Los hinchas del Rangers toman el centro de Málaga antes de ir a Sevilla para la final de la Europa League
Fútbol
Desde el pasado viernes hay seguidores del equipo escocés en la Costa del Sol para el duelo ante el Eintracht y han aumentado en las últimas horas
Invasión en medio de la polémica por las despedidas de soltero y el ruido
Este miércoles se juega en Sevilla la final de la Europa League. En el Ramón Sánchez-Pizjuán se mide el Eintracht de Frankurt alemán con el Rangers de Glasgow escocés. Los dos clubes juegan un evento histórico. Los dos tienen en su historial títulos europeos pero hace más de 40 años que ninguno juega una final continental. Además, las dos aficiones son muy numerosas y que mueven masas. La del Eintracht ya lo demostró con su invasión del Camp Nou en los cuartos de final. Igual ocurre con la del Rangers.
El caso es que hay miles de aficionados escoceses alojados en Málaga. Aunque hay 200 kilómetros de distancia con la capital andaluza, la ausencia de plazas libres de hotel allí ha propiciado que haya pernoctaciones en muchos puntos de la comunidad andaluza. Ya ocurrió en la final de 2003 en La Cartuja entre Oporto y Celtic, el otro equipo de Glasgow, cuando había seguidores alojados hasta en Almería. En esta ocasión ocurre algo similar.
La Costa del Sol es un destino atractivo para el público británico. Y este martes, un día antes del partido, en el centro de Málaga había masiva presencia de seguidores. Ya durante el fin de semana, desde el viernes, se hicieron notar, pero han aumentado en número y se les podía ver diseminados por los distintos bares, con cánticos recurrentes regados con abundante cerveza. Se estima que puede haber en Sevilla mañana la friolera de 100.000 seguidores del Glasgow Rangers y una cantidad similar del Eintracht. Había peticiones de entradas para llenar el estadio más grande del mundo por parte de los dos clubes.
Es evidente que habrá un impacto económico alto con un evento de este calado y la asistencia de aficionados, aunque hay también se corre el riesgo de que haya altercados con tantos aficionados y con el alcohol corriendo. De hecho, la policía hizo acto de presencia a la altura de Calle Granada y la Plaza del Siglo para controlar la situación. En medio de la polémica por las despedidas de soltero y el escándalo aparejado que denuncian los vecinos del centro de Málaga, llega la avalancha de aficionados escoceses.
En clave futbolística, es un duelo con historia y con dos clubes con un amplio respaldo social. El Eintracht de Frankfurt y el Rangers de Glasgow se encontraron en unas semifinales de Copa de Europa en 1960, en la que los alemanes ganaron y alcanzaron la final, que perderían ante el Real Madrid de Gento, Di Stéfano y Puskas con aquel recordado 7-3 justamente en Hampden Park, en la ciudad escocesa. Ahora se miden en una final de la Liga Europa que puede coronar a los escoceses por primera vez en más de 50 años o culminar la excelente campaña europea de los alemanes, campeones de la Copa de la UEFA en 1980. Aquella eliminatoria la ganó el Eintracht por 12-4.
Los escoceses han eliminado por el camino al Borussia Dortmund, al Estrella Roja, al Sporting de Braga y al RB Leipzig, no contarán con la que ha sido su gran baza en esta competición: Ibrox Park. El conjunto escocés ha logrado tres victorias y un empate en su feudo, mientras que fuera de él solo ganó un partido y perdió los otros tres. La afición, que no ha visto al Rangers jugar una final europea desde que perdieran la de 2008 contra el Zenit de San Petersburgo, no fallará. Unos 100.000 aficionados del Rangers llegarán a la ciudad andaluza, algunos procedentes incluso de Sídney, tras vuelos de 30 horas. El objetivo: la primera presea continental desde la Recopa de 1972.
Para el Eintracht es su primera final europea desde 1980, cuando ganó la vieja Recopa. Desde entonces muchas cosas han cambiado para el club alemán, que, tras descender por primera vez en 1996, llegó a convertirse en una especie de equipo ascensor entre la primera y la segunda Bundesliga. Ello hace que, después de cuatro descensos, la final tenga aún más valor para el Eintracht que ha encontrado en la Liga Europa el sentido de una temporada que en la Bundesliga ha estado lejos de ser satisfactoria.
El cuadro dirigido por el austríaco Oliver Glasner está a un paso de lograr el éxito más grande de la historia del club tras haber hecho una gran campaña en Europa dejando en el camino, entre otros, al Betis y al Barcelona.
Una final por el segundo título europeo en el escalafón que tiene su apéndice en Málaga.
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