Así es Ayoub Ghadfa: "Le darías un abrazo, es humilde, noble y súper educado"

Damián Quintero, anterior último malagueño que subió al podio de los Juegos, coincide con el marbellí en Madrid, tienen relación y habla de sus cualidades: "Manda la cabeza y Ayoub la tiene muy bien amueblada"

"Sí, una medalla te cambia un poco la vida", admite

Así es Ayoub Ghadfa

Ayoub Ghadfa, de niño. / A. G.

Damián Quintero Capdevila (1984) había sido el último malagueño en lograr una medalla olímpica antes del trueno de Ayoub Ghadfa Drissi El Aissaoui (1998) en París. Lo consiguió en Tokio'20 (celebrado en 2021) con esa plata en la modalidad de kata en el kárate. El COI decidió prescindir de un deporte milenario que tuvo buenas audiencias cuando se celebró en su hogar para dar la alternativa a otras disciplinas. Fue efímera la presencia del kárate, pero al malagueño le dejó un legado inolvidable con ese subcampeonato muy simbólico por el lugar en el que se consiguió. Quintero y Ghadfa tienen buena relación personal. Coinciden habitualmente en la Residencia Blume en Madrid, centro neurálgico del deporte en España. Sus raíces familiares están en Argentina y Marruecos, pero ambos presumen de malagueños, de Torremolinos y Marbella. Y allí han trabado una buena amistad. Les separan 14 años, pero Ayoub va pisando lugares por los que antes ha transitado Damián. Desde aquellos comienzos en Marbella en el kickboxing cuando le hacían bullying y padecía racismo hasta el podio de París, un camino alucinante.

"Coincidimos mucho en la Blume en la sala de fisio, los horarios suelen cuadrar y nos vemos por allí. Me llevo muy bien con él, es súper majo y súper noble. Me alegré mucho viendo el combate de semifinales", relata Quintero desde Asturias, donde pasa sus vacaciones: "A pesar de que mide 1.92 y es un bicharraco es un tipo súper noble, súper atento, siempre muy educado, saluda a todo el mundo, se preocupa por todos... Tenemos más cercanía por ser de Málaga los dos. Él es súper cercano, el aspecto y el deporte que practica no concuerda quizá con cómo es, con la educación que tiene. Me alegro muchísimo por él, se lo merece, por trabajador y por humilde".

Ayoub Ghadfa, en una rueda de prensa. / Efe

"No me gustaría que me tocara la cara, ya sabes que nosotros hacemos kata, nosotros sólo le pegamos al aire", bromea Quintero sobre la imponente planta del hércules marbellí, que ha hecho vibrar al aficionado al deporte español en los Juegos Olímpicos: "Físicamente es un portento, combina fuerza y velocidad, es tremendo, pero es un tipo entrañable, es la típica persona a la que le darías un abrazo después de hablar con él. Como calidad de boxeador ya lo pudimos ver en todos los combates, como en esas en semifinales contra el francés, con todo Roland Garros en contra. Y le dio por todos lados, fue una paliza para mí".

"Yo creo que se esperaba estar ahí peleando en las medallas, había subido al podio en los últimos Europeos y el Mundial", apunta Quintero, al que no le ha cogido de sorpresa la medalla conseguida por el marbellí: "Quizá quitando los deportes como atletismo o natación, que tienes marcas y ves que no llegas a lo mejor a los de arriba del ranking, en nuestros deportes siempre tienes esa esperanza de luchar por las medallas. Es difícil estar en unos Juegos Olímpicos, los cuadros no son muy grandes, entonces no lo ves muy lejos. Aparte de estar físicamente bien, manda la cabeza muchísimo. Y Ayoub la tiene muy buen amueblada".

"Sí, te cambia la vida, profesionalmente es tocar el Olimpo", admite el karateka malagueño sobre lo que supone subir a un podio olímpico y las consecuencias posteriores: "Es el evento más grande a nivel mundial. Llegar allí y tocar medalla no tiene comparación. Da igual el color que sea, da igual oro, plata o bronce, no veo diferencias a posteriori. Te cambia, te abre muchas puertas, tienes muchas más visibilidad, los medios nos la dáis, tienes camino para trabajar patrocinadores y colaboraciones.... Yo, por ejemplo, tuve mucho mejor año 2022 que el propio 2021, cuando los Juegos, económico y de colaboraciones. A nivel televisivo si te gusta puedes tener presencia y abres otros caminos que se pueden compaginar. A mí la medalla olímpica me permitió seguir en activo tres años más sin tener que volver al trabajo que tenía, fui y sigo siendo karateka profesional".

Ayoub, durante el combate. / EFE

Eso sí, también hay que lidiar con esa pereza o sensación a plenitud, como recuerda Quintero. "Es muy difícil el año después, tuve Campeonato de Europa, World Games y era como pensar 'si acabo de estar en el cielo, volver a donde los humanos es complicado'. Cuando pasó 2022, que psicológicamente me desgastó muchísimo, tuve que cambiar. Enganché energía nueva, positiva, con nuevo preparador físico, entrenador de karate y en 2023 igualé resultados de 2021. Ese post año olímpico tiene que pasar, moverte, crear tu marca personal y ser más visible, tanto física y mentalmente continuar, pero seguir la vida. Ayoub tiene también ya la posibilidad de pensar ya en Los Angeles, en 2028. Parece que está lejos, pero no".

Es la experiencia de la medalla olímpica que a partir de hoy experimentará Ayoub Ghadfa tras dos semanas inolvidables en París. Por ello ya pasó Damián Quintero, que apura sus últimos coletazos de su carrera deportiva. "Todavía tengo en mente en noviembre en Pamplona el Mundial por equipos, me gusta mucho y quiero hacerlo bien. A partir de ahí decidiré qué hacer. Vamos año a año, sobre todo si me apetece, siempre me gustará entrenar, me encanta sudar, pero es verdad con 40 años cuesta levantarse todas las mañanas para lo mismo y hay otros proyectos personales", recuerda.

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