Escalada | Alberto Ginés se aferra al sueño olímpico

Le Bourget/Tras un mal inicio, una excelente continuación. El campeón olímpico de escalda Alberto Ginés consiguió este miércoles clasificarse para la final de los Juegos de París y aferrarse así al sueño de renovar su oro conseguido hace tres años en Tokio.

El español fue el mejor en la prueba de dificultad, por delante de los principales favoritos, el japonés Sorato Anraku, ganador de la Copa del Mundo, o la leyenda eslovena Adam Ondra, además del británico Toby Roberts, el mejor europeo de las últimas pruebas.

El cacereño ascendió más alto que ninguno de ellos, sumó 72 puntos y se garantizó uno de los ocho billetes para la final del próximo viernes como cuarto mejor, tras haber quedado decimocuarto el pasado lunes en la prueba de bloque.

Entonces la moral estaba por los suelos y las medallas parecían casi una quimera. Ginés reconoció que había tenido una mala participación, pero también puso toda la fe en sus opciones en la dificultad, su punto fuerte.

"Estaba nervioso pensando que dependía completamente de mí pasar a la final. Antes de salir ha sido el momento más difícil mentalmente que me ha tocado nunca", reconocía el español.

Pero eso no se tradujo al muro, donde escaló con su pundonor habitual, superó bien los tramos iniciales y la zona más vertical en la que todos los rivales habían ido cayendo al precipicio.

Ginés siguió adelante, se adentró en otra zona dura, se aferró al muro y cuando el marcador señalaba que ya tenía 72 puntos no pudo seguir más y se descolgó.

Sumados a los 28,7 que había sumado en la prueba de bloque lideraba la tabla a la espera de que escalaran los principales favoritos.

Ninguno de ellos subió más alto, aunque tres le adelantaron en la puntuación combinada por su mejor actuación dos días antes.

Ondra se quedó unos metros por debajo, sumó 68,1 puntos, pero el veterano esloveno de 31 años tenía ya 48,7 y se colocó primero hasta que salió a pista el británico Toby Roberts, que había marcado la tercera mejor puntuación en bloque y que lidera la Copa del Mundo en Europa.

Pero el británico se fue al vacío en la misma distancia que el esloveno. Ya solo restaba que saltara a la pista Anraku, el gran favorito, el único que parecía en condiciones de llegar a lo más alto de un muro que todos se acordaron en considerar muy duro.

El nipón de 17 años, el actual campeón del mundo, el único que lo ha conseguido imponiéndose en las dos disciplinas, tampoco fue más arriba que Ginés.

De hecho, quedó cuarto de la prueba de dificultad con 68 puntos, pero había obtenido tanta ventaja en la de bloque que cuando salió a competir ya tenía asegurado el billete para la final.

Anraku acabó como el mejor de ambas pruebas con 137 puntos, frente a los 122,2 de Roberts, los 116,8 de Ondra y los 100,7 de Ginés.

A la final también accedió el austriaco Jakob Shubert, otro de los favoritos, que como en bloque acabó sexto de la dificultad y terminó quinto de la combinada.

El francés Paul Jenft consiguió el sexto puesto de la combinada, por delante del estadounidense Colin Duffi y del británico Hamish McArthur, que cerró la lista de ocho finalistas.

Fuera quedaron algunos nombres de las que se esperaba más, como el japonés Tomoa Narasaki, que había sido segundo en bloque, pero que pagó una mala clasificación en dificultad; o el francés Sam Avezou, cuarto el pasado lunes.

Ginés dejó atrás su mal inicio en la competición y ahora todo es posible para el cacereño.

"En la final, todo es posible. Voy a descansar un día y luego a volver a centrarnos y a volver a soñar", dijo el español, que afronta con confianza una final que volverá a tener las dos partes, bloque y dificultad.

El español, el primer oro olímpico de la historia de esta disciplina que se estrenó en Tokio, no siente ninguna presión especial por ser el defensor del título.

"El formato ha cambiado y lo que estamos haciendo ahora no tiene nada que ver con lo que hicimos en Tokio, ni siquiera la forma de puntuar. Sé que tengo un oro en casa, pero no creo que lo esté defendiendo", dijo.