Sergey Kurchenko, rey del gas a sus 28 años

Se cifra la fortuna del peculiar presidente ucraniano en 1.700 millones de euros No delega, hace o deshace a su antojo en el club

Sergey Kurchenko, acompañado en el palco del estadio del Metalist.
Ismael Touat Málaga

29 de diciembre 2013 - 05:02

Que la marcha de Sosa haya permanecido más días de los previstos parada obedece al silencio que el futbolista ha encontrado de parte de su club de origen, el Metalist. La dificultad para ponerse en contacto con Sergey Kurchenko, presidente y máxima autoridad del equipo de Járkov, forma parte del misterio que envuelve a uno de los hombres más ricos de Ucrania.

Kurchenko es tan inaccesible que desde el propio Málaga lo han comparado con el jeque Al-Thani: hombres de negocios, relacionados con el poder de sus respectivos países, alejado de los ojos mediáticos. A diferencia del presidente blanquiazul, que delegó en Moayad Shatat y Vicente Casado, Kurchenko es el que hace y deshace en el Metalist, cuya presidencia "había soñado desde niño". Así lo afirmó en la web del Metalist cuando se confirmó la adquisición a otro magnate, Alexander Jaroslavski.

La última palabra es de Kurchenko. Sólo hay que pasarse por los canales oficiales del Metalist para hacerse una idea. Tanto en su web como en Twitter citan al presidente como la autoridad que decide la operación. Como el líder ucraniano tiene que supervisar hasta el último detalle y al objeto de cerrar por completo su pase a otro club europeo, Sosa ha tenido que viajar a Milán. Se ha buscado un lugar intermedio donde poder tener una cita con Kurchenko o, en su defecto, algún dirigente acreditado por el presidente. El futbolista se ha visto obligado a hacer un alto en sus vacaciones y emprender un largo viaje a Italia para quedar liberado.

Lo que sorprende de Kurchenko no es su proceder secreto y oscuro. Tampoco su fortuna, cifrada, según algunos medios, en unos 1.700 millones de euros, o que se le considere el rey del gas en Ucrania y uno de los empresarios más pujantes del panorama centroeuropeo; es su edad, apenas 28 años, lo que más llama la atención. Su precocidad no le ha impedido convertirse en un potentado.

Es dueño de Gas Ukraine. Esta compañía en apenas cuatro años se ha erigido en el mayor importador de petróleo del país, así como en uno de los grandes compradores de gas licuado. En diciembre de 2012 se hizo con la propiedad del Metalist. "No quiero ver las espaldas del Shakhtar Donetsk y del Dinamo de Kiev. No quiero que todos los años celebremos haber ganado el bronce de la Liga", dijo a través de la web del club. No pecó de conformismo a la hora de ponerse objetivos: anunció que en tres años esperaba ganar el campeonato ucraniano y en cinco extender el éxito a Europa.

Kurchenko aprovechó el conflicto entre el expresidente Jaroslavski y la ciudad de Járkov por la remodelación del estadio para hacerse con el control del equipo de su niñez. En el llamado Oblasny SportKomplex Metalist, remozado para la Eurocopa de 2012, Jaroslavski se gastó 30 millones, así como 440 millones en el propio Metalist desde 2005. No transcendió cuánto gastó Kurchenko en la compra del Metalist, aunque este verano no dudó en acometer operaciones como los fichajes del Papu Gómez y Diego Souza por seis millones de euros cada uno.

Reservado, controlador y discreto, días después de ascender a la presidencia Kurchenko quiso ganarse el favor de su afición regalando 500 viajes a Newcastle para apoyar al Metalist en su eliminatoria de Europa League. Paralelamente, mandó a la plantilla a Dubai, para evitar el frío enero ucraniano y poder preparar la segunda parte de la temporada. Meses después su equipo, como el Málaga, fue expulsado por la UEFA de toda competición continental. En su caso, por el amaño de un partido de Liga de 2008.

Las redes de Kurchenko van más allá del sector energético y el fútbol. Es más, diversos analistas señalan que estos negocios son consecuencia de sus buenas relaciones con el Estado. Según el periodista Jordi Mestre, a Kurchenko se le vincula con La Familia, el grupo de incondicionales situados alrededor de Aleksander Yanukovich, hijo del presidente Viktor Yanukovich, y por ser amigo del hijo del fiscal general, Viktor Pshonka. De hecho, a sus hilos con los Yanukovich atribuyen la compra por parte de Kurchenko del United Media Holding, grupo editor de Forbes Ucrania y del principal semanario del país, Korrespondent, por unos 650 millones de euros. El objetivo sería mejorar la imagen del presidente ucraniano, en el poder desde 2010 y debilitado por la situación económica estatal. Sosa ha logrado que el magnate le dé seis meses de permiso. El Málaga lo ha vivido en primera persona.

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