Más agua que fútbol

La lluvia fue clara protagonista de un derbi que se descorchó en la segunda mitad pero acabó sin goles El Marbella dispuso de más ocasiones, pero no pudo concretar Amaya se topó con el palo en el 90'

Diego Segura conduce un balón ante Cala.
Diego Segura conduce un balón ante Cala.
Redacción Marbella

14 de diciembre 2014 - 05:02

El derbi cambió poco el panorama que acompaña a ambos equipos. El Marbella sigue intentando encarrilar su temporada de la mano de un Pablo Alfaro que atesora dos puntos en dos partidos sin goles a favor ni en contra. Por su parte, El Palo sigue empeñado en superarse semana a semana y ya son 12 las jornadas que acumula sin perder de forma consecutiva, siendo idéntico el número de empates que ha cosechado en las 17 jornadas que van disputadas.

Está claro que el punto favorece mucho más a los de Rafa Muñoz, que se asientan en la sexta posición con media permanencia en el bolsillo. El trabajo de la primera vuelta se ha realizado con creces, y apenas queda la guinda de culminar en casa contra el Granada B otro año para enmarcar.

Ayer, Pol volvió a salvar los muebles en los momentos más complicados de los suyos. La necesidad imperiosa de los locales les obligó a llevar las riendas del encuentro en muchas de sus fases y a salir con más intensidad en una segunda mitad que abrió definitivamente un partido encorsetado a más no poder durante los primeros cuarenta y cinco minutos.

El asedio marbellí obligó a los paleños a mostrar su cara defensiva más sólida, la que le ha convertido en el rey del empate. Las ocasiones empezaron a sucederse. Añón, Rubiato, Casi... Todos ellos se topaban con el excelente guardameta catalán, que sigue haciendo méritos para que el Málaga cuente con él la próxima temporada. Ante uno de los mejores tridentes ofensivos del campeonato, volvió a mostrar sus cualidades para mantener la portería a cero.

Bajo la intensa lluvia, El Palo también pudo sacar rédito de las acometidas marbellíes. Con los ingredientes ideales sobre el terreno de juego para montar una contra letal, los de Rafa Muñoz dispusieron de un par de oportunidades bastante claras para haber desnivelado la contienda y haber asestado un golpe moral importante a su rival. Primero fue Zamorano, que recibió el balón en el área y se entretuvo demasiado antes de lograr disparar, permitiendo a la defensa evitar el 0-1. Y la más clara llegó a cargo de Amaya. Como en el Carranza, otra vez al segundo palo y en los últimos compases del encuentro. Pero en esta ocasión su remate se estrelló en la madera, dejando un nudo en la garganta de los 300 aficionados que desafiaron a la lluvia para disfrutar de un derbi algo descafeinado. Visualmente mereció más el Marbella, pero ya ha quedado bastante claro que ganarle a El Palo es tarea complicada.

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