"No tengo explicación para lo que nos pasa en Europa"
Jon Armor Stefansson. Jugador del Unicaja
Ante cualquier plaga de lesiones, el islandés ha demostrado ser el mejor remedio adaptándose hasta a tres posiciones distintas. "Cuesta asimilarlo, pero es mi trabajo y lo asumo como tal", asegura el escolta.
Deportista profesional por pura genética, Jon Stefansson debió elegir entre fútbol y baloncesto a la hora de hacer carrera. No hace falta recordar cual fue su elección. A sus 32 años, atesora a sus espaldas una trayectoria interesante. Las canchas de seis países distintos le han visto como local y ahora es el Martín Carpena quien acoge al vikingo de Reykjavík. En el Unicaja se ha convertido en el parche perfecto. Llegó para suplir la marcha de Dragic y Plaza ha encontrado en él a la viva personalización de la polivalencia. Un sexto elemento que siempre está cuando se le necesita. Incluso para una entrevista.
-Le está sentando bien este 2015. Más minutos, muchos de ellos importantes, y mejor rendimiento. ¿Está viviendo su momento más dulce en Málaga?
-Probablemente sí. Estoy jugando más y atravesamos un buen momento como equipo, que es lo principal. Es verdad que ahora estoy teniendo más ritmo y me estoy encontrando mucho mejor en la pista. Todo es cuestión de confianza y eso hace que esté anotando más.
-Cada vez resulta más difícil saber en qué posición va a jugar. Se le ha visto de uno, de dos y hasta de tres. Tiene que ser complicado adaptarse a varios roles dentro de un mismo partido...
-Ha sido difícil a veces, aunque ya me estoy encontrando más cómodo de base. Ahora toca también ayudar de tres con la baja de Carlos [Suárez]. Es verdad que son posiciones muy diferentes, pero puedo adaptarme, no tengo problemas.
-¿Cómo se trabaja eso en los entrenamientos?
-Plaza me dice ahora de uno, de dos o de tres. No hay mucho más, ni tiene que explicarme nada. Es mi trabajo y punto. Estoy bastante contento con la confianza que me da el entrenador.
-¿A cual le ha costado más adaptarse?.
-Ser base es mucho más difícil. Sobre todo por la falta de costumbre. Tienes que controlar el ritmo del partido y los movimientos de todos tus compañeros. Se te pasan un montón de cosas por la cabeza cuando estás dirigiendo y tienes que saber elegir bien y rápido. Tienes muchas más responsabilidades. La parte buena es que tienes más el balón y coges antes el ritmo. Pero como dije antes, la clave de todo es la confianza que tengas en ti mismo.
-¿Cómo está el equipo, se le sigue dando vueltas al partido de Copa contra el Barcelona?
-Estamos muy bien. Yo particularmente vivo el presente, no me preocupo por lo que ya no tiene solución. El resto de mis compañeros no se, pero todos miramos hacia delante. Hicimos un gran partido ante un gran equipo. Estoy bastante orgulloso de la Copa que completamos.
-Con la buena trayectoria que se lleva en Liga, ¿hay opciones reales de título?
-Todo el mundo pregunta lo mismo [risas]. Nuestro éxito viene porque sólo pensamos en el próximo partido, nunca vamos más allá. Partido a partido y hasta donde lleguemos.
-Y con lo bien que funcionan las cosas en Liga, ¿cómo se explica lo mal que está saliendo este año la Euroliga?
-Realmente no tengo explicación para lo que nos pasa en Europa. Está claro que es una competición más dura y que nos ha faltado un poco de suerte en algunos momentos, pero siempre hemos competido y hemos estado cerca de ganar. Ante cualquier rival y en cualquier cancha. CSKA, Fenerbahce, Olympiacos...
-De sus palabras se desprende la sensación que muchos comparten. Hay equipo para más.
-Queremos ganar más partidos, sabemos que tenemos equipo suficiente como para estar más arriba. Estamos capacitados para competir contra los mejores. Pero en todos los partidos hemos tenido un cuarto malo que nos ha complicado las cosas. Debemos reducir esto.
-Ahora se avecinan meses complicados, sobre todo tras las lesiones de Suárez y Vasileiadis.
-Debemos dar un paso al frente, yo el primero. La de Kostas es una baja importante y espero que Carlos [Suárez] pueda volver cuanto antes.
-Imagino que las reuniones familiares en su casa deben ser bastante curiosas. Llevando casi ocho años en España, ¿no le han dado la lata para que vuelva con algún título?
-Alguna vez [risas]. Pero en España es muy difícil estando el Barcelona y el Real Madrid por ahí. Sigo soñando con ganar alguno, pero también soy realista y comprendo la dificultad que tiene lograrlo.
-¿Cómo llevan sus padres lo tener tantos hijos profesionales?
-Bueno, se han pasado mucho tiempo en las pistas. Mi padre es un fanático del deporte, está tan orgulloso como encantado. Él prefiere el tenis y el fútbol, pero vino a verme a Gran Canaria en la Copa. No ha podido venir a Málaga, pero en Semana Santa si van a aprovechar para tomar el sol por aquí.
-Buceando en las hemerotecas, uno puede encontrar que tuvo su corta experiencia NBA en Dallas. ¿Le queda la espinita de no haber podido debutar allí?
-Fui muy joven, con unos 20 años. No estaba preparado ni física ni mentalmente para enfrentarme a los mejores del mundo. Y encima por aquel entonces no podía bajar a jugar en la D-League, así que no tenía minutos. Llegó una oferta de Rusia y me marché, fue la mejor decisión.
-Esos Dallas acabaron ganando un anillo. ¿Le queda algún amigo por allí?
-Sólo Dirk [Nowitzcki], aunque apenas tenemos contacto. Este verano estuve de vacaciones allí y nos encontramos.
-Aparte del baloncesto, también tuvo sus buenos inicios en el fútbol...
-Sí, no se me daba mal [risas]. Estuve 12 o 13 años. Es un deporte que me gusta mucho, igual que el golf.
-Entonces estará siguiendo la buena temporada del Málaga, ¿ha ido ya por La Rosaleda?
-No he podido. Tengo muchas ganas de ir algún día. Pero los niños son mi segundo trabajo y es mucho más difícil encontrar hueco para otras cosas. Después del baloncesto me dedico exclusivamente a mi familia.
-Por genes, a sus hijos les tocará ser deportistas...
-A ver... Aún son pequeños para hacer deporte.
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