Joaquín, genio y figura

Joaquín yerra un penalti para después sentenciar· Se asocia con Isco y define en una suerte en la que no es maestro

Joaquín dedica el gol a la grada.
José Manuel Olías / Málaga

25 de octubre 2012 - 05:02

Los cuatro últimos jugadores españoles que le habían marcado un gol al Milan en partido oficial eran Pedro, Villa, Xavi e Iniesta. Todos grandes, todos campeones de europa y del mundo, de todo, con el Barcelona. Joaquín es futbolista de esos vuelos, de ese calado. A algunos de la lista anterior no lo desmerece. El lugar y el momento adecuado le faltó para coronarse como un futbolista de dimensión mundial. Sigue siendo, no obstante, un futbolista extraordinario el que ahora se disfruta en Málaga.

El grito unánime de La Rosaleda con su nombre al descanso, instantes después de fallar su segundo penalti en cuatro días, en la misma portería, los dos fuera del arco, dejan claro que es un jugador adorado por la grada. Seguramente ya no tire más penaltis para este equipo. Pellegrini bromeaba tras el partido sobre la referencia que le había hecho Joaquín en la conferencia de prensa previa. Le cuestionaron por el chileno y dijo que qué iba a decir, si estaba ahí al lado suyo, no se fuera a enfadar. Pero no, Pellegrini tiene en altísima estima al portuense, al que ha dado un último retoque en su formación de jugador, haciéndole más completo, más dañino ante el arco. Esa responsabilidad en los penaltis que, dijo el sudamericano, seguramente se le retiraría. "Hablaremos", terció.

Joaquín repitió la escena del día del Valladolid. Falló un penalti y después metió el gol del triunfo. Definió, una suerte en la que no es maestro como sí en otras, un pase mágico de Iturra que él mismo habría firmado. No se le hizo pequeña la portería cuando Amelia se le abalanzó. En cierta forma, las referencias a Joaquín habría que escribirlas como una crónica taurina o una crítica flamenca, dos mundos que él adora. Normal, siendo de El Puerto, donde la arena taurina más grande del mundo. Creció a escasos metros de ella. Y entre tablaos flamencos en los que la música no se apagaba. "Prefiero escuchar a Camarón que ver un partido de fútbol", decía en sus inicios.

Es Joaquín. Capaz de fallar dos penaltis, pero de jugar también primorosamente al fútbol. De asociarse con un chaval de Benalmádena y convertirse, dos andaluces, en las caras sobre el césped de este Málaga. Genio y figura, este Joaquín Sánchez Rodríguez.

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