"¿Y si fichamos otra vez a Isco?"

El jeque replicó así a una reunión en la que los dirigentes le explicaron planes de futuro Hay confianza en las ganas de trabajar de Nasser

Abdullah Al-Thani aplaude junto a Moayad Shatat en su última visita al palco.
Abdullah Al-Thani aplaude junto a Moayad Shatat en su última visita al palco.
J. L. M. Málaga

09 de junio 2015 - 05:02

Estos días muchos aficionados andan pendientes de las decisiones del jeque. Algunos incluso casi le exigen que venda la propiedad, de cuya mayoría accionarial es dueño. En la opinión pública ha calado el mensaje de que los inversores chinos pueden dotar de un futuro más ilusionante y estable a la entidad, así que estiman que cualquier ayuda es buena para convencerle. Es esta, sin duda, una etapa de presión para el dirigente catarí, al que los propios directivos de Málaga llevan intentando convencer de un mayor esfuerzo en los últimos tiempos. Hace más de dos temporadas, durante el exitoso paso por la Liga de Campeones, existía la estrategia de intentar seducirle con esos momentos de grandeza para que volviera a abrir el grifo de la inversión; ahora se ha dado un paso más sólido para disuadirle poniendo en el otro lado de la balanza la posibilidad de que dé un paso a un lado y venda la entidad. Tanto, que incluso ha costado la salida de Moayad Shatat del organigrama y hasta del propio grupo NAS.

Sin embargo, en la planta noble de La Rosaleda ya hace mucho tiempo que saben lo difícil que resultará convencerle. Valga un ejemplo comentado por las oficinas en una de las últimas reuniones con Al-Thani: un par de dirigentes le hablaron del proyecto, del futuro, de La Academia, de la necesidad de inversión y cambios estructurales. Durante una exposición elaborada y larga, la idea era intentar engancharle a las nuevas necesidades. La respuesta del jeque fue desconcertante y, al mismo tiempo, reveladora de sus planes de futuro. "¿Y si fichamos otra vez a Isco?", replicó el catarí, embelesado por los buenos momentos del mediapunta benalmadense con la camiseta del Real Madrid.

Así que en Martiricos no sorprende la actitud estancada del jeque vertebrada a través de hijo Nasser. Incluso consta cierto enfado por esa presión para obligarle a traspasar sus acciones a los empresarios chinos, muy distante de la idiosincrasia con la que se mueven los empresarios de Oriente Medio.

Se fue Shatat y con él el firme puente que se había construido en los últimos entre la propiedad y el brazo de dirigentes en Martiricos. Con lo que costó que el dirigente jordano recuperara las relaciones tras el daño que hizo el paso de Abdullah Ghubn por el club. Al menos, queda la esperanza de conectar con Nasser Al-Thani y que éste sepa hacer entender a su padre y dueño de la entidad la necesidad de cambios en la dirigencia para aprovechar el óptimo momento de crecimiento en que se encuentra el Málaga. Aunque se asume un déficit de preparación por su juventud, también se le atisban ganas de trabajar.

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