El Unicaja se instala en la fiesta (76-66)
Acb
El equipo encadena su quinta victoria seguida y se asegura virtualmente ser cabeza de serie en la Copa del Rey. Los de Plaza dominaron por 18, después se vieron dos abajo y remataron en otro brutal cuarto final.
El Unicaja empieza a vislumbrarse como algo serio. Cinco victorias, las dos últimas condensadas en 48 horas y con una altísima carga de emotividad, dibujan una línea alcista, en la que se conjuga espíritu y garra con cada vez más momentos de buen juego. Los últimos cuartos con los que se conquistaron los partidos ante Fenerbahce y Gran Canaria ilusionan bastante, en ambos un equipo repleto de fe y de acierto. El bloque timorato y dubitativo de hace tres semanas, que vio cómo CAI o Laboral Kutxa le ganaban en Málaga después de ir una decena de puntos abajo, ha hecho click y ahora es poderoso, tiene y transmite confianza.
El Unicaja jugó varios partidos en uno con el Gran Canaria. Con la adrenalina por las nubes tendió puentes con el final del partido ante el Fenerbahce y despachó un soberbio primer cuarto en el que apiló una ventaja (27-9) considerable. Después anotó sólo 21 puntos en los 20 minutos siguientes y se vio dos puntos abajo al final del tercer cuarto (48-50). Cuando la gasolina física y las ideas parecían haberse agotado, la respuesta malagueña fue un golpe seco, directo al corazón rival. Un parcial de 13-0 con triples de Granger, Dragic y Súarez más dos canastas de Caner-Medley, que en un momento de la temporada en el que su incidencia para el ataque no es tan alta como en meses atrás, lo cual no es del todo malo, reapareció, propició que el partido se quedara en casa cuando parecía haber embarcado rumbo a Las Palmas en vista de la tendencia que se había comprobado en el tercer cuarto.
Desperdiciar 18 puntos de renta hasta verse dos abajo suele suponer una puntilla para el equipo que es remontado. En otra coyuntura seguramente el público hubiera silbado y el estado de nervios se hubiera apoderado del equipo local. Es una situación que se ha visto en no pocas ocasiones en las últimas temporadas. Pero no, algo ha cambiado. Esta vez la respuesta fueron unos aplausos, unos gritos de apoyo y la presión a los rivales y los árbitros, que también tuvieron su cuota de protagonismo durante todo el partido. Se les reclamó indulgencia cuando el Gran Canaria elevó el tono físico y de la defensa para igualar el partido. Especialmente devastador fue el gigante Tavares, cuya presentación en sociedad en Málaga fue inmejorable. Fue la razón fundamental por la que cambió el partido en el tercer cuarto. Se apropió de los aros, es verdad que con permisividad. Pero su movilidad, coordinación y agilidad para sus 220 centímetros resultan una bendición.
La ciénaga que el Unicaja atravesó durante el segundo y el tercer cuarto no tuvo consecuencias en la moral del equipo. Pudo haber un momento de inflexión cuando Calloway taponó un intento de mate de Tavares. Un tipo de menos de 1.90 alcanzó a otro de 2.20, con la diferencia de envergaduras también presente. También cuando Dragic se enchufó, cuando reapareció Caner-Medley, cuando Stimac, otro doble doble ayer, se colocó las pinturas de guerra para afrontar la misión de disminuir el impacto de Tavares. Si Newley fue el asidero en el primer tiempo del equipo canario (11 de los 12 primeros puntos fueron suyos), después fue Bellas quien gobernó el partido en el tercer cuarto, con Plaza dudando a quién darle el mando, si a Calloway o Granger. Por cierto, Vidal se vistió para paliar la baja de Fran Vázquez, pero el catalán no entró en la rotación. Sí volvió a ella Domantas Sabonis, que jugó ocho minutos para dar reposo a Caner-Medley.
Y en ese cuarto final, con dos abajo (48-50), el Carpena, a medio llenar pero con plena implicación, se sintió importante. Quizá los sentimientos y los recuerdos que en este fin de semana inolvidable ha agitado el regreso de Mike Ansley, que tuvo su último baño de masas en el descanso, contribuyeron junto al buen juego del equipo durante muchos minutos a esa conexión intermitente en los últimos tiempos. El Unicaja cerró el partido con acierto y negando las líneas de pase del Gran Canaria, robando balones y corriendo. Como le hizo al todopoderoso Fenerbahce. No son dos cualquiera, son élite de la Euroliga y la ACB. Vienen cuatro duelos a domicilio consecutivos, el próximo partido en el Carpena del Unicaja será en la Copa del Rey de Málaga. Lo hará, al 99.9%, como cabeza de serie. Y el grito de despedida de la afición fue "A por la Copa, oé".
Ficha técnica:
Unicaja (27+11+10+26) 76: Granger 17, Toolson 13, Kuzminskas 3, Caner-Medley 10 y Hettsheimeir 10 -quinteto inicial-. Sabonis 2, Calloway 2, Suárez 3, Dragic 3 y Stimac 11.
Herbalife Gran Canaria (9+18+23+16) 66: Bellas 17, Newley 20, Beirán 4, Báez 7 y Tavares 4 -quinteto inicial-. Oliver 1, Hansbrough 0, O'Leary 3 y Martín 10.
Árbitros: Conde, Cortés y Cardús. Sin eliminados.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 16ª jornada de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 6.000 espectadores.
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