El linier de la final de 1966, un héroe

El polémico juez de línea que concedió el gol a favor de Inglaterra en la prórroga es homenajeado en su país

El portero alemán Tilkowski observa la dirección del balón tras golpear en el larguero.
El portero alemán Tilkowski observa la dirección del balón tras golpear en el larguero.
Florian Lütticke (Dpa) Bakú

21 de junio 2015 - 05:02

Una estatua y un estadio con su nombre perpetúan la memoria de Tofiq Bahramov, el juez de línea que tomó en 1966 la decisión más discutida en la historia del fútbol. Casi 50 años después de conceder el polémico gol que terminó dando a Inglaterra su único Mundial, es un héroe en Azerbaiyán. A pocos metros del estadio Tofiq Bahramov, se alza una estatua de mármol en su honor sobre un rosal.

"Tofiq Bahramov Adina Respulibka Stadionu", se lee en letras doradas en la entrada del recinto deportivo que alberga estos días las competiciones de tiro con arco de los Juegos Europeos de Bakú.

En el sótano del estadio se apilan los recuerdos de la final del Mundial 1966, en la que Inglaterra se impuso 4-2 a Alemania en la prórroga. Hay muchas fotos: de un silbato negro con la leyenda World Cup England 1966, del propio Bahramov detrás de los capitanes Uwe Seeler y Bobby Moore antes del pitido inicial o de Moore llevado en hombros por sus compañeros de equipo con la Copa Jules Rimet en la mano.

Cuando se inauguró la estatua delante del estadio con su nombre acudió a la ceremonia incluso Geoff Hurst, el héroe inglés, el hombre que marcó el gol más importante de la historia de los pross, aquel que valió el título mundial en Wembley. Los alemanes, en cambio, no tienen un buen recuerdo de aquel tanto.

Hurst recibió un centro, controló la pelota y disparó alto. La pelota tocó en el larguero y después botó, sobre la línea según los alemanes, más allá de la línea según los ingleses. Y, según Bahramov, el linier que tomó la decisión de que el gol subiera al marcador.

El árbitro principal del partido, el suizo Gottfried Dienst, no había visto bien la jugada, por lo que consultó con Bahramov. El azerí no tenía dudas: gol. En sus memorias, Bahramov sostiene todavía que adoptó la decisión correcta.

Tras poner fin a su etapa como árbitro, Bahramov se convirtió en secretario general de la Asociación de Fútbol de Azerbaiyán (AFFA). La estatua se cambió más tarde y se colocó a unos cuantos metros de su lugar original, pero Azerbaiyán no borra su recuerdo.

"Ha dejado una herencia duradera", dijo el actual secretario general de la AFFA, Elkhan Mammaov. "El fútbol mundial lo recuerda como un hombre valiente por haber adoptado una decisión tan importante en una final". Los alemanes hablan un poco peor de Bahramov y del árbitro Dienst. "En ese momento no estuvo acertado", dijo Seeler en su día sobre el suizo. "Fue demasiado cobarde para tomar su propia decisión".

A pesar de morir hace 22 años, Bahramov sigue siendo un hombre venerado en su patria. "Cuándo íbamos con él por la calle, las gente lo paraba para saludarle y solicitar autógrafos", recuerda su nieto Tofiq, que todavía conserva la camisa negra con la que su abuelo tomó la decisión de Wembley. La camiseta está aún sin lavar, según aseguró Tofiq en un vídeo publicado por los organizadores de Bakú 2015.

"Si mi abuelo aún viviera estaría muy orgulloso de que los primeros Juegos de Europa se celebren en Bakú y que haya competiciones en el estadio que lleva su nombre", señaló su nieto.

stats