"Queridos Reyes Magos: este año quiero seguir triunfando"
Sergi Darder
Tras dos años y medio aquí, ya se considera "un malagueño" . Su gol en Riazor culmina un alza en su rendimiento: "Si no llego a hacer un buen control, no lo habría metido".
Sergi Darder es una cara amable. Tras ella hay un tipo exigente. Sabe que debe fluir su curso formativo, pero quiere dejar de ser un canterano para dar el salto definitivo al profesionalismo, por más que su contrato ya sea de élite. En esta entrevista explica la resaca que supone cambiar Tercera División por Primera y el plan específico al que tuvo que recurrir para recuperar terreno físico. Asume su bajón en el inicio de campeonato, aunque ahora se le ve feliz, en el campo y fuera, porque ha palpado su crecimiento.
-Complete su carta. Queridos Reyes Magos: este año, aparte de salud para mí y los míos y de ir partido a partido, quiero...?
-Quiero seguir triunfando. Soy joven, tengo mucho que aprender aún. Mi ilusión para toda mi carrera, pero sobre todo para estos dos o tres añitos, es seguir aprendiendo, ir mejorando en todo lo que pueda y, a partir de ahí, jugar todo lo que pueda.
-¿Todavía le dura el espíritu navideño?
-Desde que pasas Nochevieja y Reyes fuera de casa, siempre entrenando tanto, se pierde. Puede venir la familia y se intenta disfrutar todo lo que se puede. Mis viajes a Artá tienen que coincidir con tener al menos dos días y medio libres. Si no, imposible.
-¿Tiene ya peña en Artá?
-Bueno, con que cuando vaya me demuestren el cariño es más que suficiente.
-Metió un buen gol en Riazor. Sin ese buen control, ¿no lo habría metido?
-Sí, y más con ese campo, que se iba mucho el balón. Salió bien el control, hubo suerte, y cuando vi que se me quedaba bien para tirar no me lo pensé, porque el portero estaba fuera. Ya no miré portería ni portero, sabía que tenía que tirar. Si le llego a dar otro toque más, no le habría pegado.
-Normalmente se busca la vaselina en esas acciones. ¿Quiso asegurar el disparo golpeando fuerte?
-Yo quería asegurar que fuera a contrapié. Tampoco tan ajustado como salió, pero intenté buscar ese palo y no tanta potencia, como a veces suelo.
-Siempre intenta el disparo desde fuera del área. ¡Al fin marcó el primero así!
-Sí, que yo recuerde sí, al menos en Primera. El año pasado tuve muchas oportunidades. Este año tiro menos de fuera y llego más. Cuando metes ese gol, se saborea más, sobre todo dando una victoria. Y me sirvió para quitarme la espina del gol que fallé en Anoeta.
-Este año está llegando más al área. ¿A qué es debido?
-Cuando llevas más partidos en Primera, sabes mejor lo que tienes que hacer. Y ahora tienes más físico. Por mucho que estuviese bien, me faltaba y me falta ese ritmo de Primera. Eso no lo cogeré ni este año ni el siguiente. Pero me encuentro cada vez mejor. Me costó empezar, pero poco a poco llevo un buen ritmo para poder llegar al área y, sobre todo, poder volver. El año pasado subía un par de veces y ya no podía volver. Jugando con Camacho te da esa tranquilidad de poder subir porque cubre su sitio y el tuyo. Eso es un lujo para tirar para arriba sin miedo.
-No estaba al nivel que mostró el año pasado hasta hace poco. ¿Purgó alguna resaca del esfuerzo del año pasado?
-Sí, es un cúmulo de cosas. Igual un central que no corre tanto lo nota menos. Por mi tipo de juego, depende del físico. Sin él, no puedo subir ni bajar. Sin eso, sería mediocre, no aportaría mi juego. Yo intento hacer un poco de todo y para eso hace falta un buen nivel físico.
-¿Ha tenido alguna preparación extra para esa adaptación?
-Primero tienes que ponerte bien, coger ritmo de partidos. Entrenando no se coge el 100% de lo que se coge en los partidos. Hablé con Juan [Solla] y Enrique [Ruiz] e hicimos un plan específico para mejorar lo que me faltaba. Por suerte ha podido ser rápido, a la sexta o séptima jornada ya me encontraba casi a mi nivel. Me dijeron que tenía que coger algún kilo más, pero a lo mejor luego también te sientes incómodo porque te notas más pesado. Sobre todo tenía que coger más ritmo. Dejé algo de gimnasio para trabajar más piernas y sirvió para encontrar lo que buscábamos.
-Conviene saberlo, había quien pensaba que la posible marcha al Oporto le había descentrado.
-Entiendo en parte a quien pensara eso, porque cuando veo que de algún jugador dicen que se puede ir, lo pienso. Pero no fue mi caso, lo mío era físico. El año pasado jugué muchos partidos sin haber jugando antes a ese ritmo. Cuando paras, te viene todo el cansancio y te cuesta empezar. Por suerte, mi nivel ahora está empezando a ser el que me gusta. Espero no bajarlo.
-En el primer año cualquier cosa buena que haga un canterano es celebrada; en el segundo casi le obligan a mantener ese listón. ¿Lo ha notado?
-Eso también cuesta. Mis primeros partidos no fueron los mejores. Si los hubiera hecho el año pasado, me habrían servido más. Este año entiendo que la gente y el míster me pidan más, yo soy el primero. Igual estuve un poco por debajo del nivel del año pasado, pero espero mejorarlo.
-Cuando uno tiene al lado a Camacho inflándose de correr, ¿se ve en la obligación moral de correr más para retribuir ese esfuerzo?
-Por Camacho y por todos. Ves a los de arriba matándose para que nos lleguen lo menos posible y nos dan tantas ayudas. Es un cúmulo de todo el equipo. Pero es verdad que ves a Camacho al lado corriendo tanto y piensas que tienes que correr más para no quedar mal.
-Igual que Camacho está soltándose en ataque, también se le ve a usted correr más.
-Yo puedo aprender mucho de él, también el míster jugó en esa posición y me puede ayudar mucho. Yo tengo que intentar ser lo más completo posible. Vi que el año pasado mis llegadas eran hasta el área y que podía llegar más aún; vi que me falta agresividad en defensa y recuperar balones, algo que estoy intentando también, con la ayuda de Camacho. Él también tiene calidad para crear más y hacer mejor juego. Tiene 24 años y claro que puede mejorar. Intentamos mejorar entre ambos.
-¿Tiene algún feeling especial con Gracia por haber jugado en el mismo puesto?
-Habla mucho con todos. Trabaja tanto los partidos y mima tanto los detalles que parece que ha sido central, que ha sido delantero, porque conoce bien todas las posiciones. El míster es suficientemente bueno para hacernos ver a todos que tenemos que hacer para ser mejores.
-¿Cree que Gracia y su cuerpo técnico está ganando puntos con esos detalles?
-A nosotros nos gustaría venir a hacer rondos y pachangas todos los días, igual que nos gustaría hacer menos gimnasio. Pero sin eso no llegaríamos bien a los finales de partido. Estamos llegando mejor que casi cualquier rival, en casi todos los partidos hemos corrido más que el rival, y eso es básico para que el equipo funcione bien. Si tú sabes lo que te va a hacer un jugador, si tienes un mínimo de información sobre ellos, estás más preparado.
-¿De verdad uno se acuerda de aplicar esas instrucciones concretas en el fragor del partido?
-Una vez estás dentro, no lo piensas tanto porque estás centrado en tu labor. Pero si durante la semana lo trabajas tanto, lo asumes de manera natural. Cuando hay un parón lo puedes pensar, pero si lo vas automatizando durante la semana, lo haces inconscientemente, que de eso se trata. Si lo trabajas el día antes solo, luego no te acuerdas.
-Lleva dos años y medio aquí, ¿se considera un malagueño ya?
-Si dijese que no, mentiría. Mallorca define mi carrera y es espectacular. No he podido vivir allí todo lo que quería por mi trabajo, así que al retirarme me gustaría ir a vivir allí, pero como se vive aquí, se vive en pocos sitios. Todos me dicen que no se me nota en el acento, pero pregunta a mis padres, ellos sí me dicen que cambia. Ninguno me entiende al hablar. Para hacer bromas, el andaluz es el mejor idioma que hay.
-Sus compañeros en el filial son ahora titulares con usted en el primer equipo.
-Mucha gente dice que hay que subir canteranos, que está bien. Pero subir a un canterano no es como servirte un vaso de agua y bebértelo. No es fácil. Todo tiene su tiempo. Casti está demostrando un nivel espectacular, igual que Juanpi ante el Barcelona o el Madrid. Hacen lo que harían en el filial, pero todo tiene su tiempo. A mí me costó empezar, también a Samu, que ahora muestra el nivel que tiene. No es tan fácil tener canteranos, pero lo más importante de estar aquí es que los veteranos te lo hagan más fácil. Cuando entras en un vestuario ves que te hacen las bromas que harían a cualquiera, que ves que tú también se las puedes hacer a ellos, ese buen rollo puede sacar tu lado más natural. Si no sacas tu personalidad, no puedes jugar igual. Si vas serio, triste o tímido a trabajar, vas acomplejado, no disfrutar. Tenemos la suerte de actuar con naturalidad, así que demostramos también esa naturalidad en el campo.
-Si usted y Camacho siguen jugando así, ¿hay que ir buscando un nuevo doble pivote para el año que viene?
-No hombre. Yo renové hace nada. Si lo hice, es para seguir aquí. Si quisiera irme no habría renovado. Es verdad que el club no es el Madrid en el sentido económico, pero tenemos que terminar la temporada bien y disfrutar.
-¿Europa sería un buen gancho para retener al que tenga ofertas?
-Con o sin Europa, el vestuario, el ambiente y el equipo son tremendos, nadie querría irse. Mi intención es cumplir mi contrato.
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