"A Moscú iremos con la artillería"
Cabezas, el ejecutor del triunfo ante el Barça, da valor a la victoria y manda un mensaje de optimismo
El día de descanso del que disfrutó la plantilla del Unicaja no fue tal para Carlos Cabezas. El autor de la canasta del triunfo ante el Barcelona echó la tarde entre una sesión de gimnasio y series de carreras en Los Guindos. "No hay tiempo que perder", dice el base malagueño, que pretende recuperar su máximo nivel físico cuanto antes. Su mínimo, no obstante, le basta para decidir un partido de Top 16 de Euroliga después de un mes parado.
"Estoy muy contento por cómo me respondió la pierna. No me dolió. Apenas había entrenado 40 minutos el día antes con el equipo. Lo único es que inconscientemente fuerzas un poco más la otra pierna y la tengo un poco cargada, pero nada importante y hoy -por ayer- ya pude trabajar bien. Siempre tienes respeto a la hora de forzar después de un parón así, pero la pierna respondió de miedo. Sí es verdad que me falta ritmo y eso se nota sobre todo en los pulmones, pero las sensaciones fueron positivas", asegura el base del Unicaja, al que el periodo de convalecencia le ha servido, en el único sentido positivo, para recuperarse de molestias en muñeca, espalda y rodilla, zonas castigadas por el sobreesfuerzo derivado de la acumulación de partidos.
Si volver después de una lesión da una inyección de moral al jugador, anotar la canasta decisiva potencia la dosis recibida. Cabezas relata con exactitud sus sensaciones en esos 13 últimos segundos, cuando Scariolo le ordenó salir desde el banquillo después de que Jaka Lakovic anotara dos tiros libres que ponían al Barcelona un punto por delante: "Creo que Sergio [Scariolo] me sacó para que me la jugara. Tampoco me dio una instrucción concreta. Ellos cambiaron rápidamente la marca y me pusieron a Acker, que es un buen defensor. Ahí en ese tiempo se pasan muchas cosas por la cabeza. Pensé frenarme y tirar el triple y así intentar igualar el averaje, pero vi más claro ganar el partido, que para seguir vivos también nos valía. Intenté buscar el contacto, bien para sacar la falta o bien para ganar el espacio para lanzar y evitar el tapón. Ilyasova y Acker me puntearon y llegaron lejos, pero pude apoyar bien las dos piernas y coger el impulso suficiente para evitarles y anotar la canasta. Fue un poco forzado, pero me salió redondo, la verdad, porque sólo dejé dos décimas para su último tiro. Anotar la canasta decisiva el día que reaparecía me ha dado un subidón de confianza y ganas".
En principio, la sensación después del partido fue agridulce por no haber ganado el averaje al Barcelona, pero con el transcurrir de las horas se comienza a valorar el triunfo. Y ganar en Moscú tampoco es imposible, como acaba avisando Cabezas: "Tras el partido estábamos un poco frustrados. Pero hay que darse cuenta de que ganar el partido nos vale para seguir dependiendo de nosotros, lo que no hubiera pasado en caso de derrota. A Moscú vamos con toda la artillería. ¿Que es difícil ganar allí? Mucho, pero el equipo ha demostrado carácter y estamos vivos".
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