El Málaga, contra la hipnosis azulgrana

Pellegrini sabe que los dos duelos que quedan ante ellos pueden afectar al ánimo en un sentido u otro

Iturra, desde el suelo, intenta quitarle el balón a Messi.
Iturra, desde el suelo, intenta quitarle el balón a Messi.

Tres partidos contra el Barcelona, tres milenios de tortura parecen. Al menos si el conjunto azulgrana es capaz de mantener el nivel exhibido en La Rosaleda el pasado domingo. Perdidos ya los tres puntos ligueros, queda el sueño de dar la campanada en la Copa del Rey. Pero hay en juego algo más que eso. Manuel Pellegrini es consciente del doble o nada que supone jugar contra el conjunto de Tito Vilanova en un periodo tan comprimido en el tiempo. Salir trasquilado por tres veces o dar un susto con el que nadie cuenta, dos extremos tan distantes y distintos que pueden marcar un antes y un después emocionalmente en su plantilla.

De hecho, ya se ha gastado la bala liguera. Y el déficit que deja no es solo una derrota clara (1-3), sino también un reseñable escalón entre malagueños y barceloneses. Está por ver si el técnico azulgrana mantendrá las rotaciones que hizo en anteriores eliminatorias, aunque sucede que éstas tuvieron lugar contra equipos de inferior categoría (Alavés y Córdoba). Presumiblemente no, aunque sí efectuará alguna que otra. Claro que Pellegrini también hará lo mismo pensando en tener fresco a alguno de sus puntales para el partido liguero contra el Celta.

Ciertamente, el inicio de los blanquiazules en 2013 poco tiene que ver con el equipo arrollador que se marchó del año pasado tumbando al Sevilla y al Real Madrid. El Málaga nunca se sintió cómodo en el partido de Riazor y sufrió de lo lindo para revertir el encuentro copero contra el Eibar. Tuvo 25 minutos buenos de resistencia ante el Barcelona, si bien no hubo atisbo de ese equipo que suele llegar con frecuencia al área rival y acumula ocasiones de gol. Pellegrini lo ha detectado y quiere evitar que una dura eliminación contra el Barcelona, pese a ser previsible, pueda minar la mentalidad de sus jugadores, que hasta hace unas semanas estaba a prueba de bombas.

La verdadera guerra blanquiazul está en el campeonato de Liga. En toda la primera vuelta no salió de la zona europea en 18 jornadas, únicamente estuvo fuera de ellas en la segunda jornada, tras empatar contra el Mallorca. Pero le han comido terreno sus perseguidores. El Betis le ha arrebatado temporalmente la cuarta plaza, la última que da derecho a jugar Champions (sanción de la UEFA aparte). El Rayo le ha igualado a puntos (31, que vale para que ambos ocupen actualmente plaza para la Europa League). Pero el Valencia y el Levante andan a tan solo un punto de los blanquiazules. Por eso Pellegrini no quiere que este triplete ante el Barcelona pase factura.

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