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Cuartos de final de la Eurocopa
Sevilla/Un triunfo ante Alemania es un triunfo ante Alemania. El respeto, por delante a los integrantes de esta selección, empezando por el cuerpo técnico en el día que recibió más críticas. Echar a una anfitriona como la Mannschaft está al alcance de muy pocas selecciones y el equipo español supo jugar sus cartas. Durante un rato Luis de la Fuente fue la persona más insultada del país por su decisión de sacar del campo a Lamine Yamal y a Nico Williams con mucho partido por delante, es cierto, pero también lo era que el duelo, que España dominaba con el gol de Dani Olmo, se iba a endurecer mucho más de lo que ya lo estaba siendo y el destinatario de casi todas las patadas estaba siendo el jovencísimo extremo del Barcelona, al que, visto desde ese prisma, había que cuidar para las semifinales y la final. ¿Por qué no? Así debe pensar un equipo campeón.
España completó un partido muy serio en una tarde larga, muy larga, con fases de distinto colorido en las que había que mantener el tipo, si no en todas, sí en las más posibles. Porque había que tener claro que contra un rival como el que había enfrente, y en su casa, sufrir, se iba a sufrir.
Alemania salió con la consigna clara de repartir cera y convertir el choque en un enfrentamiento físico. Un partido jugado a duelos individuales con muchas interrupciones que iba a producir, por tanto, un desgaste importante. Pedri fue el primer damnificado en un abrir y cerrar de ojos y al seleccionador seguramente, con 1-0 pero puede que pronto, se le pasaría por la mente ese fantasma cuando decidió quitar a Yamal primero y a Nico Williams después. A éste lo acompañó Morata y eso significó un paso atrás y una dudosa declaración de intenciones. Pero se erigió en líder un Dani Olmo que se echó el equipo a la espalda desde la izquierda.
España salió muy presionante, con una gran labor de desgaste de Morata y de los extremos que intimidó a Alemania. Se sabía sin el balón el equipo de Nagelsmann y por ello trató de cortar el ritmo de su enemigo con faltas. El sistema defensivo español dejó pocas fisuras. En una primera fase Alemania sólo intimidó en acciones de media distancia, aunque fue con la salida de Füllkrug cuando de verdad empezó a encogerle los corazones a los hinchas españoles. La tarjeta temprana de Le Normand también fue un hándicap y De la Fuente apeló a Nacho. Los centrales se hicieron fuertes y recibieron buenas ayudas de Carvajal y Cucurella.
El juego de España es bastante reconocible. Muy abierto para aprovechar las alas de Yamal y Williams y con el pie de Simón siempre activado, quizá costó encajar esa estructura con Ferran y Olmo en esos perfiles. La selección en teoría debía jugar a otra cosa, con más balón, pero seguía muy abierta, con mucha distancia entre las piezas. Además, se quedó sin el pegamento de Morata, que aunque no estuviera fino, es una referencia que fijaba a la zaga alemana.
Tener tranquilidad y paciencia.
Dudas con esos cambios y minutos de orfandad arriba, pero...
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