La infancia malagueña de Holger Rune

La gran sensación en el mundo del tenis en las últimas semanas es Holger Rune (Gentofte, Dinamarca, 2003). Ha ganado 19 de los últimos 21 partidos del circuito que jugó, tramo en el que ha levantado los títulos del ATP 250 de Estocolmo y, el domingo pasado, el Masters 1000 de París ante todo un Novak Djokovic. Este año también ganó el ATP 250 de Múnich y apareció por los cuartos de final de Roland Garros.

Rune apareció este lunes por primera vez entre los 10 mejores del mundo en el ranking ATP con este sprint final. El danés, coetáneo de Carlos Alcaraz, número uno, es uno de los exponentes de la nueva ola que intenta coger las riendas del circuito mientras llega el crepúsculo de los gigantes con Roger Federer ya retirado y Nadal y Djokovic aún competitivos a altísimo nivel pero que ya jugaron muchos de los mejores partidos de su carrera.

El caso es que Holger Rune ha estado ligado a Málaga con bastante frecuencia. Desde pequeño ha estado ligado a la provincia y ha pasado tramos de su vida por aquí. Como muestra en sus redes sociales, haciendo flexiones cuando tenía 13 años en la zona del tranvía, con los Baños del Carmen al fondo, bañándose en la playa o entrenando en las pistas de los Pinares de San Antón, una de las tradicionales en la capital sobre tierra batida, en 2016.

Durante este tiempo, Rune también ha jugado en Marbella, en Puente Romano, en el ATP Challenger y en el ATP 250 que hubo en 2021 con invitación por su proyección como número uno del mundo junior y campeón de Roland Garros de su categoría. Allí ya exhibió su buen tenis, que ahora, con su progresión, le hace ser uno de los jugadores de moda. Será complicado verlo en Málaga en años venideros en la Copa Davis porque no hay gran cantera en Dinamarca y su país lucha por ingresar en el Grupo Mundial I, pero Rune ya enseñó con quien entrenó en la provincia que era un jugador especial.