Sabonis en la Axarquía
baloncesto
Arvydas acudió a Torre del Mar a contemplar a Tautvydas y Domantas, que debutó con 16 años, en el estreno de la Adecco Plata · "El Unicaja es una buena escuela para que progresen", asegura el mito
Poco antes de comenzar el partido, aparece por el Maestro Salvador Sánchez de Torre del Mar la enorme figura de Arvydas Romas Sabonis. Con aspecto muy saludable tras el susto que recibió el año pasado y del que apenas hay secuelas, las miradas se dirigen hacia sus 221 centímetros. Manolo Rincón le hacen un hueco para que presida el encuentro. Llega acompañado de su agente, Arturo Ortega, su esposa, antigua miss en su país, y su hija, que con 15 años mide 1.96 metros y llama la atención. El motivo de la visita de Arvydas a la Axarquía es contemplar en directo, algo que no suele hacer, a sus hijos Tautvydas (20 años) y Domantas (16). Es el debut del Clínicas Rincón en la Adecco Plata, ante el Cafés Aitona.
Domantas juega como titular, 26 minutos, con dos puntos (1/2 en tiros de dos y 0/1 en triples), siete rebotes (uno en ataque), una recuperación y una pérdida. Es la perla de la familia. "Yo siempre he dicho que si de los tres [el mayor, Zygimantas, dejó de jugar] uno sale, yo estoy contentísimo", asegura tras el partido Arvydas, que atiende con amabilidad a este periódico: "Por ahora parece que puede ser Domas, pero es pronto. El Unicaja tiene toda la pirámide, una buena escuela, desde niños hasta la élite, es un buen sitio para que progresen. Aquí han vivido ellos desde casi siempre". Domantas se desenvuelve como tres desde sus 2.06 metros, es la pretensión del club, que juegue de cara. Aunque quizá su posición definitiva sea de cuatro. Su talento salta a la vista y está considerado uno de los mejores proyectos de su generación (1996) a nivel europeo. Ya realizó la pretemporada con el primer equipo, incluso debutó en Benahavís contra el Cibona. "Fue para que probara un poquito, para que empiece a pensar de otra manera, vea cómo se funciona como profesional. Pero hay que entrenar mucho, es todavía joven", relata Arvydas.
Tautvydas (multicampeón europeo y mundial en categorías inferiores con Lituania), por su parte, es uno de los capitanes del equipo, es ya su tercera campaña con el filial. Ha mejorado su físico y está más rápido. En 19 minutos anota cinco puntos (1/3 en tiros de dos y 1/3 en triples), cuatro asistencias y dos rebotes. Entiende muy bien el juego.
"Es pronto para decir algo sobre los jugadores y el equipo. Es el primer partido, se ve que también hay mucha gente joven, hay mucha energía pero poco cerebro aún", se ríe Sabonis al definir el primer partido del Clínicas. Dice que no suele acudir a ver a sus hijos jugar. "No quiero, hoy [por ayer] vengo porque hace mucho tiempo que no los veo, pero no me gusta venir, prefiero que jueguen tranquilos. Pero tienen que poner más energía", afirma, al tiempo que cuando se le cuestiona si algún día jugarán en su Zalgiris en Lituania se encoge de hombros: "Tienen que terminar la escuela, hay tiempo. Nunca hay que correr, cada cosa tiene que pasar a su tiempo. Depende del sitio y del club se debuta más joven. Pero nada te asegura debutar antes".
Sabonis es ahora presidente de la Federación de baloncesto de Lituania. "Ahora estoy mucho tiempo más allí, hay más trabajo. Vengo un par de veces al año. Con los Juegos Olímpicos y Preolímpico este año no he podido venir en verano. Aquí he llegado y, madre mía, ¡qué temperatura! El problema de Málaga es que llego y no quiero trabajar. Yo he vivido aquí un par de años pero sin hacer nada", bromea Arvydas, que dice estar reestablecido del infarto que sufrió el año pasado. "Todo bien. Yo quedo dos veces por semana a jugar con los amigos Pero sólo a una canasta, ¿eh?", vuelve a vacilar, antes de hablar un poco del Unicaja: "Anteayer jugó, vi un rato. Son los primeros partidos, no se puede decir mucho, ves que ahora el juego es como un ola, muchos parciales, no hay continuidad. Hace falta tiempo".
Y Arvydas se despide rumbo a Torremolinos, donde su familia tiene casa desde hace dos décadas. Sus hijos crecen en Los Guindos.
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