Todas campeonas (29-25)

Balonmano

El Costa del Sol no reedita el título en la EHF Cup por un gol tras un espectacular partido en el Carpena, con 7.183 espectadores en las gradas que llevaron a las jugadoras en volandas

El Costa del Sol aplaude al público del Carpena. / Javier Albiñana

No da igual perder, porque este es un grupo de ganadoras que ha levantado cuatro títulos en año y medio y las lágrimas al final eran de impotencia. Pero lo que hicieron este sábado 14 de mayo de 2022 fue histórico. Lograron que 7.183 personas acudieran al Carpena a ver al Costa del Sol. Nunca jamás vieron tantos espectadores un partido de balonmano femenino en España. La ovación que se llevaron al terminar el partido ponía los pelos de punta. Se estuvo a centímetros ganar la EHF Cup por segundo año consecutivo. A un gol, concretamente. El Costa del Sol ganó por cuatro goles (29-25), la misma distancia por la que perdió la semana pasada en Telde. Pero en las eliminatorias gana quien marca más goles fuera de casa. El mal día ofensivo del Costa en Canarias acabó pesando. Una postrera parada de Silvia Navarro a Talita Alves, ya con siete jugadoras las malagueñas para el último ataque, fue definitiva.

El partido estuvo en detalles. Con cinco arriba, a falta de un minuto, a la capitana Sole López se le escurrió un balón de Merche Castellanos para ponerse delante de Navarro, que hubiera sido el +6 y la sentencia. El balonmano es un deporte en el que no se especula y el espíritu es correr cuando se puede, ha sido la filosofía malagueña para llegar a la élite. Pudo estar en las paradas de la eterna portera de la selección española, cuarentona ya. En los tiros de Medeiros (10 goles) que entraba como un bisturí y después no desde el extremo. Pero sería injusto personalizar en alguien, al contrario. Es la primera final que se pierde, pero debe curtir y hacer callo. No se gana siempre. Y, aunque la pena es grande minutos después de perder la final, la victoria de todo el balonmano femenino es enorme. Es un deporte espectacular, atractivo. Hora y media de intensidad pura, sin receso y con pocos parones. Contacto, choque, brincos y arte. Muchos repetirán de los que acudieron alguna vez.

El Costa del Sol planteó un partido como debía hacerlo, metiendo intensidad y mordiendo. Y rápidamente cogió la renta en la que se habría de mover el partido, entre los tres y seis goles a favor. Una vez el Rocasa superó los 17 goles, sólo valían cinco. Llegó a coger los seis de renta el equipo costasoleño en el final del primer tiempo. Igual que gestionó bien las inferioridades sin recibir goles, no supo hacerlo con los superioridades y se fue al descanso justo con la diferencia necesaria (16-11). El Costa del Sol había encontrado a las extremos y generado huecos.

El Rocasa salió mejor tras la reanudación. Había seguramente dejado de impactarle el brutal ambiente. En las dos plantillas hay subcampeonas mundiales, medallistas olímpicas y jugadoras de nivel excelso. Pero se entraba en territorio desconocido. El estrés emocional era muy grande, el desgaste también. El Rocasa parecía haber doblado el brazo malagueño cuando se colocaba a un gol (22-21) a 10 minutos, pero quedaba una bala más. Suso Gallardo ordenó un cambio defensivo. Más huecos, pero más agresivas, casi en nueve metros. Y surtió efecto. Espe López y Silvia Arderius se echaban al equipo a las espaldas y volvía a alcanzarse la renta de cinco goles (27-22). El final fue taquicárdico. Un gol y ganaba el título el Rocasa y un gol y lo ganaba el Costa del Sol. En ese vaivén, la penúltima posesión le quedaba al Rocasa, que metía después de un tiempo muerto. A nueve segundos, el Costa del Sol diseñó una jugada para que lanzara Talita. Y Silvia Navarro, la leyenda de la portería, paraba para darle el título al Rocasa Gran Canaria. El ganador es el balonmano femenino malagueño y español.

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