El día de la marmota (80-64)

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Incompleto El Unicaja, tras una buena primera mitad, vuelve a derrumbarse en el momento de ir a por el partido Insuficiente Berni mejoró la dirección, Alberto Díaz tuvo un buen debut y 'Sina' recuperó el pulso

Luka Zoric captura un rebote en el aro propio.
Nacho Rodrigo / Badalona / Enviado Especial

27 de abril 2012 - 05:02

No hay manera. No valió que se apartara a Valters durante la semana. No valió otra secuencia de duras declaraciones del entrenador hacia la plantilla. No valió el corazón y la ilusión de Alberto Díaz. El Unicaja volvió a perder. Como siempre desde el 14 de enero. La secuencia de derrotas sigue y sólo parece tener fin en el 6 de mayo, última jornada de la fase regular. Salió el equipo malagueño muy metido, hizo buenos minutos, pero en los de verdad, cuando hay que competir y se pone en juego la victoria, volvió a naufragar. La misma historia, el mismo desenlace. La misma sensación de fracaso e impotencia. No hizo falta ver el partido para hacerse una idea de lo que ocurrió en Badalona. Ya se ha visto innumerables veces. Es como el particular día de la marmota cajista.

Luis Casimiro llevó a la pista su idea revolucionaria. Al conocido descarte de Kristaps Valters, apartado del equipo, sumó ayer un banquillazo inesperado a EJ Rowland. Cambio drástico en la dirección de equipo. Berni Rodríguez tomó el mando, ya ha jugado a lo largo de su carrera como base, y Alberto Díaz, el canterano de moda en Los Guindos, le dio minutos de descanso, más quizá de los esperados y a un gran nivel. Hubo otra sorpresa: Nedzad Sinanovic. El bosnio, perdido durante casi toda la temporada, regresó al parqué el pasado domingo y ayer tuvo continuidad con buenas sensaciones. Se vio al mejor Sina de los últimos meses.

El cambio de cara sentó bien al equipo, que jugó la mejor primera mitad a domicilio en este desastroso tramo que se inció el 14 de enero. Con Berni dando criterio al ataque (claridad de ideas y buena circulación) se encontraron tiros cómodos que permitieron gobernar el encuentro desde el inicio. Nunca más allá de los 6 puntos de ventaja (5-11, 7-13, 32-28), pero siempre con la sensación de tener el duelo bajo control. La buena defensa, mucho más activa de lo habitual, permitió robar balones (8 al descanso), correr, anotar en contraataque.

Los primeros 20 minutos dejaron el hecho histórico del debut de Alberto Díaz en la ACB. Entró en el minuto siete y jugó diez minutos consecutivos antes de regresar al banco. Su primera aparición por la élite rozó el sobresaliente. Descaro, buena visión, seguridad y un triple que quedará ya como su primera canasta en la ACB (28-28). El Unicaja mandaba. Lástima que desaprovechara tres ataques consecutivos para irse más allá de esos seis puntos antes del descanso (34-32).

Los de Casimiro desperdiciaron la oportunidad de apoderarse del duelo. Y lo pagarían en el tercer periodo. El técnico mantuvo las rotaciones, pero la mejor versión de este Unicaja B ya se había visto. Quizá sea pedir demasiado a un equipo que durante bastantes minutos tiene sobre la pista a hasta cuatro jugadores que juegan o han jugado esta temporada en LEB. DeVries puso por última vez al Unicaja en el camino de la victoria (36-41). Y a partir de ahí vino el desplome. El equipo malagueño incrementó su ritmo de pérdidas (llegó con 20 al último periodo) y comenzó a desangrase atrás a la vez que desaparecía la clarividencia alante. Igualó Báez a 41 y Pooh Jeter, cuya rapidez hizo mucho daño a Berni en defensa, lanzó a la Penya con triple tras una pérdida cajista en presión (46-43). El Unicaja empezó a temblar, regresó el miedo, la incapacidad para competir y el equipo malagueño se empequeñeció poco a poco. Cada pérdida, cada canasta rival suponía un puñal en la frágil moral malagueña. Un parcial de 17-4 en cinco minutos dejó el partido sentenciado (53-45). Quedaba mucho tiempo, pero nada, absolutamente nada hacía pensar en que el Unicaja sería capaz de remontar. ¿Les suena?

El Joventut se ensañó con el moribuindo que tenía enfrente, con un Jelinek sobresaliente, y gozó de hasta 21 puntos de renta (74-53). Otra vez la imagen de un equipo incapaz, que se borra del partido en el momento que se empieza a hablar de cosas serias. Este Unicaja no está para nada. Adiós al play off y, posiblemente, a la Euroliga.

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