Moutinho reina en Do Dragao
La presión del Oporto anuló la magia de Isco El portugués fue omnipresente y consiguió marcar
Los focos de Do Dragao estaban fijos en dos de las grandes figuras que se citaban sobre el terreno de juego. Aunque con el paso de los minutos el malaguista se fue diluyendo y el portugués tomó la batuta del encuentro y lo dirigió a su antojo. Hasta el punto de lograr el único tanto del encuentro. Sorprendió desde atrás, apareció entre los centrales y en posición antirreglamentaria batió a Caballero. Enfrente, Isco perdía su magia ante la presión y la intensidad que impuso el Oporto durante todo el encuentro. Sin tiempo para levantar la cabeza, cada control era una cuestión de supervivencia para la posesión malaguista. El equipo le buscó, pero el malagueño no pudo desplegar su juego habitual en ningún momento.
Defensa. En facetas defensivas, la labor de Moutinho fue clave. Presionó en campo rival y robó numerosos balones en tres cuartos de cancha que generaban constantes jugadas de peligro. Atosigó a Toulalan e Iturra en la salida de balón e impidió que el Málaga pudiese iniciar con criterio sus jugadas. En su haber, gran parte de la culpa de que los malaguistas no acostumbrasen a tener la posesión habitual. En la otra cara de la moneda, Isco agotaba sus fuerzas para correr detrás del balón. Persiguió rivales y aguantó el tipo ante la constante avalancha portuguesa.
Ataque. Escudado por Lucho y Fernando, Moutinho campó a sus anchas por el campo. Conectó con todos sus compañeros y se mostró omnipresente en el césped. Lideró a s u equipo con balón y sin él. Cuando no generaba juego, sorprendía llegando desde atrás y así consiguió el tanto de la victoria. Aprovechó un maravilloso pase de Alex Sandro para colarse entre Demichelis y Weligton y marcar. Un contraste brutal con las tímidas acciones de Isco en ataque. El malaguista no fue capaz de escapar de la presión rival y sólo tuvo leves destellos de calidad bordeando el área de Helton. Muy lejos del nivel que acostumbra a mostrar.
Virtudes. Moutinho brilló dejando ver todas sus cualidades como futbolista, mientras que el buen hacer del Oporto terminó por apagar la magia de un Isco que no pudo mostrar su catálogo habitual en los octavos de la Champions. Le tocará hablar en casa.
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