Maratón de Málaga: Dominio keniano bajo la lluvia
Atletismo
Barnaba Kipkoech y Risper Chibet se imponen en la prueba, aunque el clima impide que se bajen los récords de una prueba que va creciendo cada años más
La prueba en fotos
“Run and Sun” (“Correr y sol”) era el lema de la 12ª edición del Maratón de Málaga, con el patrocinio de Generali y el paraguas de Atresmedia, que está permitiendo subir de nivel a la prueba, buscando marcas y número de participantes para crecer cada año más. Se adquieren estándares de calidad cada vez más altos, en uncírculo que parte de la inversión. Con la mitad de los 8.000 inscritos extranjeros, las instituciones explican así que hay negocio y que revierte en la sociedad.
La realidad es que fue “Run and Rain” lo que ocurrió, correr bajo el agua. El líquido, tan necesario y que tanto se agradece en toda la Costa del Sol, fue el protagonista de una Maratón con notable nivel en sus corredores de élite, tanto en la categoría masculina como en la femenina. Capacitados para correr por debajo de los mejores tiempos de la prueba, el objetivo que se perseguía, pero el suelo mojado era un obstáculo importante y también hay desgaste cuando se aguanta caer sobre el cuerpo el agua de manera constante. Arreció en algunos tramos y eso impidió el objetivo, pero el espectáculo se dignificó, dejando estampas bellas que retrataban el gran esfuerzo realizado para completar una carrera que se va consolidando en el calendario. Además de los africanos que dan realce y lustre al evento, nórdicos, un grupo nutrido de brasileños, centroeuropeos, más mediterráneos (italianos y franceses, sobre todo), también de la orilla sur, con marroquíes luciendo con orgullo su bandera en pleno éxtasis por la actuación de la selección de fútbol en el Mundial de Catar.
Rostros conocidos como el polifacético artistas malagueño Dani Rovira también se animaron a completar la carrera completa o la Media. El maratoniano sampedreño Javier Díaz Carretero o el triatleta internacional Alberto González también se pusieron las zapatillas. Un madrugón dominical para estar a tono que esta vez tenía a la lluvia como compañera. Competitivamente, volvió a dominar Kenia. La gran dominadora del fondo mundial junto a Etiopía produce atletas en cantidades industriales, también con la cara negativa de que crecieron los casos de dopaje en el país africano. Según el nivel de marcas de los atletas hay un circuito de pruebas en Europa a los que acceden. Y en Málaga fueron Barnaba Kipkoech y Risper Chebet quienes rompieron la cinta de llegada. Se quedaron a menos de un minuto el primero y a algo más de él la segunda de bajar los registros, pero ello no le quita un gramo de mérito a su actuación.
Kipkoech se impuso con un tiempo de 2:08.21 (2.07.39 era el récord del año pasado). Una marca que en los 80 o los 90 era élite mundial, aunque con la carrera espacial de las zapatillas y los métodos de entrenamiento ahora es más humana. Completaron el podio el etíope Abdi Asefa Kebede (2:08.52) y el keniano Mathew Kibiwott Sanga (2.09.20). Otros tres atletas más bajaron de 2:10. La densidad de corredores bajo esa frontera simbólica también es un detalle de la calidad de la prueba. Justo el último bajo ese tiempo llegaba el corredor con mejor palmarés absoluto de la carrera, Edwin Cheruiyot Soi (36 años). En los JJ. OO. de Pekín 2008 ganó la medalla de bronce en los 5.000 metros, tras el etíope Kenenisa Bekele y su compatriota Eliud Kipchoge. Poca broma. El hecho de que hubiera un grupo compacto hasta bien pasado el kilómetro 30 ayudó al esfuerzo colectivo para una buena marca.
En la prueba femenina, fue Risper Chibet quien mandó, con un tiempo de 2:26.12. La keniana fue siempre con autoridad y conmargen, peleando contra el crono para bajar la marca, pero con ese problema de la lluvia y del suelo resbaladizo. En cualquier caso, una marca de 2:26.12, con la que hubiera ganado en categoría masculina en las primeras ediciones. Es un síntoma del crecimiento de la prueba. Tras ella llegaron la etíope Birke DebeleBeyene (2:28.13) y la finlandesa Alisa Vainio (2.28.41). También Caroline Cheptonui Kilel bajó de las 2 horas y media, un reto que se suelen poner corredores masculinos de cierto nivel. Otros las 2:45, otros las 3 horas, algunos las 4... Es lo bueno de la maratón y las pruebas atléticas de fondo del deporte más democrático del mundo, en la que no sólo se compite con los demás corredores, sino con el pasado y el futuro de cada uno.
La duodécima maratón de Málaga fue la de la lluvia, pero también la de muchas historias de superación, desde el que gana frisando con las dos horas hasta el que acaba la prueba con más de cinco horas. ¿El sol? Otro año será. El agua no fue buena para la prueba pero es una maravilla necesaria para Málaga.
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