Salva Ballesta se estrena a lo Guardiola

No es que Salva Ballesta vuelva a casa, es que él nunca se ha ido. Afincado en su rincón de Guadalmar, el maño siempre ha sido feliz aquí, pese a su reconocida devoción por el Atlético de Madrid, club donde vivió bonitos episodios. El club hizo oficial ayer lo que ya se sabía: que será el sustituto de Josep Clotet en el Atlético Malagueño. Su estreno en los banquillos comienza en el filial de un equipo que adora. Un inicio que recuerda al de Pep Guardiola en el Barcelona y que ya es histórico: se trata del primer exfutbolista del Málaga CF que dirige al filial.

El maño estaba reconduciendo su carrera hacia los banquillos y las oficinas, puesto que se formó para ser director deportivo y poco después comenzó los estudios para sacarse el carné de entrenador. De hecho, la pasada temporada ultimó sus obligadas prácticas de seis en las categorías inferiores del Roma Luz. Tenía acordado con Abel Resino que sería su segundo entrenador allá donde le dieran una oportunidad. Salió la opción del Celta, si bien al final no pudo cristalizar su fichaje allí. En el modesto conjunto malagueño empezó a demostrar conocimientos que ahora tratará de aplicar a las jóvenes promesas malagueñas. Ayer por la mañana estuvo en las oficinas ultimando su contrato, que en principio le tendrá sólo un año en el banquillo, y ya se ha puesto el chip de lo que le espera.

"El equipo filial tiene que estar a disposición de lo que quiera el entrenador del primer equipo. Yo tendré mis ideas, mi sistema, mi manera de hacer las cosas, pero también debemos saber dónde estamos. El primer entrenador tendrá mucho que decir. La exigencia es la de sacar el máximo número de jugadores posibles a la primera plantilla", apostilló sobre sus objetivos para la temporada entrante. Todo ello en paralelo al reto de la entidad de, al fin, lograr el ascenso a Segunda División B.

Salva jugó cinco años en el Málaga. Tras un año como cedido (temporada 03/04), volvió en 2005 para quedarse hasta 2009. Aplicar su sabiduría al equipo es su afán: "Es un paso adelante, más aún cuando acabo de terminar el curso de entrenador. Es una apuesta importante de Vicente (Casado) y de Moayad (Shatat). Vengo con mucha ilusión, ganas de empezar y a exponer lo que sé como jugador en 18 años de carrera en los campos y lo que he aprendido como técnico".