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La remera malagueña Natalia de Miguel se encuentra ya en Múnich (Alemania), donde competirá desde este jueves 11 de agosto hasta el domingo 14 por conseguir un nuevo metal. "Me encantaría volver a conseguir una medalla, pero realmente no sé en qué estado llego, pasé el Covid hace relativamente poco y empecé a encontrarme bien hace una semana y media aproximadamente. Entonces mi objetivo es ir regata a regata y sacando mi mejor rendimiento, si consigo esto todo irá viento en popa", expresa la remera del Real Club Mediterráneo tras realizar su primer entrenamiento en tierras alemanas, su preocupación por no llegar a esta cita era importante, aunque ya está concentrada.
La joven de 26 años competirá en el Campeonato de Europa en la prueba de skiff ligero femenino, donde irá sola en su bote. Este es su análisis: "Es muy duro a nivel mental. Para mí está siendo una experiencia muy bonita, porque creo que estoy mejorando mucho como deportista y como persona y me está ayudando a conocerme mucho". Natalia explica que hace sobre 20km al día y reconoce entre risas que son "muchas horas sola, de hecho, a veces hasta me hablo a mi misma en voz alta".
Aunque físicamente esté sola en ese bote, la malagueña reconoce que no está sola moralmente: "Cuando estoy más bajita de ánimo y me siento sola, sé que eso no es así, que en el bote va conmigo mucha gente: mi familia, mis amigos, mis entrenadores, mi pareja y muchísima gente que me apoya día a día". La remera del Real Club Mediterráneo no tiene miedo a admitir que a "nivel mental llevo un año trabajando con mi psicóloga Delia. Ella también es de Málaga y hacemos muchas sesiones online, me está enseñando muchos trucos y técnicas para sacar mi máximo rendimiento, porque si tengo mi mente al 100%, el físico sé que no me va a fallar. Es un trabajo diario y de muchos meses".
La laureada malagueña admite llegar con "muchas ganas de competir y ver si consigo mejorar los errores que cometí en la primera Copa del Mundo", aunque es sincera consigo misma: "Está regata no la hemos preparado, porque nuestra regata importante es el Campeonato del Mundo y queda poco más de un mes". Es necesario recordar que Natalia fue bronce de esta misma modalidad en la Copa del Mundo de Belgrado, esa donde comenta que cometió errores, siendo su primera participación en dicho torneo.
La representante del Real Club Mediterráneo se tranquiliza a sí misma y a sus seguidores: "Tengo buenas sensaciones y muchas ganas de sacar mi mejor versión. Las sensaciones son buenas". De hecho, explica que las condiciones que presenta el agua le pueden acompañar: "La pista es dura en comparación con Sevilla, allí el agua es caldo del puchero, a mi personalmente me gusta más remar con el agua más dura, porque siento que puedo mover mejor el bote".
Natalia será la única representante malagueña de la convocatoria andaluza, aunque ella admite que le gustaría que hubiera "alguien más aquí, como compañero o como entrenador. Echo mucho de menos a mi entrenador de Málaga Sergio Pérez, pero él está en el club formando a los pequeños para que en unos años puedan estar aquí conmigo compitiendo y luchando para dejar a Málaga en lo más alto del podio". La remera aprovecha para alabar el trabajo que se está haciendo desde su ciudad natal: "Este año ya conseguimos tener representación en la categoría juvenil masculino y la sub 23 femenina. Además viene una buena generación de chicas cadetes. Esto seguirá ayudándonos a subir el nivel del club a nivel nacional e internacional".
"A nivel físico estoy bien, también es que el último recuerdo de sensaciones precompetición no eran las mejores, ya que para la tercera Copa del Mundo pillé el Covid y no pude competir", avisa la malagueña, quien hace hincapié en que están en periodo de cargar y "la preparación fue mínima, una semanita de series un poco más intensas, pero nuestro objetivo es llegar en las mejores condiciones para el Campeonato del Mundo". Ahora toca descansar y aprovechar los entrenamientos en Múnich para llegar lo más preparada posible a la competición, donde Natalia reconoce que físicamente llega genial, a pesar de haber pasado el Covid hace poco, ojalá el trabajo de Delia y el apoyo moral sean suficiente para sobreponerse a la soledad del bote.
Natalia de Miguel aprovechó la llamada desde Alemania para comunicar que ya es licenciada en INEF y manda un mensaje para todos los deportistas que están comenzando: "La verdad que los últimos años me costó mucho, porque estaba muy obsesionada con rendir al máximo y esto hacía que solo viera el objetivo deportivo. Sin embargo, me he dado cuenta de que aunque sea poco a poco es bueno tener algo más a parte del deporte, que te ayude desconectar y si las cosas no salen como quieres... tenga otro punto donde apoyarte y sentirte realizado". La remera adelanta cuáles son sus propósitos académicos ahora: "Mi objetivo para el año que viene es estudiar inglés y buscar algún curso de entrenamiento personal que sea compatible con los entrenamientos".
La malagueña admite que entrenar en su ciudad natal "es difícil, el Club Mediterráneo me da todas las facilidades posibles, pero el lugar donde entrenamos es en la Viñuela. Este está a 45 minutos de mi casa y cada vez tiene menos agua, cuando voy allí en Navidad disfruto mucho de los entrenos, pero es cierto que es muy complicado llegar al volumen de trabajo que necesito, porque se pierde mucho tiempo". Por eso, suele entrenar en Sevilla, ya sea en el Real Club Náutico o el Real Círculo de Labradores. Natalia agradece la labor de su club: "Están haciendo un gran trabajo y una buena inversión para conseguir que la Viñuela sea un sitio top para poder entrenar", aunque es sincera, "pero creo que aún nos falta unos años".
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