El Palo, "un milagro buscado"

Nunca había estado líder a estas alturas de la competición en el grupo IX de Tercera Ser una familia, responsabilidad en los sueldos y profesionalismo en el trabajo, las claves del éxito

Fendi, director deportivo de El Palo, posa en las oficinas de San Ignacio.
Fendi, director deportivo de El Palo, posa en las oficinas de San Ignacio.
José L. Malo Málaga

27 de abril 2013 - 05:02

El grupo IX de Tercera División se ha convertido en una bomba de adrenalina. Los siete primeros viven en una cornisa de seis puntos a falta de cuatro jornadas por disputarse. Y aguardan varios enfrentamientos directos entre ellos. Nadie tiene la liguilla garantizada, nadie la da por perdida. De abajo a arriba: Martos, Linares, Villacarrillo, Granada B, Mancha Real, Atlético Malagueño y el líder. El líder, que no es ninguno de los presupuestos fuertes, ni de los gallitos, ni el que estaba en la quiniela de todos. Es el Centro de Deportes El Palo, un barrio que se codea con filiales y equipos representativos de pueblos. Nunca a estas alturas tuvo una posición tan ventajosa en Tercera División. Vive su mejor clasificación histórica. Gracias a lo que sus dirigentes califican como "un milagro buscado".

Milagro porque el escaso capital que manejan y las peripecias que tienen que hacer cada semana no permiten programar una plantilla para estar arriba. Buscado porque, a pesar de sus condicionantes, sus gestores han sabido preparar el potaje futbolístico perfecto con los pocos ingredientes de que disponían. Su presupuesto es de 100.000 euros, menos incluso que el sueldo del entrenador del Atlético Malagueño, Josep Clotet. "En verano lo programamos para cuatro o cinco meses y, a partir de ahí, semana a semana vamos haciendo lo que podemos", cuenta Fernando González Núñez, Fendi, su director deportivo. Para hacerse una idea de cómo sobreviven, un buen día de recaudación en el San Ignacio les da 250 euros; son 381 los que tienen que pagar al trío arbitral.

Son cuatro las cabezas visibles de este sorprendente equipo. Juan Godoy es su presidente. Histórico empresario del barrio, ligado con el corazón y la cartera al equipo. Es un dirigente singular en el fútbol modesto, pues no le gusta interferir en el capítulo deportivo, se limita a pelearse con amigos y negociantes para conseguir el dinero que ayude al club.

Fendi es otro de sus grandes secretos, el que hace malabarismos para cuadrar las plantillas. Pero sus habilidades como negociador están fuera de duda. "No tenemos ayudas más allá del alquiler del campo, no somos un pueblo para recibir subvenciones, así que nos tenemos que mover cuatro o cinco veces más y mejor que cualquier club. Así que nosotros pagamos lo que prometemos, es lo único que le podemos garantizar a los jugadores", relata. Basti, otra de las patas de la mesa, coordinador de la escuela infantil y que hace del mejor embajador posible de El Palo, da a Fendi más mérito del que se atribuye: "Este equipo está confeccionado sin dinero, pero en él están los mejores que podía haber. Él convenció a los mejores jugadores que había en Málaga para este proyecto", señala el exfutbolista del Málaga. Repasar la plantilla refuerza dicha tesis: Ibon llegó a jugar en Osasuna, Rumanía y Portugal; Jesule estuvo en la misma quinta de Puyol en La Masía; Igna disputaba la liguilla de ascenso a Segunda el verano pasado; Ariza, curtido en Segunda B, ni ha debutado aún; Jaume, Gerrit, Joseíto, Francis Flores...

El póquer de pilares lo completa Pablo Guede, que ahora es la gran pena en el club. El argentino se tuvo que marchar a Argentina pasada la primera vuelta por la enfermedad de su padre. Y se está perdiendo, aunque lo vive a la distancia, el progreso de una plantilla en la que tenía fe ciega. "En diciembre, ante 20 o 30 personas, dijo que nos íbamos a jugar el liderato en el campo de la Federación. Nos reímos de él, le llamamos loco. Y esta semana, hablando con él, me escribía: 'No me llaméis loco, llamadme genio". Y, desde luego, sus actos no le quitan la razón. Desde que llegó hace dos temporadas, Guede entrenó a El Palo "como si fuera el Bayern Múnich". Este verano programó todos los entrenamientos incluida liguilla de ascenso y llegó a solicitar la compra de paracaídas, material de futvoley y pulsómetros para la plantilla. Se llevaba al equipo a trabajar a la montaña y a la playa, ordenaba grabar los partidos de los rivales; incluso ha llegado a entrenar a los suyos por Skype. Su locura sigue dando frutos, en parte también porque su segundo, Daniel Pérez, está dando continuidad al buen trabajo. "Se nos ofrecieron muchos entrenadores, pero no quisimos cambiar nuestra filosofía", coinciden en resaltar Basti y Fendi. Y las puertas están abiertas para el regreso del técnico argentino si él lo considera posible.

El intangible de este grupo es su funcionamiento familiar. Si salen de marcha, no falta un futbolista; los jueves son día sagrado en El Palo, siempre hay una pinchitada para hacer grupo. Y no hay ni titulares ni suplentes, todos saben que pueden jugar cada domingo.

No es de extrañar que esta temporada históricos como Manolo Gaspar y Juanma, ex del Málaga, completaran muchos entrenamientos con el equipo. "Se habrían quedado seguro si no les salen ofertas [el lateral está en el Olympiakos Nicosia chipriota, el centrocampista se fue al Villarreal]", asegura el director deportivo, que ha logrado convencer a amigos suyos de que jueguen en El Palo sin cobrar o con cantidades que más que sueldos son "gratificaciones" que no llegan a veces ni a 200 euros. Hay nueve futbolistas que no perciben dinero, de hecho. Y aun así, han podido firmar a futbolistas que este mismo año han probado en Alemania o Suiza. "La única condición que les ponemos es que no se vayan al grupo IX si nos dejan; nosotros, a cambio, les ayudamos en lo posible si les sale una oferta mejor", señala Fendi.

Aunque en el club hacen la cuenta de que una victoria en casa del Malagueño y otra al Villacarrillo en casa prácticamente les confirmaría en el primer puesto, se conforman con repetir la plaza en liguilla que lograron hace tres años. Eso sí, su único deseo es no repetir desplazamientos como el de Amorebieta, que les costó 9.600 euros. Y disfrutar de la que sería la primera fase de ascenso en El Palo, puesto que la anterior hubo que disputarla en el campo de la Cala del Moral.

El sueño está al alcance de su mano, aunque tienen competencia en clave malagueña. El filial blanquiazul, su rival mañana, lucha por el mismo reto. El partido promete. Mañana adversarios, el reto de ambos es poder brindar por el ascenso en junio. Para que el sueño de un barrio cien por cien futbolero no se apague.

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