Rebrota la sangre charrúa

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La consagración de Jayson Granger en estos 'play off' remite a las corajudas actuaciones de Cabezas Ambos comparten los genes uruguayos

Rebrota la sangre charrúa
Rebrota la sangre charrúa
José Manuel Olías Málaga

12 de junio 2014 - 05:02

En 2008, el Unicaja tumbó al Real Madrid en los cuartos de final de la ACB, la primera vez en la historia que el octavo descabalgaba al primero. Nadie lo ha repetido. Seguro que Joan Plaza, entonces entrenador del Real Madrid, recuerda el duelo al sol entre Carlos Cabezas y su pupilo, Raúl López, en el segundo partido en el Carpena. Tremendos los dos, con una sucesión de canastas en el último cuarto. Cabezas anotó 22 puntos, los mismos que Berni aquel día, la mitad de los 88 de su equipo. Fue una de las muchas veces que apareció el base malagueño en circunstancias adversas, en situaciones de máxima tensión.

Cabezas es de padre uruguayo y de madre sevillana. La sangre charrúa, proverbialmente competitiva, se convirtió en algo sagrado en 1950. Hoy que comienza el Mundial de Brasil se recuerda el de 64 años atrás en el mismo país y el Maracanazo, la victoria de Uruguay en el último partido. Sirvió para arrebatar el título al anfitrión ante 200.000 personas. También este Unicaja tiene sangre charrúa, la de Jayson Granger, convertido junto a Fran Vázquez en el icono de este soberbio Unicaja. Le llega al base por vía materna. Su padre, Jeff, fue un norteamericano que hizo carrera en el baloncesto sudamericano.

"Intento no arrugarme en estos partidos que son muy importantes, a mí me gusta jugarlos", dice Granger, en España hincha del Atlético de Madrid y en Uruguay de Defensor de Montevideo. "Nunca me gustaron los grandes, voy más con los pequeños", bromea. Allí lo normal es ser de Nacional, como la familia Cabezas, o de Peñarol. Sonríe cuando se le dice que recuerda a Carlos, que más de una vez y más de dos puso bocabajo el Carpena como él lo está haciendo ahora. Más de una vez mostró su admiración por el juego del malagueño.

Granger promedia en estas eliminatorias 12.8 puntos, 6.1 asistencias y 2.2 rebotes para 15.8 de valoración, el que más de todo el Unicaja. Todo ello en 25 minutos. Le baja la media un partido poco brillante numéricamente, el tercero ante el Gran Canaria, en el que recibió un golpetazo en la zona ocular dañada que le hizo ser muy seria duda para competir en este tramo de la competición. Quién lo diría viendo el exuberante momento de forma que atraviesa.

Carlos Cabezas, de vacaciones tras acabar la temporada con el Fuenlabrada y a la espera de decidir su futuro para la próxima campaña, observa los partidos de play off con un poco de nostalgia, hasta no hace mucho era él el protagonista. Celebra lo bien que le va al Unicaja y a Granger y, en cierta forma, se ve reflejado en él. "Lo estoy viendo muy bien, ha dado un paso al frente más después de hacer una gran campaña. Está repleto de confianza, combinando tiro y penetraciones, muy agresivo y con la sangre fría para parar cuando debe. Diría que casi está siendo el mejor base de la eliminatoria y mira a quién tiene enfrente, a Sergio Rodríguez y Llull. Alguna vez, sí, le he visto y me ha venido a la mente partidos míos en el Unicaja y con el Carpena vibrando", recuerda el campeón del mundo malagueño, que se alegra por el triunfo de su compañero de posición: "Mi familia y yo tenemos muy buena relación con él. Tiene esa garra, esa sangre, igual es verdad lo que dicen de los charrúas. Es un gran chaval y se merece lo que le está pasando".

Es posible que Cabezas, que llegó ayer a Málaga tras estar unos días fuera de vacaciones, se pase hoy por el Martín Carpena a ver el partido de su antiguo club. Allí vería desenvolverse en directo a un Granger que habla con la determinación del que cree firmemente en algo y está dispuesto a dejar el alma en conseguirlo. "Nosotros llegamos en el mejor momento de la temporada. Estamos a un gran nivel de juego defensivo y ofensivo y le estamos exigiendo lo máximo al Madrid, no creo que sea tanto que ellos estén mal, que es verdad que no están a su mejor nivel, como que nosotros estamos bien", recuerda un Granger que está consagrándose en su primera temporada y se ha convertido, como lo fuera Cabezas, en uno de los preferidos de la afición. "El martes tenía la piel de gallina antes de comenzar el partido. Era algo impresionante, el espectáculo, la gente gritando, el himno... Todo eso te da ese puntito de adrenalina extra. Poco se les puede pedir más. Estuvieron espectaculares. Sólo les diría que 40 minutos apretando desde fuera es mucha ayuda para nosotros. Que se cuiden la voz, que nos hacen falta", terminaba divertido Granger, que se declara admirador del ex defensor del Málaga Diego Lugano y preocupado porque Luis Suárez no llega al comienzo del Mundial por una lesión. Mientras la selección de fútbol de su país vuelve al escenario de su gran conquista, él contribuye al particular Maracanazo con el que sueña el Unicaja.

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