de que no me clasifique, estar en la prueba preolímpica del año que viene en el top 15 para poder clasificarme y hacer lo mismo en los JJ.OO.
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