Intratable El Mouaziz
Atletismo
El marroquí marca un tiempo de una hora, cinco minutos y 59 segundos. Sus compatriotas Kallouche y Abdelsalam han completado el podio. La también marroquí Nazha Machouh gana en la categoría femenina.
"La semana pasada viajé 14 horas de París a Santiago de Chile para una carrera. Regresé a Marruecos, fui a Granada y desde allí cogí un coche para venir a Málaga. Se sufre mucho siendo atleta, pero en días así merece la pena", contaba a este periódico un relajado Abdelhadi El Mouaziz tras vencer por cuarta vez en su carrera en la Media Maratón de Málaga. Lo hizo de forma casi insultante, controlando la carrera desde los primeros metros en solitario y parando el cronómetro en un fantástico tiempo de 1:05:59. El marroquí del Cueva de Nerja compartió podio con sus compatriotas Kallouche y Abdeselam; los cuales privaron a los malagueños Dani Pérez y Javier Díaz Carretero -cuarto y quinto, respectivamente- de un hueco entre los tres primeros. En categoría femenina, Nazha Machrouch aventajó en más de cinco minutos a Paula Ramírez y Rebecca García, ambas del Cueva de Nerja.
El día amaneció fantástico en la capital de la Costa del Sol, que hizo gala de su clima con una mañana incluso calurosa que, sin embargo, no privó a la Málaga deportiva de un buen espectáculo en sus calles. Fueron muchos los que acompañaron en cada es quina a los corredores, además de los que esperaron pacientemente en la línea de meta situada en un Estadio de Atletismo con un ambiente fantástico.
Con puntualidad británica, a las 9:30 se ponía en marcha la carrera, con una salida limpia que daba paso a las primeras alegres zancadas. Por delante de todos, un hombre. El Mouaziz, al que habría que llamarlo El Mouaziz IV de Málaga tras su victoria. El marroquí volvió a dinamitar una prueba desde los primeros metros. No esperó a nadie, no miró atrás; sólo empezó a correr a un ritmo endiablado recortando poco a poco los 21.097 metros del recorrido. Nadie podía seguir la estela del corredor del Cueva de Nerja, que alcanzó el ecuador de la prueba con algo más de un minuto sobre un grupo de corredores entre los que se encontraban los malagueños Dani Pérez y Javier Díaz Carretero.
"El Mouaziz ha estado muy fuerte, su ritmo al inicio ha sido brutal. Intentar seguirlo era un suicidio, corría por debajo de los tres minutos. Ese no era mi ritmo y lo sabía. Entre Javi Carretero y yo nos hemos entendido muy bien al principio, marcando buenos parciales, pero a partir de ahí los marroquíes no han colaborado mucho. A partir del 15 ha sido una vigilancia total", aseguraba Dani Pérez, fatigado, mientras reponía los líquidos perdidos. El malagueño se lamentó porque "en el kilómetro 10 he tenido problemas de flato", además de sentir una "sensación agridulce, ya que el objetivo era estar en el podio y por debajo de una hora y siete minutos, pero no pudo ser".
Y no fue así porque, con el Mouaziz lanzado descaradamente a por su póker de triunfos, Kallouche y Abdeselam esperaban pacientes su momento junto a Pérez y Díaz Carretero, que marcaron el paso durante gran parte de la prueba. Los marroquíes aguardaron con un punto más en la recámara, que utilizaron con la carrera entrando ya en el último kilómetro. Entre ellos se dividieron las dos plazas restantes del podio, con menos de 15 segundos de ventaja sobre los locales.
Faltaba por dirimir quién se llevaba la gloria en categoría femenina o, más bien, quedaba esperar la llegada de Nazha Machrouch, que tuvo un paseo triunfal durante los últimos kilómetros. Hasta cinco minutos le endosó a Paula Ramírez, segunda, y siete a Rebeca García, que llegó en tercera posición. Hubo que esperar unos minutos más para ver llegar a la primera malagueña, la eterna Beatriz Jiménez, que acabó quinta.
A partir de ahí era el turno de "la marabunta", como definía el speaker Manolo Sarria a los miles de atletas que, lejos de las marcas y las medallas, dejan imágenes de todo tipo. Los hay que, exhaustos, sólo pueden buscar una sombra bajo la que cobijarse. Otros unen sus manos al paso por la línea de meta, dejando atrás 21 kilómetros de superación personal. "Estoy esperando a mi mujer, se quedó atrás en el kilómetro 10 y yo quería esperarla pero me gritó: 'Ni se te ocurra', y ya sabes, la jefa manda", decía entre risas Agustín Fernández, desconociendo su propia marca.
El césped en el que habitualmente entrena el Málaga se convirtió en territorio donde los atletas reposaban tras completar el recorrido. Lo hacían tras recoger un avituallamiento del que se escucharon quejas por la mala organización de las carpas repartidas por la pista. "Hay que hacer una cola tremenda, prefiero salir fuera y comprarme algo en el quiosco", comentaba uno de los participantes.
Fue el único lunar a una mañana a la que no todos vencieron. El calor y la falta de hidratación provocaron algunos desvanecimientos tanto en la carrera como en la llegada, todos ellos sin pasar a mayores. Mientras tanto, las diversas personalidades, encabezados por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, respaldaban en el podio a los ganadores, que disfrutaban de su momento.
Fue el colofón de una Media Maratón que descontó sus últimos minutos con los atletas más rezagados buscando en la grada a sus familiares. Algunos, como Juan, tenían claro cuál era el plan: "Después de esto lo único que quiero es una cerveza". Con o sin ella, los 7.511 participantes que tomaron ayer la salida ya esperan a la edición del próximo año.
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