El malagueño Samuel Molina, campeón de Europa de boxeo

noti/El boxeo malagueño está en un gran momento. En los últimos meses ha conseguido hitos con varios púgiles en diferentes niveles. La plata olímpica de Ayoub Ghadfa, el título continental de Baldo Mira y este sábado llegó otro de mucho mérito, el de Samuel Molina, que conquistó en la ciuda francesa de Laval, situada en el norte, entre Rennes y Le Mans, el cinturón europeo EBU del peso welter.

El malagueño, apodado La Esencia en el mundillo, compitió en una velada de alto nivel con varios títulos en juego. Se impuso por decisión mayoritaria (114-114, 113-116 y 113-116 en las puntuaciones de los jueces) en territorio hostil a otro púgil que presentaba unos números espectaculares y que había defendido el título varias veces, Jordy Weiss. Molina impuso su ritmo desde el principio, con el golpeo al cuerpo y las entradas explosivas como principal arma, aunque recibía algunas manos rectas claras de su oponente que podían “confundir" a los jueces.

Con el combate cuesta arriba, Weiss se fue a la guerra en los últimos asaltos, forzando al español al intercambio. Molina estuvo a punto de derribar en el último round a su oponente, pero el gran corazón del francés lo impidió. La espera hasta el veredicto, que fue larga pero se hizo eterna, mereció la pena para el malagueño, de 25 años y que ya había madurado con un revés el año pasado en la pelea por el título continental en Francia. Su subida desde la categoría ligero y súperligero al welter le liberó de problemas para controlar el peso y sacar lo mejor de sí. Tenía que estar entre 61 y 63.5 kilos para competir y ahora, con la subida, puede estar entre 63.5 y 66.6. Con un amplio bagaje después de siete campañas como profesional, pasó apenas cumplida la mayoría de edad, y un balance de 30-3 con casi la mitad de las victorias antes de llegar a los 12 asaltos, ha conseguido su gran hito después de que esas derrotas llegaran lejos de España. Ahora consiguió esa barrera de trascender.

“Sí se puede. Solo deciros a los más jóvenes. Yo primero lo vi y luego lo creí. No me sorprende porque he trabajado 24/7, he soñado por combates como éste. No he dejado de trabajar, es un deporte muy sacrificado. Yo he caído y me he levantado, aquí es donde se demuestra que eres un verdadero campeón. Quiero enseñar a las jóvenes promesas de mi gimnasio, a la gente que está empezando, que hay que creer en los sueños y trabajar duro para ello. Yo he perdido batallas, pero hoy he ganado la guerra”, decía entre lágrimas el púgil malagueño al acabar el combate, que pertenece al legendario gimnasio de la Saga Heredia, que en el último medio siglo ha potenciado la carrera de muchos boxeadores y que obtiene el segundo entorchado continental tras el título conseguido hace 45 años por Pepote Heredia III.