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Málaga/La gesta alcanzada por España en el Mundial de fútbol femenino culmina la labor de muchas pioneras que abrieron camino, como Nita Carmona, alias "Veleta", que en los años 20 del pasado siglo se caracterizaba como un hombre para poder jugar junto a ellos y fue quizás la primera futbolista en nuestro país. La figura de Nita -que casualmente comparte apellido con la heroína de la final, Olga Carmona, autora del gol español- fue descubierta por el periodista, investigador y coleccionista deportivo Jesús Hurtado cuando escribía un libro sobre la historia del Vélez CF.
"En los años 90 hablé con exjugadores que entonces tenían 80 años y que ya no viven, que me aportaron fotos y me dieron nombres, apellidos y motes de aquellos pioneros", explica Hurtado a EFE. En algunas de esas fotos aparecía un jugador apodado "Veleta", y cuando Hurtado preguntaba cómo se llamaba, "nadie se acordaba, respondían otra cosa o no querían hablar".
Después de publicar ese libro, una tarde en la que estaba reunido con algunos de esos veteranos, le "confesaron que era una mujer y que había nacido en 1908 en Málaga, donde había tenido muchos problemas, porque la persiguieron y le raparon el pelo, y que quería jugar al fútbol, pero no había fútbol femenino".
Carmona llegó a ser detenida "por alteración del orden público", según el investigador, que apunta que, antes de llegar al Vélez CF, Nita había jugado en el Sporting de Málaga, "auspiciada por el padre salesiano Francisco Míguez, que sabía que era mujer y que jugaba al fútbol, y que la encubría".
Pero finalmente, todo "explosiona" en Málaga, la detienen y le cortan el pelo. "El cura le dice que cambie de aires y se va a Vélez-Málaga. De ahí toma el apodo de 'Veleta', que cambia según el aire", explica Hurtado.
Un comité del Vélez CF estudió la situación y lo habló con otros dos jugadores que antes habían compartido equipo con Nita en Málaga.
"Pero, ¿cómo va a jugar una mujer?", se preguntó uno de los directivos del Vélez CF. "Es que esta juega mejor que nosotros", respondieron sus dos compañeros. Alcanzaron "un pacto de caballeros" y acordaron que "nadie diría nada y cuando jugara sería siempre con el mote de 'Veleta', nunca como Ana, como Nita ni como Carmona", apunta el investigador, que posee programas de mano de 1929 en los que los futbolistas aparecen "con sus nombres y apellidos y ella, como 'Veleta'".
Hurtado reveló en su libro esta historia, que inicialmente pasó inadvertida, pero después se le han dedicado a Nita calles, polideportivos y torneos de fútbol femenino con su nombre, "y ahora con el Mundial se ha convertido en un icono". Recuerda que, para jugar, "ella siempre entraba antes al campo y se vestía antes que nadie", con las prendas del fútbol de entonces, "pantalones muy largos, medias muy altas y camisetas muy anchas".
Además, Nita tenía el pelo corto y se ponía una gorra, como hacían también muchos hombres futbolistas al jugar, "porque al rematar de cabeza esos balones pioneros te podían arrancar pelo o cortarte una ceja".
"Jugaba en el centro del campo y destacaba por su calidad", asegura Hurtado, que cree que el secreto se guardó durante tanto tiempo "quizás porque se podía acusar al equipo de haber roto las reglas o por aquel pacto de caballeros".
Jesús Hurtado prepara actualmente una exposición con motivo del centenario del Vélez CF en la que habrá camisetas, balones, documentos y fotografías y en la que, por supuesto, no puede faltar la historia de Nita Carmona, la primera mujer que jugó al fútbol de forma profesional en España y que lo hizo además con hombres.
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