Australia tumba a EEUU y se lleva el gran clásico de la Copa Davis en Málaga

Estados Unidos-Australia es el gran clásico histórico de la Copa Davis. 119 años después de su primer encuentro en 1905, durante la quinta edición del evento, y la primera de Australia, que competía en ese momento como Australasia, se medían en Málaga por 48ª ocasión. Ambas naciones están en su mayor sequía histórica de títulos desde que ganaron por primera vez. Y se enfrentaban en un duelo potente, con cinco Top 25 mundiales entre los dos equipos y dos parejas de dobles de máximo nivel, ambos con aspiraciones de título dentro del lado más duro del cuadro. Pese al madrugón (empezó a las 10:00), buen ambiente con numerosos colegios que le dieron colorido a la sesión, repartiéndose los ánimos a cada equipo.

La eliminatoria comenzó con Thanasi Kokkinakis frente a Ben Shelton. Kokkinakis es un jugador genialoide, una gran promesa de joven que en su madurez está ofreciendo su mejor versión después de años en los que parecía perdido. Es 77 del mundo ahora mismo y Hewitt le prefirió a Popyrin, 24 en el ranking, ganador del Masters 1000 de Montreal y que pasó parte de su adolescencia en Marbella. Respondió a la confianza de su capitán para sacar adelante un partido que fue creciendo en nivel para dejar un tie break tremendo en el tercer set, con varias bolas de partido para los dos jugadores y un 16-14 final para el oceánico, que lo celebraba de manera efusiva.

Shelton, talentoso zurdo que está dentro de la nueva ola americana que busca consolidarse después de carecer de referentes tops desde Sampras, Agassi y, a un nivel algo menor aunque fuera número uno, Andy Roddick. Tiene golpes y electricidad aunque le falta algo de consistencia. Perder 6-1 el primer set no es habitual en una Copa Davis, quizá le pesó el escenario. El de Atlanta se fue metiendo en el partido progresivamente y levantó el segundo set con un break al final del mismo (6-4). En términos de mucha igualdad fue el tercer set, sin roturas hasta la muerte súbita, con varias bolas de partido para cada uno. Ganó Kokkinakis 16-14 en el sexto desempate más largo en la historia de la Copa Davis. El récord de 20-18 fue establecido por un partido en el que Kevin Krawietz/Andreas Mies (GER) ganaron Máximo González/Leonardo Mayer (ARG) 6-7(4) 7-6(2) 7-6(18) en las Finales 2019.

El segundo partido reservaba uno de los mejores duelos que se podían ver por ranking en Málaga, dos jugadores que venían de jugar las ATP Finals en Turín, Taylor Fritz-Alex de Miñaur, cuatro contra nueve del mundo. De Miñaur, español de formación y de raíces pero que eligió jugar con su país natal por la apuesta de su Federación en su día, había llevado en las dos ediciones anteriores a su país hasta la final. Fritz, que venía de una final en Italia ante Sinner, siguió a nivel estelar en el arranque de partido y se llevó la primera manga después hacer el break rápido ganando 12 de los primeros 13 puntos del duelo (6-3). Jugó la final del US Open (primera de un tenista de su país en grand slam desde Roddick en Wimbledon en 2009) para caer ante el italiano también, pero está en esa senda de golpear la puerta el californiano.

En la segunda manga, De Miñaur rompió rápido pero devolvió Fritz, que tuvo 0-40 con 3-3 para encarrilar el partido. Aguantó el de Sidney un primer envite, pero no el segundo. Rompió el saque para colocarse 5-4 y servir para el partido el americano y no perdonó para llevar la eliminatoria al doble.

Ahí, Estados Unidos sorprendía con la pareja Tommy Paul-Ben Shelton en vez de la consolidada Krajicek-Ram, plata en París tras eliminar a Alcaraz-Nadal. Australia apostaba por dos jugadores buenos doblistas también, Ebden y Thompson, que ya habían jugado en Málaga en los dos años anteriores. Se hicieron los aussies con la primera manga por 6-4 tras consolidar un break. En la segunda, Shelton salvó una bola de break que era letal con 4-4 con dos puntos de extrema calidad, pero no pudo con la segunda tras dos restos australianos sensacionales que condicionaron el punto. Remacharon los australianos su saque para consumar una sorpresa con el indomable espíritu de Lleyton Hewitt presidiendo para avanzar a semifinales un año más. Ha sido el equipo más regular en Málaga y esta vez van de tapados, pero son igualmente peligrosos.