En manos de Mister Panathinaikos
Alvertis, auténtico mito verde, es el entrenador desde hace 20 días sin experiencia en la labor
Fragiskos Alvertis (Atenas, 1974) es un mito del baloncesto griego y del europeo. Es el alma del Panathinaikos, casi el trébol de su escudo, y ahora su entrenador en una situación inesperada a la que ha llegado sin experiencia como director de grupos pero sí como profundísimo conocedor de la casa tras 25 años respirando verde. Él no sólo es técnico del equipo ante el que mañana el Unicaja se juega su futuro europeo, de alguna manera es Mister Panathinaikos, el icono del club, el hombre que levantó cinco Copas de Europa o Euroligas como jugador. Sólo Dino Meneghin (siete) tiene más. Él empata con Clifford Luyk y Aldo Ossola.
Alvertis es el baloncesto, pero el waterpolo marca su vida. Está casado con Anta Ioannidou, antigua internacional griega en ese deporte, con la que compartía pupitre en el colegio. Y su llegada con 16 años al Panathinaikos está marcada también por el deporte acuático. El Glyfada, un suburbio de Atenas, era el club al que pertenecía Alvertis cuando en 1990 llamó la atención del club verde. Pavlos Giannakopoulos, antiguo propietario y padre de Dimitris, el actual, no tuvo problema en desarmar la sección de waterpolo de su club. Ofreció a su mejor jugador, Dimitris Seletopoulos, a cambio un imberbe de 16 años que apuntaba maneras en el baloncesto. Un cambio extraño y poco comprensible, al tiempo que arriesgado. Pero nunca se le ha reprochado tal gestión...
A lo largo de sus casi dos décadas como jugador Alvertis compartió vestuario con Nikos Gallis, Giannakis, Dominique Wilkins, Byron Scott, Bodiroga, Komazec, Vrankovic, Dino Radja, Volkov, Paspalj... Un verdadero dream team. Pero su tutor cuando llegó al primer equipo fue Antonio Davis, que tras abandonar la Universidad y antes hacer una larga carrera en la NBA que le llevó por Indiana, Toronto, Chicago o Nueva York jugó en el Panathinaikos. Davis se ocupó de un Alvertis entonces sin carné de conducir y lo traía y lo llevaba a cada entrenamiento.
"Ésta es mi segunda familia, estoy aquí desde los 16 años. No entiendo cómo ha pasado tan rápidamente el tiempo. Me han preguntado muchas veces si estoy cansado o aburrido del Panathinaikos. ¿Es posible estar cansado si te diviertes, disfrutas y lo ganas todo?", razona Alvertis cuando se le pregunta por el porqué de su fidelidad al equipo de todos los atenienses, su traducción al castellano.
Argiris Pedoulakis fue despedido hace 20 días y la familia Giannakopoulos recurrió a quien tiene las llaves del OAKA, a quien desde 1991 a 2009, durante 18 años, fuera el 4, primer dorsal retirado en la historia del club cuando dejó de jugar con 35 años tras ganar la Euroliga. Supo reciclarse de anotador a un rol de especialista que Obradovic, quien le dirigió durante más de una década y que ha sido el técnico de su vida por más que tuviera broncas sonoras con él, valoraba como esencial.
En un partido con el Dafni, en 1999, pocos meses después de llegara el mago de Cacak al banquillo, no le alineó ni un segundo. "Me vuelves loco, me jodes la cabeza", le espetó Alvertis. "Dejas de ser el capitán", respondió Zeljko. "No puedes hacer eso. Llevo 10 años en este equipo y tú sólo seis meses", prosiguió Alvertis. Una cena, cuentan que con unos ouzos de por medio, aquello acabó en un abrazo y una relación fraternal durante muchas temporadas.
A Alvertis se le podía ver al lado del banquillo como delegado, con su impecable figura de 2.05 y su inconfundible melena durante estos cuatro años. También hacía labores técnicas, pero nada similar a la responsabilidad de llevar las riendas de un gigantesco club como el Panathinaikos. El club fichó a Dimitris Priftis, entrenador del Kolossos, para que ejerciera de ayudante con más experiencia en equipos de élite y darle apoyo técnicoy táctico.
El Panathinaikos sigue siendo un grande de Europa, pero su presupuesto ha descendido y parece que también un escalón en su jerarquía continental, pero seguirá siendo un rival temible. Ayer había vendidas 13.000 entradas para acudir al OAKA aún con dos días restantes para el duelo ante el Unicaja, que ya se promociona en la capital griega. Hay pocas dudas acerca del lleno en la instalación que acogiera los Juegos de Atenas y múltiples campeonatos de clubes y selecciones.
Si alguien puede acercarse al carisma de Obradovic, que hay que recordar que hizo la transición de jugador a entrenador en el Partizan y justo ese año ganó la Euroliga, es Fragiskos Alvertis, Frankie, elegido como uno de los 50 mejores jugadores de la historia de la máxima competición continental. "Haber servido al Panathinaikos durante 25 años me permite conocer de primera mano la presión y las necesidades que posee este club. No llegué ayer al Panathinaikos. Más de la mitad de los años de mi vida los pasé aquí. Tengo pleno conocimiento de lo que debo hacer. Al ser de este club tengo la máxima obligación de contribuir al máximo para alcanzar los objetivos. Es un gran reto para mí , es como una misión. No será fácil, pero luchar es parte de la vida", fue su emotivo discurso cuando tomó las riendas de la entidad. Mister Panathinaikos, algo más que un entrenador, es la imagen del rival del Unicaja mañana. Cinco victorias y una derrota, en Barcelona, es su incipiente balance como entrenador.
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