Las caras de la felicidad
Media Maratón Málaga
Cristóbal Valenzuela y Lola Chiclana se imponen en la XXX Media Maratón de Málaga, que devolvió a la calle a miles de corredores que completaron los 21.095 metros de la prueba
Anima la certeza de que pruebas multitudinarias son posibles de nuevo
Decenas de historias, cientos, hasta cuatro o cinco mil batallas podrán contar los participantes de una cita que cumplió una edad para tener en cuenta: 30 años. La Media Maratón de Málaga se va haciendo mayor, pero pareció más rejuvenecida tras dos años y medio de espera, la pandemia se llevó por delante una edición que iba a ser “la hostia”, en palabras del organizador, Manolo Sarria. Pero no desmereció en absoluto No había grandes nombres foráneos ni marcas estratosféricas, pero estaba la esencia del atletismo popular, lo que realmente alimenta este tipo de pruebas. Atletas locales, dos ganadores jiennenses que corren por el Trops Nerja, Cristóbal Valenzuela y Lola Chiclana. Ellos inscribieron sus nombres en una prueba especial, la del regreso.
Las caras de ilusión que se percibían en la salida, cuando a las 9:30 horas se dio el pistoletazo, encerraban esas historias particulares, de vencerse a sí mismo o al tiempo, al crono y al biológico. Los rostros mutaban a felicidad a la entrada de la meta tras 21.095 metros de agonía y gozo. Porque la organización modélica de un evento multitudinario como esta Media Maratón, con sus medidas protocolarias aún, es también la victoria de la vida después de año y medio de congoja con el virus. La guerra aún no se ha ganado, pero hay indicios serios de que caerá.
Málaga amaneció con algo de frío pero con esplendor de luz. El sol fue tomando posesión para dar brillo a una carrera cuyo recorrido también volvió al pasado para facilitar las distancias. Según las marcas, los corredores entraban en un cajón distinto, hasta cinco. La élite por delante, más atrás progresivamente los corredores con marcas acreditadas más altas. Tras los discursos de las autoridades, el inicio, con un amplio tramo por la costa, donde los corredores que se disputarían la victoria ya marcaban diferencias. Pablo Salcedo, Alberto González Quílez y Cristóbal Valenzuela marcaban el ritmo en hombres y Lola Chiclana, Sandra Schenkel y Fatima Ouhaddou en mujeres. Chiclana hizo la ruptura pronto, mientras que en hombres hubo más alternancias, con Salcedo mandando al inicio y Valenzuela asestando el golpe definitivo para entrar en meta con autoridad, con un tiempo de 1.06:46. El récord de la prueba data de 2006, del keniano Silas Sang, entonces el mejor registro en suelo español en una media. Tras unos años en los que se apostó por corredores foráneos para intentar atraer las grandes marcas, la prueba que nació ligada a una asociación ferroviaria allá por el año 90 ha oscilado más hacia la vertiente popular sin descuidar la élite. Nombres que han sido internacionales por España, como los malagueños veteranos Dani Pérez (cuarto) o Javier Díaz Carretero (noveno) también le dieron lustre a una prueba que concentró a numerosos espectadores, sobre todo a su paso por el centro histórico de la capital.
Mientras llegaban corredores, hasta casi las tres horas de recorrido y con el mismo mérito que los que rompen la cinta al llegar, la certeza de que el rey de los deportes vuelve a abrirse paso en eventos con miles de personas es la mejor noticia. Málaga disfrutó de una Media más local, pero con un sabor especial.
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