Ortega: "Al Barcelona no se le dice que no"

Balonmano

Antonio Carlos Ortega, que será el entrenador del equipo de balonmano azulgrana, hace un repaso a su carrera sin dejar de perder de vista lo que pasa en el clave malagueña

Antonio Carlos Ortega, en su charla en Cártama. / Raúl Romero

Antonio Carlos Ortega, uno de los mejores deportistas malagueños de la historia, estuvo en Cártama en un encuentro organizado por la Asociación de Periodistas Deportivos de Málaga (APDM), en el que compartió foco con su buen amigo Nacho Rodríguez. Cada uno en su deporte, coincidieron en Maristas y en el Barcelona, club del que uno sale el que hasta abril fue director deportivo de la sección de baloncesto y otro entra como entrenador de balonmano tras haber dirigido en Hungría, Japón, Dinamarca y Alemania.

“Al Barcelona no se le puede decir que no, es una oportunidad única”, explicaba Ortega sobre la decisión de volver a España después de casi una década en el extranjero. Antes había hecho vivir los mejores años del balonmano en Antequera.

“El Barcelona es el mejor club de balonmano de la historia, con 10 Champions, ninguno tiene ese palmarés. Es un reto al que una persona ambiciosa, un entrenador ambicioso no puede negarse”, razonaba Ortega, que sabe lo que se va a encontrar en un equipo que ha ganado todos los títulos esta temporada pasada, incluido la Champions: “Me retiré del balonmano en 2005 y llego 16 años fuera del Barça. Estuve la pasada semana allí, con la presentación y solucionando logísticamente todo. Y me encontré un monstruo. En mi época allí estaba el Camp Nou, el Mini Estadi y el Palau. Ahora está la Ciudad Deportiva Joan Gamper, que no la conocía, y tres veces más trabajadores que en mi época, fácilmente. Conozco bien el club y el entorno, sé la presión que hay, pero es un club muy, muy grande. Más grande que el que dejé”.

“Cualquiera que sea entrenador del Barça sabe que está obligado a luchar por los títulos, por todo. El gran objetivo de siempre es la Champions, que este año la ganaron con autoridad increíble, pasmosa. Un club como el Barça está obligado a llegar a la Final Four. Después allí puede pasar cualquier cosa a un partido. Está obligado a ganar todos los títulos nacionales. El listón está muy alto y eso lo tengo claro en mi cabeza”, admitía Ortega sobre la presión que tendrá al dirigir al equipo donde fue grande tras haber destacado en Maristas, un salto que experimentó en la época de jugador: “Yo dejé Maristas en el 93, un equipo de colegio, y pasas a meterte en el vestuario de un equipo grande. Yo jugaba de lateral en Maristas y me tuve que readaptar al extremo. El lanzamiento es otra película desde allí. Participas menos, te llegan menos balones y si te llega una pelota en 15 minutos y la fallas, pues vaya mierda de partido que has hecho. Pasamos ese periodo y me adapté bien. Coincidí en el momento en que se estaba formando un Barça que ganó cinco Champions y cinco Ligas, estaba en el lugar y en el momento adecuado”.

“Eso es para hacer una película”, respondía Ortega cuando recordaba aquellos principios de los 90 en los que había un equipo de colegio jugando en la élite del baloncesto y el balonmano nacional: “Fue un boom espectacular, en los años 90 dos equipos de colegio en la máxima categoría del baloncesto y el balonmano español. Fue un boom increíble. El balonmano y el baloncesto hicieron un gran trabajo de muchos años. Había una gran lucha interna en el colegio para captar niños increíble y coincidieron unos años en los que el balonmano compitió con gente del colegio o de Málaga y dos extranjeros. El básket pegó un salto cualitativo con la unión. Es para hacer un documental”.

Reflexionaba Ortega sobre la necesidad de tener gente de casa en los equipos en esta era tan global: “En su momento era crucial. Ascendimos de Primera a Asobal con jugadores de toda la cantera todos de Maristas. En Asobal tuvimos dos extranjeros. Hoy en día el mundo es muy global, priman los resultados, debes tener jugadores extranjeros. Pero tener gente de casa, que sienta y conozca idiosincrasia es básica. Si te pones a pensar en clubes de fútbol, baloncesto o balonmano cada año hay nueve, ocho o siete cambios. No hay jugadores con tres o cuatro años de experiencia en el mismo club, se pierde una esencia. Tener siete u ocho de la casa no es posible seguramente hoy en día, pero dos, tres o cuatro que se han formado, que lleven 10 años, que ayuden a los nuevos...”.

“Si el balonmano malagueño hubiera tenido la mitad de la mitad de un Unicaja... Hubiéramos tenido un equipo ahí arriba peleando por Europa. Quizá faltó una firma que haya dado un paso adelante en años difíciles. Hay un proyecto en la capital, el Trops Málaga, que quieren crecer y subir, ojalá a medio plazo puedan. Durante muchos años ha faltado lo que el básket ha tenido. Con un sponsor así como el Unicaja el balonmano malagueño no hubiera desaparecido en los 90”, decía con cierta envidia Antonio Carlos Ortega cuando se hablaba de la situación del club de baloncesto: “Hablo del masculino, que el femenino está ahí a tope haciéndolo muy bien. Las chicas han hecho un temporadón, las sigo, como todo el balonmano y el deporte malagueño. Con tres títulos les faltó un poquito de fuelle para pelear la Liga, que hubiera sido la repera. Ojalá puedan ganarla algún día”.

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