Rodillo verde en Alicante (77-97)
Unicaja
El Unicaja ejecuta un partidazo en Alicante y borra de la pista al Lucentum, con buen partido de Fitch y todo el equipo brillante en ataque y defensa.
Fue el baloncesto según el Unicaja, el ideal de Chus Mateo y que casi todo técnico firmaría expuesto en una pista durante 35 minutos. Una cancha incómoda, hasta ayer no conquistada esta temporada, presenció una de las mejores exhibiciones de baloncesto que ha ofrecido el Unicaja en los últimos años. Arrasó el equipo malagueño en Alicante (77-97), que hasta ayer presumía de equipo revelación, bien ganada fama. Lástima que no hubiera televisión en directo para que el aficionado cajista se deleitara. Hubiera disfrutado como pocas veces con un rodillo vestido de verde. Tremendo Unicaja, voraz, constante, intenso. El factor diferencial fue un acierto sobrenatural en la primera parte, con 14/21 en tiros de dos y 7/8 en triples. Rara vez repetirá ese acierto, pero es verdad que el resto también lo bordó. La puntería doró un triunfo que tiene muchas lecturas positivas.
Las derrotas ante Real Madrid y CSKA habían disuelto un tanto las buenas sensaciones del inicio. El asunto Splitter enturbió un poco el renaciente idilio con la afición. Hay motivos para creer en esta plantilla por más que tenga carencias. El de ayer era un partido sumamente complicado. Un rival bien asentado, con tiempo para preparar el partido, en corriente positiva e invicto en casa. El Unicaja se salió del mapa en el poco agraciado Centro de Tecnificación. Si había tenido de manera regular carencias en los inicios, incluso en partidos ganados cómodos después (véase KK Zagreb), ayer exhibió una mentalidad rocosa desde que el árbitro lanzó la bola al aire. 0-9 de salida en menos de dos minutos, con un Fitch desatado, reboteando, corriendo y haciendo jugar. Fue un flash del Fitch de la temporada pasada. Un jugador que cambió al equipo y en el que Chus Mateo tiene una fe casi inquebrantable. "Algún día asomará por la puerta", decía la semana pasada. Ayer se le vio la cabeza. Ha recuperado la cinta en el pelo de la que se había desprendido. Igual le sirve de talismán.
Si Fitch gobernó el ataque, Rowland elevó el nivel defensivo hasta niveles altísimos. Gran partido del búlgaro de California. De salida, le tocó a Rafa Freire ser titular por los problemas físicos de Llompart. No estuvo mal el brasileño que pertenece al Unicaja. Al contrario, los momentos de casta y de reacción locales los lideró él. Sería más tarde. El Unicaja arrancó como un avión. 0-9 y tiempo muerto de Vidorreta. Después, 2-15, 9-26. Progresión implacable. El partido empezaba a estar atado bien pronto, pero tocaba amarrarlo definitivamente.
Garbajosa, en una pista en la que ganó un partido crucial en la historia del Unicaja allá en el año 2005, recuperó sensaciones y liquidó con precisión de cirujano. Hora y media antes del inicio del partido, el madrileño, con gesto serio de concentración, ensartaba un triple tras otro en el calentamiento. Después prosiguió el festival con público. El Unicaja manejaba unos porcentajes de aciertos brutales. Hasta el octavo triple no erró. Normalmente, lanzaba tras buenas circulaciones, sólo se salía de la regla el heterodoxo Valters, que se sumó a la fiesta. Acabaría con 19 puntos sin errar un tiro. Ni siquiera uno de los cinco triples que lanzó. La defensa, que comenzó borrando a Singler, continuó en unos registros de esfuerzo y concentración notables. Si se sumaba que el dominio del rebote era abrumador, el círculo casi se cuadraba.
Habrán notado que la crónica va acabando y no se ha utilizado la palabra Freeland. No es omisión voluntaria. El inglés, estrella indiscutible de este equipo, permaneció en un discreto segundo plano. Anotó su primer punto en el minuto 20 y su primera canasta en juego en el 24. Debe ser interpretado como algo positivo que el equipo sea una máquina con su estrella al ralentí. Entre medias, Vidorreta alentaba un show de dudoso beneficio para su equipo. Protestó desde el minuto 1, se encaró con Darden y acabó desquiciado con los árbitros. Ya había calentado el partido el viernes en la rueda de prensa previa. Se acabaría de disparatar en la posterior al partido.
Freire rebajó hasta 14 puntos la renta (24-40), pero Garbajosa la extendió por encima de 20 antes del descanso (30-53). Y tras el receso, el Unicaja demostró que su voracidad seguía intacta. En pocos minutos alcanzó la frontera de los 30 puntos (32-63) tras una jugada de salón acabada con un mate de Darden a dos manos que terminó de callar el Centro de Tecnificación. Especial mención para Hrvoje Peric, un hombre bisagra que se ha ganado con esfuerzo un rol importante en este equipo. Su tiro le lastra, pero en el resto de facetas del juego está muy por encima del aprobado. Su esfuerzo e intensidad le viene de perlas a este equipo. Además de ello, nueve puntos y cinco rebotes. Zoric se movió en coordenadas parecidas , otro buen partido el suyo.
De ahí al final, engorde o maquillaje de números. Sinanovic, al que Mateo no alineó visto el buen trabajo del juego interior en defensa hasta los minutos finales, vio como le señalaron una técnica por decir. "¿Mía? Venga ya, hombre". Se le dicen a los árbitros cosas mucho peores. En fin, no era el día de los árbitros, sino de los jugadores y de los técnicos del Unicaja. Lástima que el partido acabara. Vienen el PAO y el Caja Laboral. Peligro.
Lucentum Alicante (9+21+19+28) 77: Freire 11, Dewar 8, Singler 12, Ivanov 19 y Barnes 10 -quinteto inicial-. Llompart 2, Stojic 7, Koné 0 y Ellis 8.
Unicaja (26+27+24+20) 97: Rowland 8, Fitch 14, Darden 7, Freeland 9 y Zoric 11 -quinteto inicial-. Berni Rodríguez 5, Valters 19, Peric 9, Garbajosa 13, Abrines0, Sinanovic 2 y Blanco 0.
Árbitros: Conde, Peruga, Pérez Niz. Técnica a Vidorreta (19'). Eliminado: Freire.
Incidencias: Centro de Tecnificación de Alicante. 8ª jornadada de la Liga Endesa. Unos 4.000 espectadores.
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