El antidopaje sanguíneo: más anuncio que sustancia
La introducción de nuevas pruebas sanguíneas antidopaje en la liga alemana de fútbol fue anunciada ayer como un gran paso en la lucha por un deporte más limpio, pero la reducida dimensión de la medida sugiere que se trata sobre todo de un modo de garantizar la buena imagen de la Bundesliga.
Sólo un 15% de los controles que se realizan en los entrenamientos de los clubes de primera y segunda división de la Bundesliga y en la selección alemana serán de sangre, según confirmó la Agencia Antidopaje alemana (NADA). De esta manera, cada equipo afrontará en promedio unas dos pruebas al año.
"Naturalmente podemos discutir si esta cantidad es suficiente. Sin embargo, es la DFB (Federación Alemana de Fútbol) quien decide el número de pruebas", declaró el presidente de la NADA, Lars Mortsiefer.
La DFB devuelve la pelota y asegura que es la NADA la que decide qué parte del dinero se destina a controles sanguíneos. Dejando de lado los números, Mortsiefer consideró que se trata del "primer paso en la dirección correcta".
Sin embargo, las cifras parecen apuntar en otra dirección. Menos de dos pruebas por club alemán serán de sangre, y se harán durante los entrenamientos. El resto seguirán siendo controles de orina. Las muestras de orina de los futbolistas de la Bundesliga se toman después de los partidos. En la temporada pasada se realizaron 1.700 controles. Está previsto mantener esta cifra en la nueva temporada.
A pocos días del 50º aniversario de la Bundesliga, la DFB y la Liga celebraron esta semana su historia como un modelo de éxito económico. El jefe de negocios de la Liga, Christian Seifert, cifró los ingresos en 2.500 millones de euros. Por lo que cualquier escándalo de dopaje representaría una mancha importante en ese admirado modelo de negocio del campeonato germano.
Además de la introducción de controles sanguíneos, el deporte alemán conoció esta semana un amplio informe que denuncia un dopaje organizado de forma sistemática por el Estado en la antigua República Federal (RFA).
Hasta ahora no se publicaron nombres concretos, pero en el centro de las sospechas figura la selección alemana de fútbol, finalista del Mundial de 1966. Integrantes de ese equipo como Franz Beckenbauer, Uwe Seeler y Wolfgang Overath negaron cualquier práctica irregular.
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