Odisea en la cama del pobre
El presidente del CD Rincón repasa el camino hasta la Copa del Rey
Bajas por trabajo, falta de ingresos, ilusión, una colección de morados y un desmadre de felicitaciones
"Me he ido cuatro veces del Rincón y he vuelto cinco". Francisco Jiménez, presidente del CD Rincón, sonríe cuando cuenta esta y otras anécdotas de la vida diaria de su equipo. El teléfono no lo disimula y confiesa que atiende a Málaga Hoy en la administración de lotería donde el 62682 está en manos del club y ya adjudicado, como cada año. “Para El Niño ya lo tenemos también, si toca, será para el Rincón”. Jiménez lleva 21 años al frente del club que el próximo lunes sabrá a qué equipo de Primera se enfrentará en la Copa del Rey. Cádiz, Granada, Betis o Sevilla viajarán al fútbol de pueblo para enfrentarse a un Tercera División. Si habrá público es aún una pregunta congelada.
“Ha sido un desmadre, no lo esperábamos”, reconoce cuando se le pregunta por las felicitaciones y reconocimientos recibidos. Jiménez sabe que para pagar el árbitro del último choque contra el Rusadir hicieron falta 1496,34 euros por equipo. “Menos mal que la Federación pagó el viaje y el hotel”. Jiménez vio la segunda mitad en su casa. El marcador no se movió y menos mal, el Rincón ganaba por 1-2, con dos dianas facturadas a partir de saques de esquinas, un año sin pretemporada y otra letra pequeña que suele ir en la vida de los clubes no profesionales. “Casi no hemos hecho pretemporada, la hemos hecho con seis o siete partidos de la Copa y aparte íbamos con bajas. Poner a un equipo modesto a jugar un partido a las 19:00 en Melilla hizo que muchos jugadores perdieran el día de trabajo, lo cambiaran por vacaciones, etcétera. Hubo dos que no pudieron ir, otros tuvieron que perder vacaciones. Todos los equipos igual en estas categorías”.
“El entrenador [Francis Muñoz Parrado] que tenemos es un caballero, sabe lo que trae entre manos. Es un acierto. Hay un ambiente muy bueno. Para el vestuario valoramos antes a la persona, si es un cabra loca o dará problemas, no interesa”, cuenta y vuelve a relatar detalles del partido más decisivo de lo que va de temporada: “Teníamos varias bajas, casi nulo el centro del campo. Sabemos como son esos equipos: muy duros. Es el primer partido oficial que jugaban, allí no hay liga. Se metieron con el 1-2 con ese penalti... y tenían ilusión. Nuestros jugadores vienen con morados por todas partes, hubo entradas escalofriantes”.
Como siempre que suceden estos cruces tan desigualaos, la letanía de que le ha tocado la lotería al pequeño se repite. Pero el euro en época de Covid-19 no se deja atrapar fácilmente: “Ni he preguntado el dinero que nos corresponde. Nos está costando mucho dinero. No hay ingresos ninguno, es deficitario, si hay televisión, algo cogeremos, pero no he preguntado. No sé las cifras ni me quiero ilusionar, sé que habrá un dinero estipulado y tendremos que hacer una camiseta conmemorativa. Este años no compramos equipación, estuvimos cerrados, seguimos lo que dijo Sanidad y no jugamos ni un partido de pretemporada. La mayoría de los equipos viven de los alquileres, del bar. Nosotros no alquilamos el campo, hay buen césped, que lo usen nuestros niños. Llevamos años que no alquilamos. El fútbol cuesta mucho dinero. El que no se ha metido, no sabe lo que vale. la ropa la pagan los niños, no le ganamos nada, otros sí. No hay entradas, no cobramos nada por los carteles tampoco.... No hemos cogido un duro y pagamos ropa, mutualidad, fichas, pequeños sueldos de entrenadores, el poquito que se les da a los jugadores y más cosas”. Rememora cada fuente de ingresos que antes era insuficiente y ahora simplemente no existe.
Con las restricciones últimas, Rincón de la Victoria está en nivel tres, grado uno de restricciones y puede tener medio aforo hasta un máximo de 400 personas. Jiménez, con la boca pequeña, quiere pensar que podrá haber público en su estadio a mediados de diciembre. “Ojalá, pero no quiero poner entradas caras, no se trata de eso. La gente tiene que disfrutar. Si hay público y podemos tener el 50% de aforo, tendríamos que hablar con el Málaga o jugar en el Ciudad de Málaga”. Él suspendería todas las competiciones desde Preferente hacia abajo. “¿Qué pintan los cadetes así? Muchos padres tienen miedo”.
A un mes de la gran cita, el deseo del presidente del Rincón es, comedido: “Hay que ser realistas, vamos con la ilusión y nadie nos lo quitará. Que nadie se lesione y que nos divirtamos. Si suena la flauta como hizo El Ejido hace años, pues oye mejor. Los chavales están muy ilusionados, si nos dan dinero les dije que tendrán un regalito. Se han portado bien, se esfuerzan mucho”. Un regalito y 90 minutos de sueño.
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