La malagueña Sarah Almagro surfea entre medallas este 2024: cuatro oros y una plata
Los retos que encara el próximo año son competiciones internacionales y ganar a su rival australiana Jocelyn Neumueller
Sarah Almagro, la campeona amputada que surfeó la tragedia
Sarah Almagro (Marbella, 2000) surfea entre las olas y las adversidades. El 2024 ha sido un año lleno de retos que ha tenido que superar. Subcampeona del mundo de parasurfing y una referente en este deporte, la malagueña afirma que a nivel deportivo está "bastante contenta" con la temporada de este año, pero, como una deportista de alto rendimiento, no puede evitar sentir algo de frustración. Una meningitis meningocógica provocó que le tuvieran que amputar manos y pies a sus 18 años y desde entonces no ha parado de trabajar. Este 2024 ha conseguido alzarse con la medalla de plata a nivel mundial.
"Ser subcampeona del mundo me fastidia un poco, porque siempre quieres llegar al oro, pero teniendo en cuenta que 10 días antes de la competición estaba ingresada en el hospital por una infección de orina, creo que el balance es muy positivo", confiesa en una entrevista con este periódico. El 2024 ha sido un año lleno de competiciones para Almagro, con cinco citas importantes que han marcado su trayectoria. El primero fue a finales de mayo, el Campeonato de España: "Fue el primer gran reto del año". La malagueña logró una victoria que marcó el inicio de una temporada prometedora.
La segunda cita fue en Gran Canaria a mediados de junio: HCA Surf City No Limits. Esta competición puso a prueba su destreza en el agua, ya que las olas son diferentes a las que hay en Málaga. También lo ganó. A finales de agosto fue el turno de uno de los más exigentes del año: Pantín Classic. Forma parte del circuito internacional de Parasurf League (PSL). Un mes después, la malagueña viajó hasta Francia, otra prueba del circuito PSL en la playa de Bretaña. También quedó en primer lugar. El único que se le ha resistido ha sido el Campeonato del Mundo de noviembre, que quedó subcampeona.
El próximo año promete ser emocionante para la joven. Ya visualiza nuevos retos y competiciones internacionales sobre la cresta de las olas. Uno de sus grandes objetivos es enfrentarse de nuevo a su rival australiana, Jocelyn Neumueller. El primer encuentro sería en su casa, en Australia, a finales de marzo. "A día de hoy es la única rival que tiene posibilidades de ganarme, y ya lo he hecho dos veces, espero poder ir si los patrocinadores me lo permiten económicamente", dice con esperanza.
Además, espera que la próxima temporada la convoquen para el Campeonato de Europa, lo que le daría la oportunidad de seguir sumando victorias a nivel internacional. Tiene claro que su reto para 2025 van a ser las competiciones fuera de su país natal, pero tampoco olvida el Campeonato de España. "Todavía no nos han dicho el circuito que hay, entonces no puedo decir exactamente mucho por ahora", cuenta.
Para todo ello se tiene que preparar. Vivir en Málaga, una provincia con olas intermitentes, supone un desafío adicional para Almagro. "Aquí no tenemos olas todos los días, así que mi rutina de entrenamiento se basa mucho en ejercicios en tierra", explica. Sus entrenamientos incluyen trabajo con pesas y ejercicios de core (abdominales y lumbares) que le ayudan a mejorar su estabilidad y movimientos en la tabla.
Sin embargo, la preparación para cada competición es un proceso complejo porque varía mucho de una a otra. "El mar es un medio que no puedes controlar, por mucho que intentes entrenar en condiciones similares, luego llegas a la playa del campeonato y te encuentras olas más grandes, más pequeñas o con energías diferentes", comenta. Para solventar ese inconveniente, intenta viajar unos días antes de cada evento para adaptarse a las condiciones locales.
Además de ser una atleta de élite, Sarah Almagro es estudiante de Derecho en la Universidad de Málaga. "Se intenta llevar de la mejor manera posible", asegura. Este año, los profesores de su facultad ha facilitado su vida como deportista de alto nivel, ajustando plazos y horarios. "Me han permitido entregar prácticas fuera de plazo y han adaptado los exámenes a mis competiciones, eso me ha ayudado mucho", admite agradecida.
A pesar de todo, el esfuerzo es agotador y cuenta que está "deseando" acabar ya sus estudios porque compaginarlo es un sobreesfuerzo. "Ahora en enero tengo que aprobar cinco asignaturas, todavía me quedan siete más las prácticas y el Trabajo de Fin de Grado. Mi intención es terminar la carrera en junio, porque estoy un poco cansada, me quita tiempo para cosas que realmente me llenan, como el surf", confiesa.
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