Objetivos por los que combatir

Con los números en la mano, aterriza por Málaga el peor equipo de la Euroliga. El Le Mans es el único club que aún no ha ganado un partido tras once tentativas. Se quedó a las puertas la pasada semana, pero el Efes Pilsen le venció en la prórroga. Sus partidos a domicilio se cuentan últimamente por derrotas contundentes tras amagar con sorpresas en Tel Aviv y Turquía en los albores de la competición.

Compite el Le Mans por el honor, una vez está matemáticamente eliminado de la competición. Las cifras también verifican que el Unicaja es equipo de Top 16. Falta comprobar en qué posición accede al sorteo de esta fase. Más allá del citado honor es, básicamente, lo que se juega en los tres partidos que restan para terminar la primera fase, que este año se hace más larga de la cuenta por el buen hacer de los pupilos de Scariolo. Encarrilaron la clasificación casi desde el primer día, aprobaron con solvencia y ahora se trata de ir a por nota. Teóricamente, el premio es librarse de CSKA y Panathinaikos en el Top 16. Cada cual le da el valor que considera. Lo mollar del asunto está conseguido, pero una filigrana nunca sobra. Y el primer puesto del grupo, en su defecto el mejor segundo de los tres, puede ser un salvoconducto al Top 8. Para ello puede ser trascendental la diferencia general de puntos. Y hoy es un buen partido, a priori, para llenar el granero. Por ejemplo, el Madrid, mejor segundo del Grupo C, supera a los malagueños en un solo punto del averaje general, lo que le daría a los merengues la posición de cabeza de serie. Detalles banales que se vuelven fundamentales.

Conseguido el pase a la Copa tras un parcial de siete victorias y dos derrotas en ACB, en la Euroliga la trayectoria del Unicaja es más regular. Falta rematarla ante un rival jovencísimo, con sólo un jugador mayor de 27 años y con talentos a los que se le auguran carreras del más alto nivel, como Batum o Diot. A día de hoy no le vale al Le Mans para competir en el máximo nivel europeo. Eso es cosa de equipos como el Unicaja, que cada vez mira más de frente a los equipos señeros del continente. En situaciones como ésta, la victoria se da por descontada. Es el precio de ser mejor.