¿Quién es Ayoub Ghadfa, el boxeador marbellí que brilla en los Juegos de París?

La historia de superación del atleta malagueño

No descarta hacerse profesional tras los Juegos

Aseguró una medalla tras vencer a Chaloyan

Ayoub celebra un triunfo.
Ayoub celebra un triunfo.

Su nombre es Ayoub Ghadfa Drissi El Aissaoui, nació en Marbella el 6 de diciembre de 1998 y ahora mismo es una de las sensaciones de los Juegos Olímpicos de París después de asegurarse, como mínimo, una medalla de bronce en su categoría de boxeo (+92 kilos). Detrás de su éxito hay mucho trabajo y también una historia de superación de obstáculos desde que era pequeño, luchando contra los prejuicios y el bullying.

De pequeño empezó en el kickboxing por consejo familiar cuando sufría bullying y racismo en el colegio. Sus raíces son marroquíes, su padre es originario de Casablanca y su madre, de Fez, instalados desde tiempo atrás en España. Se marchó a Madrid a estudiar en la universidad (es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte), empezó a trabajar en el gimnasio de José Valenciano y allí le detectaron cualidades para el boxeo. En poco tiempo estaba en el equipo nacional, desde 2018, con el cordobés Balita Lozano, doble medallista olímpico, como responsable federativo. Hay déficit en los pesos pesados en el boxeo español y Ayoub lo compensa con cualidades tremendas. Un hércules de 1.95 metros que compite en la mayor categoría olímpica, +92 kilos. Una pegada tremenda que le ha valido para ser campeón y subcampeón de Europa y bronce mundial en los dos últimos años.

Empezó con el kickboxing

El origen de la relación de Ayoub con los deportes de contacto no es agradable. De pequeño, en el colegio, sufrió bullying y racismo. Había hecho natación y baloncesto en actividades extraescolares. Y llegó al kickboxing, de alguna manera como defensa personal. "No es que marcara mucho, pero al final hizo que me apuntara mi padre allí al kickboxing. Y estoy donde estoy ahora. Así que también, por una parte, lo agradezco. No agradezco que me haya pasado eso, pero sí que agradezco que por el camino me haya encontrado con este deporte. Al final, era muy niño, la verdad. No lo sabría decir cómo me afectó. Era muy pequeño. No era que me pasara en el instituto, con 14-13 años. Igual tenía 8-10 y yo tampoco me acuerdo mucho. A veces iba a casa y se lo decía a mis padres lo que me pasaba, eso sí lo recuerdo", recuerda Ayoub: "La verdad es que no sé ahora si sigue ocurriendo. Tengo primos ya mayores y en principio creo que no han tenido ese tipo de problemas. Entonces no sé. Espero que no. Ojalá que cada vez los profesores lidien más en las clases y no se permita tanto eso. Porque a la gente, a algunos, les queda trauma".

Racismo y prejuicios

Ayoub, español de nacimiento y formación, con inequívoco acento malagueño, habló de este asunto: "Sí, parece que algunos no quieren que seamos españoles por no llamarme Paco, ¿sabes?... Yo claro que me siento español, he nacido aquí y soy español, como también me siento marroquí. Y yo puedo tener dos casas. ¿Por qué elegir, no? ¿A quién quieres más? ¿A tu padre o a tu madre? No puedes elegir. Porque si dices a tu padre antes de tu madre, tu madre te va a regañar. La Federación Española apostó por mí y eso se lo agradezco muchísimo. Al final yo entré en el equipo sin ser siquiera campeón de España. Entonces, apostaron por mí y justo el año que entré, quedé campeón de España, bronce en la Unión Europea en 2018 y empezaron a salir las cosas. Y aquí segumos".

Inicios en el boxeo

Ese flechazo con el boxeo fue rápido, ocurre en Madrid, adonde Ayoub llega con 17 años para estudiar en la universidad. "Empecé a practicar boxeo. Es un deporte olímpico y me he motivado por eso. Porque al final el kickboxing no es olímpico y vi el deporte olímpico en Río, me molaba mucho. Y fue un plus que me dieron cuando pensé probar a boxear. Yo ya había dejado de lado el kickboxing y hacía gimnasio, entrenamientos de fuerza y ya. Pensé en centrarme en la carrera, pero al final sólo hacía estudiar y deberes y luego no tenía nada que hacer. Me iba a apuntar al kickboxing, pero el entrenador de allí, José Valenciano, me dijo 'prueba a hacer boxeo, que se te va a dar bien, que ya verás'... Y dije, voy a probar, que también me gusta'. Y así empecé", cuenta con humildad Ayoub.

Desde 2018, un par de años después de empezar, el malagueño fue becado en la Residencia Blume en la capital. No había un peso grande en el boxeo español y se apostó por él. Y aunque los resultados no salieron desde el principio, siguió yendo a torneos con la selección española, donde ahora es uno de los pilares. ¿Existe la tentación del boxeo profesional? "Sí, claro, me llama, pero ahora uno tiene que estar centrado en lo que está, saber dónde está. Y luego ya se verá si salen oportunidades, si no, si uno quiere o no quiere, eso ya va saliendo. Después del objetivo siempre ya se plantea uno lo que se va a hacer. Los Juegos Olímpicos son un evento único, cada cuatro años. Entonces es un evento muy especial. No todos los años hay Juegos, ni cada dos, ni cada tres. Es cada cuatro, hay que disfrutarlo y eso es lo primero", deja claro el malagueño, que se fue a los 17 años a Madrid, pero que regresa cuando puede a Marbella.

Licenciado universitario

"Yo no sabía qué estudiar, porque a mí el deporte siempre me ha gustado. Y ser profesor de educación física también, pero, ¿qué pasa? Que al final te dicen, no tienes muchas salidas... Pero bueno, la hice. Haces una carrera que te gusta y luego las salidas salen solas. Y la vida dirá. Yo intentaré por lo que sea. Y cuando se acabe la carrera de boxeo la vida te llevará por donde sea", imagina el futuro Ayoub. Pero ahora el presente es París, los Juegos, una oportunidad que igual es una vez en la vida

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