La Rosaleda se despide al grito de "Schuster, vete ya"
Gran parte de la grada estalla contra el técnico alemán tras el 1-2 de Muniain y el pitido final "Desde el primer día dijimos que iba a ser un año muy duro, no me sorprende", afirma
Por primera vez en lo que va de temporada La Rosaleda se pronunció de forma evidente sobre el entrenador del Málaga. El grito "Schuster, vete ya" sonó en el estadio de forma sonora tras el gol de Muniain, el definitivo y el que cerró la séptima derrota de la Liga, y tras el pitido final. Hasta ayer en el estadio no se había emitido un juicio en contra del técnico y mucho menos con tal rotundidad. Si en encuentros anteriores hubo silbidos hacia los jugadores, la mayor parte de la afición se marchó a casa señalando claramente a Schuster. Incluso desde Frente Bokerón se oyeron proclamas a favor de Salva Ballesta, entrenador del Atlético Malagueño.
Tras conocer el pensamiento de la gran parte del malaguismo, lo que pudo ser una rueda de prensa inflamable quedó en una retahíla de excusas. Tardó más de lo habitual en atender a los medios, ya que se reunió con la plantilla en el vestuario. Schuster eludió responsabilidades en la mala situación del equipo blanquiazul.
A la pregunta de si se ve preparado para sacar adelante al Málaga, el técnico germano contestó así. "Lo tengo clarísimo por mi parte, sabía lo que podía esperar y no me sorprende. Lo que me molesta es el pelín de suerte que nos falta, la expulsión... Prefiero quejarme cuando ganamos. Ahí estaba el partido, son circunstancias que no se saben antes. Lo que se ve es lo que tenemos. No hay mucho más detrás", señaló Schuster a los medios.
El entrenador afirmó estar enfadado "por la derrota", no por los gritos de la afición. "No merecimos perder este partido para nada, hemos hecho suficiente para no perder este partido. El fútbol tiene estas cosas. Con la expulsión hemos jugado un rato con uno menos y eso es duro. Estamos muy decepcionados, está claro, por supuesto", dijo.
Nuevamente Schuster traspasó la culpa a la plantilla de la que dispone y careció de toda autocrítica. "Es lo que hay. Todos sabéis que hemos intentado desde el primer día lanzar el mensaje de que el año va a ser muy duro, muy difícil y en eso estamos. Creo que no hemos vendido humo, sino una cosa clara de lo que va a haber. Viendo la plantilla se ve claramente dónde estamos. Tenemos lesionados a Mounir [El Hamdaoui] y Roque [Santa Cruz], pero se ven jugadores como Samu y Juanmi que lo están dando todo. Además, tienen suerte de marcar goles en los últimos tres partidos. Pero la dificultad la sabíamos desde el principio. No me sorprende para nada. Aquí vamos a estar, no hay más", explicó Schuster.
El alemán se resignó ante la actual coyuntura y los cambios tan extremos sufridos por el plantel de un año a otro decididos por la entidad: "Es brutal lo que ha ocurrido aquí con la Champions, la diferencia de un año a otro es clara, pero es la filosofía del club, que decidió así. No podíamos pensar en otras cosas. No queremos pasarlo tan mal, tan feo, es la situación y dependemos de otros equipos, otros equipos están en una situación similar, hay que pelear muchísimo".
Schuster dio su clave de la derrota: "Cuando un rival pierde 1-0, lo o lógico es que busca empatar. Con los cambios nos empujó y nos metió atrás. No fue nuestra intención, fue por el rival".
Schuster terminó su alocución intentando ser optimista. "Somos los últimos en bajar los brazos y confiamos en esta plantilla. No podemos bajar la cabeza por eso. Hay que levantarse y volver a la batalla", sentenció.
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