El Málaga se lleva una ventaja traicionera
Copero Se puso 2-0 cuando menos lo merecía, recibió el 2-1 en un infortunio y luego rozó varias veces el tercero Sorprendente Pese a que tiene la puerta de salida cerca, Edinho se reivindicó con un gol de falta propio de Cristiano Ronaldo
Lo bueno de la Liga es que el tropiezo de un día se puede arreglar en alguno de los partidos siguientes. En la Copa no hay ese margen, cada fallo es un resbalón hacia el abismo. Igual que cada bonanza es un salto enorme hacia adelante. Por eso el Málaga se fue al descanso con un oasis de petróleo a tenor de su brillante puntería y compungido al final del encuentro por la mala suerte encadenada en el tanto de Stepanov en propia puerta. La conclusión es que dentro cinco de días el equipo jugará en Getafe defendiendo una de esas ventajas incómodas que te da la Copa cuando ganas encajando un gol.
Al descanso el resultado era para frotarse los ojos. Hasta siete ocasiones lamentaron los de Míchel, máxime cuando el Málaga había hecho pleno gracias a Apoño y Edinho en dos grandes chuts.
De hecho, lo más sustancioso del encuentro lo firmó Edinho. Agonizaba la primera mitad y ocurrió una falta peligrosa en la frontal, de esas ideales para Duda. No estaba el luso, así que, lógicamente, agarró el esférico Albert Luque. Apoño se acercó, pero ni se atrevió a discutirle, cuestión de jerarquía. Cuando el catalán colocaba la bola, Edinho surgió por allí y le tuvo que decir algo tan convincente como Bravo a Sandro el día del ascenso a Primera con el Albacete (el paleño quería resarcirse de un fallo anterior que costó gol) como para que el zurdo se fuera sin rechistar. Sorpresa en La Rosaleda, más cuando el portugués dio pasos calculados atrás, con el mismo estilo de Cristiano Ronaldo. La estupefacción se confirmó con un golpeo seco y envenenado de efecto, pese a que la primera impresión hizo pensar que un golpeo en la barrera distrajo a Codina. El madridista ya ha marcado muchos así y se ve que Edinho ha practicado con él en las concentraciones con Portugal vista la magistral ejecución. Quería reivindicarse y lo hizo a lo grande. Albert Luque fue el primero en correr a felicitarle, igual que Sandro a Bravo en aquella histórica falta chutada con convicción.
La reanudación aparejó las dudas lógicas que está despertando esta temporada el Málaga, pues le cueste la misma vida defender sus ventajas en el electrónico. La lógica concesión de metros al rival para adoptar un rol de contragolpeador no viene acompañada de velocidad en las transiciones ni de mantenimiento y circulación del balón para desgastar corriendo al rival. De hecho, el 1-0 se digirió peor en los locales, que apenas enlazaban dos pases mientras el Getafe hilaba con facilidad para buscar a Santamaría. El psicológico tanto de Edinho pareció hundir al cuadro de Míchel, que no fue el mismo en el segundo acto.
Pero fue el propio Málaga el que le dio la vida a los sureños de Madrid. Una mala cesión con la testa de Jesús Gámez tuvo continuidad en el despiste de Stepanov, que para colmo de males, en el intento por despejar dibujó una sutil vaselina sobre Santamaría. Parecía que al fin se conseguía lo que se lograba, puesto que era el tercer disparo en propia puerta de la noche con bastante peligro. Era el ecuador de la segunda mitad, un duro puyazo. Aun así, el Getafe siguió sin comparecer de nuevo. De hecho, despertó el Málaga. El propio Stepanov intentó redimirse con un buen testarazo a la salida de un córner, pero Rafa lo abortó cuando se cantaba gol. Los de Míchel decidieron que el tanto a domicilio ya eran buen botín para la vuelta y aflojaron el ritmo y apostaron por el orden; el Málaga tampoco se volvió loco y, en contra del 2-0, supo mantenerse firme en el encuentro, incluso con tiempo para buscar a Codina. En el tramo final incluso llegó otra clara ocasión tras una vaselina de Valdo que se iba fuera y Edinho metió para dentro para que Albert Luque cabeceara con mucho a favor, aunque por allí aparecieron las melenas de Boateng para emular el despeje de Rafa bajo palos.
El Málaga obtuvo la mayor ventaja cuando más sufrió y recibió el revés cuando menos lo merecía, pero debe subyacer también que hubo una mejora colectiva en diversos tramos del encuentro, sobre todo en el juego combinativo para buscar la salida al ataque. Pero los méritos dan igual, estos duelos siempre los decida la magia de la Copa de la Rey.
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