Siempre está Willy

minutos 90 TIROS RECIBIDOS 19PARADAS 6pases realizados 8/31

Caballero regaló varios paradones, sobre todo en la primera mitad · El tanto Pato dejó su récord de imbatibilidad europeo en 523 minutos, registro que queda en los anales malaguistas

Willy Caballero aplaude a la afición malaguista al final del partido.
José Manuel Olías

07 de noviembre 2012 - 05:02

El particular cuento de hadas de Wilfredo Daniel Caballero va camino de ser de tamaño enciclopédico. Willy guarda aún algún capítulo para escribir en clave albiceleste, en clave argentina, con su selección. Es inexplicable que no está en los planes de Sabella. Pero en Málaga no deja de quemar registros. Ayer Pato detuvo el reloj en 523 minutos. Es el tiempo que Caballero ha tardado en recibir un gol en competición europea con el Málaga. Desde el debut ante el Panathinaikos en la eliminatoria previa hasta el minuto 73 en San Siro no recogió de sus mallas un balón el meta de Santa Elena.

El cabezazo del brasileño para remachar el centro de Constant, imparable, quebró esa racha que sabe a gloria. Supera la que tenía en competición liguera con el Málaga, récord incluido el Club Deportivo superando a Koke Contreras, que alcanzaba 479 minutos. Curiosamente, lo quebró en octubre de 2011 Pedro León con un zurdazo lejano. Fue el día de la chilena de Baptista, ahora que el brasileño asoma el morro para ayudar al equipo.

La peculiar trayectoria de Caballero, canterano de Boca Juniors, campeón del mundo sub 20 y olímpico con Argentina, capaz de marchar un año a su país para que su hija sanara un cáncer y dejar de lado el fútbol, alcanza cotas que ni él mismo quizá pensaba cuando con 29 años acumulaba temporadas en el Elche, en Segunda División. Caballero tiene en la ciudad ilicitana otro registro alto de tiempo sin ser batido, con 567 minutos.

El retrato que quedará para el malaguismo del día de gloria en San Siro no será el tanto de Pato, sino las dos prodigiosas manos que metió Caballero en el primer tiempo. Esa izquierda para detener un zurdazo de Bojan envenenado por un desvío de Weligton. Y esa derecha, poco minutos más tarde, para firmar una académica estirada con la mano derecha que impidió otro zurdazo, esta vez de falta directa, de Emanuelson. Siempre seguro, sólo un malentendido con Demichelis dejó un balón peligroso muerto fuera del área. No hubo que lamentar daños por ello.

Caballero es de esas personas aparentamente calladas que deja después un buen poso en la conversación. Cuando tras el partido se le cuestionaba por esa estética parada a Emanuelson, decía que "lo veremos para la tele, pero lo importante es que sirvió para aguantar y parar los momentos en los que ellos apretaban. Este punto sabe a mucho porque nos da la clasificación. Comprendimos bien el mensaje. Si veníamos a por un empate lo íbamos a pasar mal. Pero salió bien, pudimos incluso ganar. Estoy contento sobre todo por la actuación del equipo, mucho más que de la individual".

"Entre Champions y Liga hay poco tiempo para disfrutar, pero hay que saborear este triunfo", proseguía Caballero: "La gente que viajó y que hizo ruido, que lo disfrute. Es un pasito más en la historia del club. Es un orgullo".

"Tuvimos un partido malo, lo sabemos aceptar, pero la afición de corazón no está enfadada por la derrota ante el Rayo", remató Willy. Esas manos salvadoras valieron tanto como goles. El récord ahí queda: 523 minutos.

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