Alberto González, unas Series Mundiales de triatlón en la orilla de casa

El malagueño, diploma olímpico en París, llega en gran forma para competir en Torremolinos contra los mejores triatletas del mundo

Lidera la Armada española

Alberto González, en las instalaciones de Inacua.
Alberto González, en las instalaciones de Inacua. / J. M. O.

Málaga/Alberto González (Málaga, 1998) solía ir con su familia de pequeño a la playa de Los Álamos, domingos largos cerca de la orilla. Desde este jueves hasta el próximo domingo, el día en el que él compite para cerrar el evento, esa playa de Torremolinos y sus alrededores, más extensos en el tramo ciclista, será el terreno de competición de las finales de las Series Mundiales de triatlón, la traca final de la temporada de este deporte, en la que se deciden los campeones del mundo. Después de ser finalista en los Juegos Olímpicos de París en su debut en la gran cita, 2024 se redondea con una prueba simbólica para el malagueño, algo así como jugar un Mundial en la cancha donde aprendió a jugar. La pujanza del triatlón, que en pocas décadas se ha convertido en una de las grandes citas de los Juegos y tiene una implantación creciente buscando al mejor en la mezcla de natación, ciclismo y atletismo, es gracias también a pioneros como lo fue Ignacio, el padre de Alberto, que en los 90 fue uno de los que ayudó a desarrollar el deporte en la Costa del Sol.

Torremolinos es el broche a la temporada, se disputa sobre distancia olímpica (1.500 metros de natación, 40 kilómetros de bicicleta y 10 kilómetros de carrera a pie). González está ya en lo que se denomina la fase de tapering, la reducción progresiva de la carga de entrenamiento antes de una competición con el objetivo de reducir la fatiga manteniendo las adaptaciones de la vertiente física. "El trabajo está ya hecho", insiste. Hace unas semanas consiguió un extraordinario cuarto lugar en las Series Mundiales de Weihai (China), la última prueba de élite previa a la cita malagueña. Esa confianza de haber medido cara a cara con los mejores en los últimos meses ha robustecido la autoestima del triatleta, que a principios de 2024 no era fijo en el equipo nacional porque los seleccionadores tenían otras preferencias y que se tuvo que ganar a pulso, consiguiendo por ranking la tercera plaza para España, su presencia en París. Con esa inercia llegó a París y, ahora, a la gran prueba.

"Sí, totalmente", responde sin dudar Alberto cuando se le cuestiona si le ha cambiado la mentalidad con ese diploma olímpico: "De hecho, el resultado de los Juegos ahí queda, es una carrera más. El Día D, Hora H, se preparó de la mejor manera, acompañó todo. Creo que conseguí el mejor resultado del mejor caso posible. Ahora digo, 'vale, sé hasta dónde puedo llegar, el camino que tengo por delante'. En Weihai hice cuarto. Ser un Top 5 y Top 8, ver como gente como Hauser o Wild se quedaron... El resultado de los Juegos me hizo ver que tengo recorrido por delante".

Alberto González, durante la competición en París.
Alberto González, durante la competición en París. / Efe

Se le ilumina la voz al malagueño cuando recuerda esa impresionante carrera culminada en el Puente Alejandro III, cuando salió en cabeza del tramo de bicicleta e incluso tiró en los primeros metros. "Me vi ahí y tiré para adelante, fui sin miedo, eché a correr y sabía que iba a una velocidad que me podían pillar y esa brecha se iba cerrando. Pero lo que extraigo es que los rivales me sacaban más en carrera y ahora me sacan menos y me voy acercando a ellos. No veía la posibilidad de medalla en París, debía ser algo extraordinario. Ahora se quita la niebla y veo un campo más abierto. Es positivo, me va a dar confianza para mejores resultados. También comprobé que hay que persistir. Salí sin miedo, me pasaron, me adelanta un grupo muy numeroso, paso 3 al 12 y creo que llego a estar el 14-15. En la última vuelta sabía que era mi baza, me había guardado algo y debía aprovecharlo. A 1.5 cambié el ritmo, aumento la cadencia, cambio la postura, con gas abierto y sin miedo, iba pasando a gente, no sabía en qué puesto iba, no pensé más. Rival que tenía adelante, a adelantarlo. Y me ayudó mucho, no sé cómo lo hice y me planté en la recta final y vi el marcador y dije ¿cómo? Vi a los portugueses, creía que llegaría el 11-12, pero fueron quinto y sexto y séptimo Hauser, que era el que estaba delante. Veía mucha gente delante, pero es que eran los primeros...", retrata con extrema precisión cómo fue el final de una prueba en la que durante dos tercios, tanto en la natación como en el ciclismo, estuvo como los mejores. Es en la carrera a pie donde se gana, pero se puede perder mucho antes.

Alberto González posa en Inacua.
Alberto González posa en Inacua. / J. M. O.

Después de los Juegos llegó otro resultado sin la trascendencia pública de un diploma en los Juegos, pero del mismo nivel o superior. Ese cuarto puesto en Weihai, también con la élite del deporte casi al completo, en la prueba de las Series Mundiales, algo así como los grand slams del tenis. "En China igual lo tengo como poco valorado, después de unos Juegos las fuerzas son otras, la perspectiva de entrenamiento, se va más relajado a las pruebas después de la presión.... Lo decía Alex Yee, campeón olímpico, que se había quitado la presión y estaba rindiendo mejor. Sin peso encima llegué a disfrutar, en Asia me siento muy bien", bromea Alberto González: "Me llamaban el vietnamina de pequeño porque tenía los ojos muy cerrados y a lo mejor tengo genes de allí. Conseguí grandes resultados en Hong Kong, en Corea del Sur antes... La bici fue muy dura, pero lo hicimos bien y acabamos cerca del podio", rememora también.

Es el preámbulo de una prueba indudablemente especial. Competir con los mejores del mundo en casa es algo extraordinario que probablemente no suceda. Pero Alberto González acude con la tranquilidad de quien ha hecho los deberes esta temporada más que sobradamente. "En Torremolinos me dan igual las circunstancias de bici, voy a correr bien, voy explorando mis límites y capacidades. Una gran final, la primera que correré, en casa, en Málaga... Es un sueño. Es lo típico que hablas con los amigos y familaires. ¿Dónde harías el circuito si hubiera una prueba en Málaga? Se está haciendo realidad. ¿Presión? Depende cómo te lo tomes, me lo planteo como una carrera más, lo he trabajado con el psicólogo. Se trata de disfrutar del ambiente en casa, el puesto que haga nos da igual. Disfrutar del triatlón, repetir la experiencia de los Juegos, que ellos, mi gente, lo pasaron muy bien. Estoy en un estado de forma muy bueno, tranquilo, hacer una carrera más y disfrutarlo".

Alberto González, en Inacua.
Alberto González, en Inacua. / J. M. O.

¿Cómo le vendería la prueba a un desconocedor del triatlón para que acuda a verlo? "Le diría que se está disputando el Campeonato del Mundo, que el podio está ajustado, va a estar el podio olímpico al completo. El británico Alex Yee, el neozelandés Hayden Wilde y el francés Leo Bergere. Están todos los primeros de París salvo el noruego Blummenfelt, oro en Tokio, porque está preparando el Mundial de larga distancia de Kona. Estamos todos, es la última prueba, el que gana no es el campeón del mundo pero sí puntua el doble la carrera. Quien vaya de nuevas seguro que le va a gustar", anima Alberto González a acudir. Tras las pruebas celebradas en Abu Dhabi, Yokohama (Japón), Cagliari (Italia), Hamburgo (Alemania) y Weihai (China), una vez elegidos los tres mejores resultados, González marcha noveno en la clasificación, que lidera Yee, por delante de Bergere y Wilde, o sea, el citado podio olímpico con el segundo y el tercer intercambiado. La puntuación se dobla en la última prueba y el malagueño aún puede ascender varios puestos, aunque no será sencillo. 

Le queda a Alberto González la sensación de que va creciendo como deportista. "Cada carrera que pasa siento que voy por el buen camino. Sí me costaba más la bici, voy mejor en bici; soy capaz de correr bien, ser consistente nadando y en ciclismo y mejorar la carrera. Es seguir trabajando, el tiempo juega a nuestro favor, tarde o temprano iremos despuntando poco a poco. Paso a paso, todo requiere su tiempo, estoy en buena línea, este año sí he saltado a las Series Mundiales y he competido muy bien", relata Alberto, cuya familia es triatleta al completo. "Nuestro padre nos lo inculcó, primero hacía atletismo y en los años 90 se empezó al triatlón. Mi hermano Nacho también, me apoyaron desde siempre, que esté en Series Mundiales, estar en un Top 10 mundial... Ellos me ayudan en todo lo que necesite". Su hermano corría el pasado domingo la Carrera Urbana y quedaba en tercer lugar. Poco a poco vuelve a entrenar al máximo nivel tras años fastidiado con las lesiones y está a tope de ganas para de nuevo ir dando pasos en el triatlón.

Alberto González, a su llegada en París.
Alberto González, a su llegada en París. / Efe

En todo este maremagnum, Alberto González sigue con sus estudios de Fisioterapia. "Estoy en cuarto, aunque ahora la tengo más parada, me quedan las prácticas externas, me estoy dedicando a entrenar más. Incluso la teoría la tengo ya casi superada, me tendría que enfrentar es todo presencial, lo intenté cuando estuve una temporada en Girona, pero tenía que volver a Málaga, estaba en el grupo entrenando... No me preocupa, sé que está ahí, además me ha ayudado mucho a entender mi cuerpo, a mí y al deporte que practico. La terminaré seguro, es mi plan B", expone, mientras se abre un ciclo que acaba en Los Angeles, los Juegos de 2028, donde llegará con 30 años: "Hay muchos objetivos por delante. Optar al Europeo, al Mundial, seguir creciendo cada año, también incluso hacer pruebas más largas. Me encantaría probar la media distancia, en los próximos años quizá, en breve es el 70.3 de Marbella y el de 2025 será en allí también, es un reto diferente, pero en el horizonte está Los Angeles, habiendo hecho octavo en París, habiendo corrido pocas Series Mundiales, la vista está allí".

Así llega Alberto González a las finales de unas Series Mundiales en casa. "Recuerdo cuando íbamos los domingos a Los Álamos, con la familia, allí al chiringuito, a El Sardiná. Si lo piensas muy heavy. Nado mucho por allí, por sorpresa no me va a coger...", bromea el malagueño, que ya tiene reconocido el circuito de ciclismo, aunque volverá a verlo estos días y tomará notas también de lo que ocurra en las pruebas previas de junior y sub 23 en los dos sexos: "La bici es técnica, son ocho vueltas de cinco kilómetros, algo ratonero y puede haber escapada, se puede marcar diferencia. Se sube un repechillo para una de las rotondas, pero con la velocidad a la que iremos con inercia no será muy duro. Acabaremos corriendo por el paseo, cuatro vueltas de 2x5 kilómetros, llano ida y vuelta". Todo está listo para el diploma olímpico malagueño. Unas finales de las Series Mundiales en la puerta de casa, estado físico óptimo y confianza muy alta. Con muchos motivos para soñar.

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